El poblado de Apawás, ubicado en el municipio de San Pedro del Norte, en la Región Autónoma del Caribe Sur (RACS), está en el limbo desde que la empresa brasileña Central de Hidroeléctricas de Nicaragua les compró sus propiedades para el proyecto hidroeléctrico Tumarín, pues no pueden hacer reparaciones ni construir en las casas que se están cayendo a pedazos.
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El Gobierno de Nicaragua adquirió recientemente las acciones de CHN para el desarrollo del proyecto Tumarín por medio de la estatal Empresa Nacional de Transmisiones Eléctricas (Enel) y Disnorte, por 44.2 millones de dólares. En abril de este año el representante de CHN, Roberto Abreu, abandonó el país, mucho antes que se hiciera oficial la compra de las acciones.
Isabel Díaz, representante de los pobladores de Apawás, explicó a LA PRENSA que en el contrato que firmaron con CHN quedaba establecido que la empresa compraba la propiedad y todo lo que estuviera construido en ella, pero que el poblador, quien seguiría viviendo en el inmueble, perdía el derecho de hacer cualquier mejora.
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“La mayoría de las casas en Apawás se están derrumbando porque ellos dijeron que no se podían meter construcciones, porque si metían algo, ya no te iban a pagar eso que invertiste en ella”, explicó Díaz.
El problema es que los pobladores no tienen otro lugar donde ir porque la promesa de reubicarlos en el Nuevo Apawás, que venció en marzo pasado, no se ha cumplido.
Este sería un poblado completamente nuevo, con unas 314 viviendas para las personas que fueron indemnizadas por sus propiedades, que serían inundadas para el funcionamiento de Tumarín.
Francisco Delgadillo, abogado de los pobladores expresó que ahora tienen “más confianza” en que se realice el proyecto.
“El proyecto va y lo asume el Gobierno central y la otra mitad la empresa privada de Brasil”, dijo optimista Delgadillo, quien además aseguró que algunos funcionarios del Gobierno les expresaron que todo seguirá igual, aunque todavía no les han dicho cuándo los trasladarán a sus nuevas casas.