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Cristina Cubero

Cristina Cubero, gerente de consultoría de Deloitte.

Un nuevo modelo de aprendizaje y desempeño

El desafío cada vez más urgente es lograr modelos efectivos, capaces de desarrollar nuevas habilidades en menor tiempo y ser eficientes en guiar a las personas en sus tareas y crecimiento profesional.

Aprendizaje y desempeño son piezas fundamentales en la estrategia de retención, compromiso y productividad empresarial. Se reconoce que “la curva de aprendizaje es la curva de la ganancia”. Por esto el desafío cada vez más urgente es lograr modelos efectivos, capaces de desarrollar nuevas habilidades en menor tiempo y ser eficientes en guiar a las personas en sus tareas y crecimiento profesional.

Las compañías líderes plantean que el aprendizaje no es sinónimo de aula, es un “ambiente, una experiencia permanente”, por ello, han empezado a analizar e incorporar en sus programas simulaciones, “juegos serios”, y toda una plataforma digital e interactiva y los resultados han sido muy positivos.

Las razones del éxito de esta fórmula están precisamente en la mecánica, atractivo, reto y el refuerzo positivo de un videojuego. Esa forma de entretenimiento que captura a personas de todas las edades y cuando se usa desde niños acostumbra al cerebro a esa dinámica.

El juego no solo está ayudando a las empresas a que sus colaboradores aprendan, sino que está dando pistas sobre cómo enseñar y asesorar el desempeño. ¿Cómo entender esto?

Podemos explicarlo con un ejemplo. Camila está en “prepa” en sus palabras, donde se aprende un poco más que en el kínder, pero siempre se juega un poco. Ella administra su tablet desde hace más de un año, busca videos, tiene fotos y muchos juegos que “baja” y guarda. Vive y viaja con su tablet. Ella forma parte de los nativos digitales, ahora también bilingües tecnológicos que las empresas buscan.

Hace un recorrido por la pantalla y abre una “fábrica de pequeños pasteles”, juega, con mirada atenta en: la receta, los ingredientes, los utensilios, el pastel que debe entregar, (un caso típico de empresa: herramientas, tarea y objetivo). Maniobra hábilmente, integrando varias complejidades, acciones y tiempos, superando retos. (Ecosistema de negocios).

Puede ver de inmediato lo que está haciendo bien porque su pastel va tomando la forma adecuada y suma puntos, sonrisa amplia pocos dientes. Reconoce en qué se equivoca de inmediato, “¡no! ese ingrediente no era” “quedó de otro color” y sabe cuándo hace algo realmente bueno porque gana “estrellas”. (¿Parecido a una evaluación de desempeño y recompensa?)

Según diversos estudios, el juego conecta las zonas cerebrales dedicadas a la toma de decisiones y la resolución de problemas, esto siempre que no salte del juego a cualquier otro dispositivo o aplicación.

El juego está condicionando la forma en que se aprende: aprendemos haciendo, adquirimos habilidades de forma rápida en entornos dinámicos con retos y objetivos claros y en ambientes que refuercen positiva y rápidamente el logro. También está marcando pauta de cómo guiar a otros en el desempeño, de forma inmediata y no con una evaluación anual.

Uno de los retos es precisamente esa inmediatez, ya que debe ser equilibrada con espacios de reflexión periódicos. Ese es el rol del líder, llevar en un balance adecuado la dinámica práctica del aprendizaje y la reflexión. Motivar al personal a realizar un ejercicio que ampliará la zona gris del cerebro: pensar.

Aquellas compañías que brinden ese modelo obtendrán mejores resultados y colaboradores más felices y comprometidos.

(*) Gerente de Consultoría.
Deloitte.

Economía aprendizaje Cristina Cubero Recursos Humanos archivo

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