Las carnes rojas son una de las principales fuentes proteicas para la alimentación, contienen hierro de muy buena calidad, indispensable para la formación de hemoglobina y prevención de anemia.
Una onza de carne aporta 7 gramos de proteínas. El adulto promedio necesita alrededor de 55 a 70 gramos de proteínas por día.
Contiene minerales como sodio, potasio, zinc, selenio, vitamina B12, tiamina, riboflavina, niacina, biotina, piridoxina, ácido pantoténico, ácido fólico, vitaminas A y E.
La cantidad de grasa en la carne es muy variable, entre 2 y 8 gramos por onza, depende del corte y determina su aporte calórico, puede oscilar entre 45 y 100 calorías por onza respectivamente.
Hay que reconocer que la grasa es un factor determinante en el sabor. El tipo de grasa de la carne es principalmente triglicéridos y ácidos grasos saturados de cadena larga, relacionados con incremento de colesterol y desarrollo de enfermedades cardiovasculares, hígado graso y otras patologías, por lo que se recomienda que su consumo sea mesurado.
Conviene elegir cortes magros, una forma de cocinar que no requiera grasa adicional y un buen grado de cocción, entre más cruda la carne más riesgo de incrementar ácido úrico para quienes padecen de gota.