En una columna anterior hablé de la diosa china Nu Gua, quien usó arcilla amarilla para crear a los seres humanos y después les dio el aliento de vida. Cuando ya no pudo formar más humanos con sus manos, con una cuerda de caña trazó un surco en la tierra mojada, la alzó y del barro negro que caía formó a otros seres humanos.
Los primeros humanos, creados con la arcilla amarilla, constituyeron la nobleza, y los segundos, que se crearon del barro negro, integraron la masa de los pobres.
Nun Gua está asociada también al mito fundacional del matrimonio. La historia es así:
Nun Gua era hermana de Fuxi, uno de los primeros gobernantes mitológicos de China que eran llamados Los Tres Augustos y Cinco Emperadores. Ellos fundaron la civilización china, organizaron las instituciones sociales y crearon las actividades económicas y culturales. Los Tres Augustos y Cinco Emperadores vivieron durante siglos y gobernaron con sabiduría, bondad y progresismo.
Se dice que Fuxi tenía la forma de mitad hombre y mitad serpiente, pero también que era un dragón. Se le atribuye haber inventado la escritura y dársela a la gente, así como también se le reconoce que enseñó a pescar y cazar a los hombres para que pudieran alimentarse.
Los antiguos relatos dicen que en el comienzo de la humanidad la gente vivía salvajemente, sin orden social ni moral. Los humanos sabían quiénes eran sus madres pero no conocían a sus padres. Entonces Fuxi decidió unir al hombre y la mujer para que convivieran permanentemente y criaran juntos a los hijos. Y así fundó el matrimonio y la familia.
Pero para crear el matrimonio Fuxi tenía que casarse él mismo y solo podía hacerlo con su hermana, Nun Gua. Súbitamente Fuxi y Nun Gua sintieron una imperiosa necesidad de unir sexualmente sus cuerpos. Pero eran hermanos y a Nun Gua le daba vergüenza tener una relación carnal con su hermano.
No obstante el deseo fue más fuerte que la vergüenza. Se internaron en la espesura de un bosque donde consumaron su unión sexual y para ocultar la vergüenza Nun Gua ocultó su rostro con un abanico, que elaboró con hojas de los árboles. Así surgió la costumbre de las mujeres de ocultar el rostro con un abanico para coquetear y mostrar pudor ante los varones.
Otra leyenda sobre el origen del abanico chino dice que en tiempos del emperador Hsien, allá por al año 2,697 antes de Cristo, la hija de un mandarín llamado Kan Si se quitó el antifaz durante un baile, porque hacía mucho calor, y se sopló el rostro con él para refrescarse. Para que las demás personas no la identificaran, la muchacha agitaba rápidamente el antifaz ante su rostro. Las demás mujeres apreciaron aquello como un gesto de elegancia femenina y lo imitaron, convirtiéndose a partir de entonces en una costumbre propia de palacio y la nobleza que con el tiempo se extendió a toda la sociedad.
Volviendo al mito de Nun Gua y Fuxi, algunos mitólogos aseguran que la leyenda de su unión sexual es un reflejo de las relaciones incestuosas que se practicaban en el comienzo de la sociedad humana. En esa época el incesto era una necesidad para la supervivencia humana, ya que la gente era diezmada por las epidemias, hambrunas y otras calamidades.
Pero nada de lo que estoy diciendo aquí se debe tomar como una versión exacta del mito. Los textos sobre la mitología china explican que esta es más complicada que las mitologías de otras culturas. Por ejemplo, los autores de la Enciclopedia de la Mitología Universal advierten que para entender la mitología china hay que “aplicar los diversos planteamientos formulados por los mitólogos de todo el mundo…”
En dicha obra británica se asegura que “la mitología china es una colección amorfa, difusa, de relatos arcaicos anónimos, conservados en los escritos filosóficos, literarios o históricos. Son retazos cortos, aislados y de carácter enigmático (…) Es frecuente que los autores adaptaran el mito según su propio punto de vista”.
El mito sobre la unión sexual de Nu Gua con su hermano Nixo trata de explicar cómo se instituyó el matrimonio, a partir del cual la gente pudo vivir mejor, proporcionándose ella misma los medios de subsistencia y haciendo de la institución familiar la base de la organización social.