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Melvin Sotelo Avilés

España en su laberinto

Hay políticos españoles, independientemente de la agrupación a la que pertenecen, que se parecen a sus símiles del tercer mundo, acostumbrados a basar las discusiones en la persona, las ideologías y las emociones, en vez de centrarse en la razón, los programas y el interés general de la nación y fuera de toda demagogia.

Cada político culpa al otro, evitando asumir su propia responsabilidad, como si el electorado no se diera cuenta que están jugando con la confianza que les han depositado sus votantes; quienes rechazan de manera enfática, que sus líderes se queden rumiando los obstáculos y zancadillas que se ponen entre sí para la formación del Gobierno, y exigen una actitud de cooperación para que encuentren una solución al atascamiento, que en las actuales circunstancias de crisis en la que vive España, posibilite una salida a los desafíos nacionales y globales.

Los políticos de las diferentes agrupaciones deberían de pensar en un programa de coincidencias mínimas en que todos estén de acuerdo a corto y mediano plazo. Y en las que no lo estén, las vayan discutiendo en el camino con un espíritu constructivo. Hay que recordar que en política como en los números no se pasa directo del uno al cien. En una negociación las partes tienen que ceder para lograr un compromiso de nación. Cuando en política se quiere avanzar dando saltos y pasando por encima de los otros, se arriesga a caer en el vacío.

España necesita estabilidad institucional para generar confianza en sus inversionistas nacionales y extranjeros, para enfrentar los retos del paro gigantesco, del separatismo, los problemas de seguridad, la inmigración y el terrorismo que recorre Europa. Si los políticos se obstinan en polarizar el país, estarán abriendo puertas a la fisura de la integridad de España, al desdén por la política y los políticos, al vaciamiento de contenido de la democracia y al descalabro de su frágil economía. La desesperación de un pueblo solo genera posiciones extremas.

No se trata que un partido político se lance contra el otro, o de utilizar como excusa que el mandato popular de su militancia es que haga lo que ellos dicen, a costa de negar lo que piden los otros. Con esta mentalidad anquilosada, carente de flexibilidad, están apostando a un juego de suma cero, en el que todo el pueblo español resultará perdedor y no solo aquel que fracase en formar Gobierno. En la primera ronda, todas las fuerzas políticas demostraron su incompetencia y, de seguir así, la historia puede repetirse.

Se debe calibrar qué quiere la contraparte de los otros partidos y el pueblo español en general y, sobre eso, los políticos deberían de trabajar, en vez de atrincherarse cada quien en sus ideologías y en las alergias que se tienen entre ellos; de lo contrario es un “diálogo de sordos”, en el que los líderes de las diferentes agrupaciones solo ven el árbol sin ser capaces de visualizar el bosque, el cual todos tienen la responsabilidad de velar por su bienandanza. La fidelidad a los miembros del partido no se puede contraponer con la fidelidad a la nación, encontrar la complementariedad es el reto de cada uno de ellos, así como extender puentes a sus adversarios, en vez de profundizar las grietas.

En este caso, el pueblo español debería estar atento a aquellos líderes que no tienen la estatura para conjugar los intereses particulares con los globales, y en caso de darse unas terceras elecciones, castigarlos con el voto. La otra posibilidad es presionarlos para forzar un acuerdo o para que renuncien, porque en vez de facilitar los consensos, están obstaculizando el bien general de España por carecer de habilidades para negociar.

Como latinoamericano siempre he visto en España a una gran nación y su pueblo merece mi mayor respeto, pero pareciera que hay líderes que están interesados en empequeñecerla.

El autor es sociólogo

Opinión España Latinoamérica archivo

COMENTARIOS

  1. Siempre Adelante
    Hace 8 años

    ©uy Buena apreciación, mis felicitaciones. Como siempre, los corruptos (ya quebraron España cuando estuvieron en el poder), son los socialistas/comunistas (antes eran liberales, progresistas, ahora populistas) quienes no toleran que ningún otro partido gobierne, sin que sea amenazado de una u otra manera. Los partidos Podemos, PSOE de España tienen al pais paralizado, sin gobernar, porque no ceden ni un ápice si no les dan el poder (les recuerda algo el “ni un paso atrás?). Saludos.

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