Nicaragua le negó el ingreso al país a 41 peregrinos salvadoreños que pretendían visitar el Santuario de Popoyuapa, en Rivas, y viajar a Granada, pese a ser oriundos de uno de los cuatro países firmantes del CA-4.
Pese a las gestiones realizadas para que les permitieran la entrada a los salvadoreños, funcionarios de Migración explicaron que “hay órdenes superiores de no dejarlos entrar por motivos religiosos”, expuso fray Anselmo Alberto Maliaño, superior de los frailes franciscanos en Nicaragua, quien ayer recurrió al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
La excursión de salvadoreños llegó al puesto fronterizo de El Guasaule el 3 de agosto, a eso de las 3:00 p.m., y desde esa hora empezaron a gestionar que les permitieran el ingreso, pero la negativa les llevó a dormir en la intemperie, dado que en ese puesto fronterizo no hay hoteles, no hay baños y no hay duchas, explicó el religioso.
En una carta dirigida a la presidenta del Cenidh, Vilma Núñez, Maliaño le explica que pese a que la mayoría de los peregrinos son de la tercera edad, “los agentes de Migración de esta frontera los trataron mal”.
Uno de los alegatos de los funcionarios de Migración fue de que “han pasado muchos buses evangélicos hacia Nicaragua, lo que ha despertado cierta sospecha”.
Maliaño explicó que según conoció, por un momento la situación se puso tensa y fue cuando una de las personas grabó lo que sucedía con ellos en la frontera.
OBLIGADO A BORRAR VIDEO
Los funcionarios de Migración retuvieron a la persona durante 45 minutos, lo amenazaron, le quisieron despojar de la tablet y lo obligaron a borrar el video, explicó el religioso.
Todas las personas que en su mayoría eran de la tercera edad, entraron en pánico.
El 4 de agosto los peregrinos salvadoreños tomaron la decisión de regresar a su país.
“Esta es una violación a los derechos humanos y a la libertad religiosa”, criticó Maliaño, quien expuso su temor de que este tipo de hechos se repita, pues en la Embajada de El Salvador, adonde informó lo sucedido con sus ciudadanos, le comunicaron de otros casos que ellos han conocido que han ocurrido en esa misma frontera, así como en la de El Espino.
TAMBIÉN impiden ingreso POR MOTIVOS RELIGIOSOS
“Estamos en una situación un poco difícil, una situación que nos preocupa porque ahora también son motivos religiosos, ahora ya no solo (por) motivos políticos, sino por motivos religiosos”, denunció Maliaño.
El director del Cenidh, Mauro Ampié, rechazó este procedimiento de las autoridades migratorias, que consideró arbitraria y que dijo: “Están tomando malas decisiones”.
El Cenidh dirigirá una carta a la ministra de Gobernación, Ana Isabel Morales, y a la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), para solicitar una explicación y que según Ampié, “seguramente no querrán dar”.
Al Cenidh le preocupa que en este caso se observa que el rechazo pudo haber tenido una motivación religiosa, lo que llevaría a pensar que se está lesionando la libertad religiosa en Nicaragua, expresó Ampié.
El director del Cenidh señaló que ha conocido otras situaciones ocurridas en las fronteras y restricciones de ingreso sin explicaciones convincentes a extranjeros, como sucedió en la presente semana con los diputados venezolanos.
Ampié recordó que en los últimos cuatro años no han escapado de las disposiciones migratorias del gobierno de Daniel Ortega, periodistas, defensores de derechos humanos, académicos, entre otros.
DAÑA IMAGEN DEL PAÍS
Decisiones de las autoridades migratorias como las de los últimos días, dañan la imagen del país, advirtió Mauro Ampié, director del Cenidh, quien señaló que esto puede alejar el turismo.
Recordó que varios países emitieron alertas a sus ciudadanos que pretenden ingresar a Nicaragua.
El Movimiento Renovador Sandinista (MRS) denunció que en el caso de los diputados venezolanos, estos fueron detenidos al entrar al país durante dos días. “A todos se les sometió a tratos humillantes, secuestro y aislamiento, violando el derecho internacional y su condición de parlamentarios”, dice el MRS que señala que el diputado Williams Dávila, fue expulsado “con acusación de sospechas de tráfico de drogas, lo que motivó su aislamiento y maltrato por el gobierno”.
ANTECEDENTES
En enero de 2016 fue expulsado el italiano Alberto Boschi, así como tres integrantes del grupo de teatristas bolivianos TransformArte.
En febrero de 2016, fue expulsado Carlos Ponce, director de Freedom House.
En junio de 2016, fueron deportados tres funcionarios estadounidenses, entre ellos, el académico Evan Ellis. También fueron expulsados seis ambientalistas de varias nacionalidades, y el residente nicaragüense y promotor ambiental José María Reyes.
El 3 y 4 de agosto de 2016, fueron expulsados tres diputados y un asesor venezolanos.
Entre 2012 y 2015, once personas están entre expulsados, deportados o impedidos de ingresar a Nicaragua.