El guatemalteco Juan Carlos Pérez (que sufre discapacidad en sus dos piernas), junto con su equipo integrado por tres jóvenes, escalaba lento pero firme el volcán San Cristóbal.
Ayer en el último mensaje, en su muro de Facebook, escribió: “Pido sus oraciones por favor!! Hacia la cima del volcán más alto de Nicaragua”.
A eso de las seis de la tarde se divisaban en La Piedra, a pocos metros de llegar a la cima, este es el trecho más empinado y pedregoso. Ahí fue el momento para acampar debido al cansancio del grupo.
El cielo lucía limpio y claro, una lluvia ligera se presentó a las 3:20 p.m. y hubo tormenta eléctrica, sintieron temor por la rayería, pero esta se desarrolló más al sur y no hubo mayor peligro.
Cándido Tijerino, vigilante de la legendaria hacienda San Cristóbal-Las Rojas, ubicada a 17 kilómetros al este de la ciudad de Chinandega, acompañó al grupo desde las 3:00 de la madrugada de ayer y caminó sobre las faldas gran parte de la mañana.
Dice que JC, como le gusta que le llamen al chapín, empujaba su cuerpo de espaldas al coloso, con sus manos. “Esto no había pasado nunca en mi vida, jamás había visto ni (había) venido una persona con discapacidad. Aquí han escalado alemanes, búlgaros, italianos, daneses, japoneses, un finlandés y canadienses, norteamericanos y dominicanos, venezolanos, chilenos, pero jamás alguien con discapacidad”, mencionó.
HERMOSOS ARCOÍRIS
Cándido Tijerino, que regresó al mediodía a la hacienda, relató que había mucha neblina a las 10:00 de la mañana. “Se nos vino una corriente fría y se hizo un arcoíris al oeste, que los muchachos fotografiaron”, mencionó Tijerino.
Al atardecer, con prismáticos se veía a lo lejos al grupo. Fausto Tijerino Sevilla, hijo de Cándido, joven guía, conocedor de toda la zona, del tiempo, senderos y el mejor camino para acercarse al cráter de 1,745 metros los acompañaba.