La factura petrolera, sobre la que se basa la relación de cooperación entre Venezuela y Nicaragua, está en crisis profunda. En la primera mitad del año, la facturación por la compra de petróleo y derivados a Venezuela cayó en más de un 300 por ciento con respecto a igual periodo del año, según reflejan datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).
Entre enero y junio de este año Nicaragua pagó a Venezuela por ese concepto 84.64 millones de dólares por debajo de 263.81 millones de dólares, el nivel de caída no visto desde que Nicaragua estableció en 2008 un marco de cooperación basado en la compra y venta de petróleo como parte del Acuerdo de Cooperación Alba.
Y si bien parte de esta reducción estaría explicada por el derrumbe del precio del petróleo a nivel internacional, lo cierto es que la reducción de la factura petrolera con Venezuela está muy por encima del 29.3 por ciento en que ha disminuido a nivel global el pago por importación de crudo y sus derivados hasta junio. Esta última ascendió a 294.7 millones de dólares.
Inclusive la caída de la factura petrolera con Venezuela es superior al abaratamiento interanual del 34.8 por ciento que ha experimentado el precio promedio del barril de petróleo contratado por Nicaragua en la primera mitad del año, según reflejan datos del Banco Central de Nicaragua.
Además, Nicaragua continuó profundizando sus compras petroleras a Estados Unidos y México, desplazando a Venezuela que durante varios años se convirtió en el principal proveedor de crudo y derivados del país.
¿Por qué importa la factura petrolera con Venezuela? En el marco de la cooperación petrolera, el actual Gobierno, encabezado por el presidente inconstitucional Daniel Ortega, pactó en 2008 con su entonces homólogo Hugo Chávez (ya fallecido) destinar una parte de cada barril de petróleo pagado por Nicaragua para financiar programas de inversión de orden principalmente privados y en menor medida públicos.
Lo anterior le permitió a Nicaragua captar entre 2008 y 2015 un poco más de 4,000 millones de dólares en concepto de cooperación petrolera, siendo el 2011 su pico más alto en entrada de flujos de dicha cooperación la que alcanzó 564.3 millones de dólares, según datos del BCN.
Sin embargo, cabe aclarar que gran parte de estos flujos se manejan en Nicaragua al margen del Presupuesto General de la República, es decir sin ningún tipo de fiscalización y además la mayoría de estos se han usado para negocios con fines de lucro, los que son manejados, según han denunciado sectores de la sociedad civil y la oposición política al Gobierno, por allegados a la familia Ortega-Murillo.
Una minoría se ha destinado para programas sociales, algunos de los cuales han sido transferidos al Presupuesto General de la República ante el derrumbe de la cooperación venezolana desde el 2014 y la que se ha agudizado este año, tanto así que ya se conoció extraoficialmente el posible cierre, en septiembre próximo, de la empresa Alba Alimentos de Nicaragua, SA (Albalinisa).
A través de Albalinisa el Gobierno pagaba, con envíos de productos nicaragüenses, parte de la deuda que se está originando de la cooperación petrolera con Venezuela.
FMI: URGE CREAR ESPACIO FISCAL
En entrevista con LA PRENSA, Juan Fernando Zalduendo, ahora exrepresentante del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Managua, atribuyó la caída de la cooperación de Venezuela a la caída del precio del petróleo, lo que ocasiona que el Gobierno tenga limitaciones para ejecutar los proyectos que se venían ejecutando con parte de la misma.
“Por supuesto que la cantidad de proyectos que podés hacer es más limitada, por lo que hay necesidad de reevaluar cuáles son los proyectos que se mantienen, con qué se mantienen, cuáles se financian con la cooperación venezolana y cuáles eventualmente se empiezan a agregar al Presupuesto, que como sabes es parte del proceso que hubo de cómo se redistribuye la baja en la tarifa eléctrica, así que esas son también parte de la razón de por qué nosotros proponemos crear espacios fiscales para poder enfrentar esas nuevas potenciales demandas, sean de origen de la cooperación venezolana o sean de origen de shock externos a raíz de problemas por precios de las exportaciones”, enfatizó Zalduendo, al tiempo que evitó afirmar si dicha cooperación llegará a su fin en el corto plazo.