A Vidaluz Meneses
Retratarte en el separador de libros
frente a la estatua de Don Quijote,
bronce puro,
y hacer como si le hablaras a esa mudez,
imagen de aquel parlante incansable,
sobreviviente eterno de imaginadas aventuras,
que ahora camina y platica
en la multitud de cualquier plaza,
en la boca bramante de una estación de metro,
yendo, viniendo, viviendo con nosotros;
una humorada, claro está.
Pero estás bella en la foto del separador.
Conste.
Algo de administrada melancolía.
Uso tu imagen para señalar
los versos que me iluminan. Wallace Stevens:
“La paz allí, caballo y caballero, enajenado, enajenado,
labrado en medio de ambos como un mástil de hojas,
el príncipe de escalofríos de sombra y luces de oropel”.
La Cuchilla, León, noviembre 2014.