Ya sea con la Torre Eiffel de fondo o en la cima del Empire State en Nueva York, tomarse selfies en los viajes se ha vuelto casi una tradición y hasta hace que disfrute más de su experiencia. “Quien toma la foto aprecia y recuerda mucho más que quien no lo hace. Sacar fotos, de cualquier tipo, aumenta notablemente las experiencias positivas del viaje”, aseguran científicos de la Universidad del Sur de California, de Yale y de Pennsylvania, en una investigación publicada en el Journal of Personality and Social Psychology.
Usualmente se piensa que tomarse fotos hace que se distraiga del lugar que está visitando; sin embargo, los científicos aseguran que quien toma las fotos “demostraba siempre niveles más altos de compromiso en las actividades e incluso demostró tener mejor memoria de ellas, respecto de quien se dedica a la visita pero sin tomar fotografías”. El estudio concluye aconsejando no ser un “visitante pasivo” durante sus paseos o vacaciones. Compre una cámara y tómese fotos.
Lea también: ¡Guardar comida caliente en la refrigeradora es malo!