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Una persona sin hogar duerme en una calle del barrio Wynwood, Miami (Estados Unidos). El barrio artístico y contracultural de Wynwood, en el centro urbano de Miami, donde aparecieron los primeros casos de zika. LA PRENSA/EFE/GASTÓN DE CÁRDENAS

Una persona sin hogar duerme en una calle del barrio Wynwood, Miami (Estados Unidos). El barrio artístico y contracultural de Wynwood, en el centro urbano de Miami, donde aparecieron los primeros casos de zika. LA PRENSA/EFE/GASTÓN DE CÁRDENAS

Foco de zika en Miami se puede repetir en otras zonas de EE.UU.

Para el epidemiólogo Carlos Espinal el primer foco de zika autóctono en EE.UU. se puede replicar con facilidad en otros lugares del país y su freno exige no sólo el control del mosquito, sino "el empoderamiento de la comunidad".

Para el epidemiólogo Carlos Espinal el primer foco de zika autóctono en EE.UU. se puede replicar con facilidad en otros lugares del país y su freno exige no sólo el control del mosquito, sino “el empoderamiento de la comunidad”.

Espinal, nacido en Colombia, que como muchos países tropicales están acostumbrados a lidiar con las enfermedades trasmitidas por el mosquito Aedes aegypti, dijo en entrevista con Efe que debido a las migraciones de personas estos problemas dejaron de ser “exclusivos” de esas zonas.

“Las enfermedades hoy en día viajan con las personas, cualquiera de estos microorganismos puede viajar y empezar una trasmisión local como la de Miami”, indicó Espinal, director del Consorcio de Salud Global, de la Universidad Internacional de la Florida (FIU en inglés), que ayuda en la lucha contra las “enfermedades emergentes”.

El experto en salud pública explicó que así como Wynwood y Edgewater, vecindarios aledaños al centro de Miami donde se presentaron los primeros casos de zika local en el país, que hasta hoy son 16, hay muchas áreas con los mismo riesgos, “sólo que no se han presentado los casos”.

Para el médico, las epidemias de zika y el dengue, esta última hace unos años en Cayo Hueso (Florida), “han tomado un poco por sorpresa a la comunidad y a los servicios de salud en EE.UU. porque si bien existen las condiciones de trasmisión, nunca se pensaba que estas enfermedades podían causar importantes problemas aquí”.

El clima subtropical, el flujo de inmigrantes y turistas, la ausencia oficial de una constante “vigilancia epidemiológica” y, especialmente, la falta de consciencia entre la comunidad sobre su transmisión, que además puede darse por relaciones sexuales, son apenas unos de los factores a los que aludió Espinal.

El especialista en enfermedades infecciosas y tropicales señaló que sólo una de cuatro personas picadas por un mosquito con el virus del Zika desarrolla la enfermedad, con síntomas como fiebre, sarpullido, conjuntivitis y dolores articulares, musculares y de cabeza.

Parece una buena noticia, pero realmente es un “gran peligro”, precisó Espinal, porque ese 75 % de portadores, que muy seguramente ignora que lleva el virus porque no presentó los síntomas del zika, sí puede contagiar a otras personas e incluso al feto, o ser picadas por otros mosquitos que a su vez propagarán el mal.

Esta situación hace del zika una amenaza a sitios como Wynwood, cuyo murales artísticos atraen anualmente a millones de visitantes locales, nacionales e internacionales e inmigrantes que además frecuentan sus países.

“Todavía no sabemos cuántas persona que estuvieron visitando Wynwood pudieron haber desarrollado zika, eso lo sabremos en las próximas semanas”, expresó el médico, quien precisó que aún no hay una vacuna para el zika.

Tanto ese barrio artístico como su vecino Edgewater, donde está la milla cuadrada (2,59 kilómetros cuadrados) donde se presentaron los primeros casos autóctonos de zika en EE.UU., son un área “muy compleja” de tratar por su naturaleza de zona turística, residencial, comercial e industrial al mismo tiempo, según las autoridades sanitarias estadounidenses.

Espinal dijo que así como actualmente esta zona está siendo intervenida, con fumigaciones aéreas y terrestres, una campaña de información sobre el virus y pruebas a los residentes, EE.UU “no debe bajar la guardia” cuando no hay emergencia.

El epidemiólogo dijo que hay mucho “temor de las consecuencias” del zika en las mujeres embarazadas, las cuales son “devastadoras”, principalmente por la microcefalia que puede producir en los fetos, pero que hay poca consciencia sobre transmisión y el “determinante papel que tiene la comunidad en el control de esta enfermedad”.

Precisó que esfuerzos como las fumigaciones “no van a tener mucho efecto” si la comunidad no está “consciente y empoderada” del problema, que además se puede presentar en casi la mitad del territorio estadounidense, en el sur del país, que goza de un clima subtropical.

A la transmisión sexual, que “agrava” el contagio, el experto recomendó evitar pequeños estancamiento de agua, pues las larvas no requieren de grandes charcos, macetas o llantas para reproducirse.

El experto recordó que el Aedes aegypti es un “mosquito bastante complicado” ya que es vector del dengue, chikungunya, fiebre amarilla (para la cual ya hay vacunación) y el virus del Nilo.

Por otro lado, Espinal explicó que se ha observado que el virus del Zika está presente en una persona de unas cuatro a ocho semanas durante las cuales “el organismo elimina esa infección y hace inmune a la persona”.

Hasta el momento, por lo menos 1.818 personas tienen el virus en Estados Unidos continental, en casos relacionados con viajes, según los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), a los cuales se suman los 16 autóctonos que se presentaron desde hace más de una semana en Miami (Florida).

Internacionales EE.UU. ZIka archivo

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