Las denuncias registradas por la Policía Nacional durante 2015 disminuyeron en un 15.4 por ciento en relación al 2014. Este hecho es considerado por los representantes de los organismos de derechos humanos como el resultado de la desconfianza existente contra la Policía Nacional.
La jefa de facto de la Policía Nacional, primera comisionada Aminta Granera, destacó la baja en la denuncia como si fuese un logro alcanzado durante ese período en la seguridad del país en la presentación que hizo del Anuario Estadístico 2015 de esa institución.
Sin embargo, los representantes de los tres organismos de derechos humanos coinciden en que el hecho de que haya disminuido la denuncia no debe considerarse como que hubo una reducción de la actividad delictiva, sino que esto puede estar vinculado a la desconfianza que tiene la población en la actuación de las fuerzas públicas, tras la partidarización de esa institución.
En total en 2015 la Policía Nacional registró 93,936 denuncias, contrario a las 111,045 registradas en 2014.
IMAGEN DAÑADA
Para el director ejecutivo del Dentro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Mauro Ampié, la disminución en la denuncia puede estar relacionada con que la población no acude, porque percibe que hay poca eficacia para sancionar estos delitos.
“La constante reiteración al origen de la institución, que se retomen símbolos partidarios, que veamos a jefes policiales ondeando la bandera del partido del Frente Sandinista, definitivamente que daña la imagen de la institución”, dijo Ampié, quien expresó que esto provoca que los nicaragüenses que tienen una ideología distinta, o pertenecen a otras opciones puedan descartar recurrir a la institución policial “porque presuman que no tendrán la imparcialidad requerida para tratar los casos”.
Por su parte, el secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva Sánchez, mostró preocupación por esos datos, pues refirió que esto puede indicar que las víctimas “ya perdieron fe en la institución, primero por su partidarización, segundo por la falta de omisión en la persecución del delito y sobre todo en la objetividad de la investigación.
“Aquí la ciudadanía ha perdido confianza en las autoridades policiales, aquí de nada sirve ir a poner una denuncia a la autoridad policial porque al final no hacen nada (…) porque la población ya se dio cuenta que perdió el profesionalismo, ya se dio cuenta que es un órgano partidario y que no representa la seguridad ciudadana de todos los nicaragüenses sin distingo de colores políticos”, expresó el secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona.
INCIDE CORRUPCIÓN
Los representantes de ANPDH y CPDH, Álvaro Leiva Sánchez y Marcos Carmona, respectivamente recordaron que en esta situación de supuesta disminución de las denuncias en la Policía, también inciden los casos denunciados de aparente corrupción a lo interno de la institución. Ambos pusieron de ejemplo el reciente caso denunciado por el excomisionado Saromar Reyes, quien afirmó ante los organismos que ambos representan que fue dado de baja deshonrosa de la Policía tras la fabricación de expediente.
AGRESORES IMPUNES
Mauro Ampié lamentó que desafortunadamente la Policía incluso no ha proporcionado a las organizaciones como el Cenidh, las informaciones oficiales que les han solicitado y que ellos requieren para elaborar sus informes anuales.
Álvaro Leiva expresó que denuncias presentadas por la población ante ese organismos demuestran que el ciudadano se siente indefenso.
Marcos Carmona, puso como ejemplo, que actualmente cuando se registra algún robo en las comunidades mucha gente no va a denunciarlo porque les aducen que no tienen recursos y no se investiga.
PRESENTADO COMO LOGROS
La primera comisionada Aminta Granera presenta como logros la disminución de la tasa de homicidios de 8 por cada 100 mil habitantes. Pero que en realidad no fue que bajó sino que se mantuvo la tasa reportada en 2014.
Igualmente Granera hace énfasis en que solo el 6.2 por ciento de la actividad delictiva estuvo relacionada con delitos de alta peligrosidad y que durante 2015 esa institución impidió el ingreso al país de cuatro toneladas de cocaína.
“Esta estrategia que se traduce en acciones concretas para el fortalecimiento de la seguridad, favorece un clima para la inversión nacional y extranjera y permite que Nicaragua compita con amplias ventajas comparativas en materia de seguridad en relación a los demás países de la región”, señala Granera.