Tiene 22 años y una hija de 3. Madre soltera y no estudia ni trabaja. Apenas culminó su educación básica (tercer año de secundaria) y su expectativa de vida es baja.
Vive en Managua y con el dinero que percibe de su pareja sentimental sortea los gastos para ella y su hija, a la que deja durante todo el día en un Centro de Desarrollo Infantil (CDI). Se trata de Claudia, una joven que prefirió no compartir sus apellidos, pero sí su experiencia de vida.
Ella es solo una de las jóvenes en Nicaragua que forman parte de una población de 20 millones de latinoamericanos (hombres y mujeres) que ni estudian ni trabajan y a los que los organismos internacionales, como el Banco Mundial (BM), les llama “ninis”.
Claudia también forma parte de los dos de cada tres “ninis” que en la región son mujeres y cuyo trabajo doméstico es invisible producto de la falta de estadísticas.
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Hasta la entrevista desconocía el término que se emplea para jóvenes entre 15 y 24 años que forman parte de un fuerte grupo poblacional que incidiría significativamente en la Población Económicamente Activa (PEA) y la competitividad de su país, indican estudios del BM, pero que no lo hacen por no estudiar ni trabajar.
MATRIMONIO JOVEN Y EMBARAZOS SON LA CAUSA
“El perfil típico del ‘nini’ es una mujer que no ha terminado la educación secundaria y vive en un hogar urbano pobre o vulnerable. Las mujeres representan dos tercios de la población ‘nini’ de la región y en este grupo el factor de riesgo más importante asociado a la condición de ‘nini’ es el matrimonio antes de los 18 años y el embarazo durante la adolescencia”, muestra el informe: Ninis en América Latina que publicó recientemente el BM.
Pero ¿cuál es la relevancia que ese fenómeno social y económico tiene en una economía como la nicaragüense?
La economista Elizabeth Membreño explica que vulnera directamente el PEA del país, la capacidad de percibir más ingresos por el impuesto laboral, menos circulante de dinero en el mercado, pobreza social y todo ello incide en la competitividad del país.
De acuerdo con el Índice Global de Competitividad que elabora el Foro Económico Mundial, el país sufrió en 2015 un retroceso en su ubicación al estar en el puesto 108 de 140 economías en estudio, mientras que en 2014 estuvo en el puesto 99 entre 144 naciones evaluadas.
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Pero para revertir esas tendencias negativas Membreño afirma que es necesario analizar las raíces de ese resultado en general.
“Un país no puede tomar medidas ni emprender soluciones si no hasta entender sus causas y así formular políticas adecuadas a la necesidad real”, explica la economista.
Membreño cree que la deserción escolar, las brechas laborales entre hombres y mujeres, principalmente en temas salariales, la alta carga de trabajo no remunerado, la insuficiente educación sexual preventiva, la violencia de género y el embarazo adolescente son solo algunas de las razones por las que las “ninis” están marcando una economía como la nicaragüense.
PARA REVERTIR
Una inclusión integral de las mujeres en las actividades económicas, pero que tome en cuenta su capacitación y sana autoestima, es vital para hacerle frente a la crisis que personas como Claudia viven a diario en Nicaragua, explica el economista y catedrático Luis Murillo.
“Cuando le enseñan a una mujer todo lo que implica un proceso productivo, ellas son más eficaces. Cuando se les enseña a hacer las cosas, desarrollan su capacidad de toma de decisiones y las convierte en sujetos que demandan pero que también aportan”, expresó el catedrático.
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Adela Ubau, economista independiente, añade que una política de inclusión que retome la participación de las mujeres en las cooperativas, las empresas, que sean líderes sindicales o gremiales es vital.
“En la medida que ellas ocupen cargos donde puedan tomar decisiones, en esa medida se encontrarán con ese proceso de empoderamiento que las anime. También se necesita que una política de inclusión promueva los emprendimientos donde se les enseñe a elaborar sus planes de negocios y que echen a andar sus sueños, con el fin de promover más empleos”, dice Ubau.
SIN APOYO
Claudia recuerda que la inestabilidad familiar fue una de las causas que la desanimaba a ir a la escuela y hacía que se distrajera fácilmente en otros asuntos.
“Fue así que salí embarazada. No quería estudiar y aunque por necesidad tuve que trabajar, tampoco me gustaba”, relata.
El calvario juvenil tras un empleo
Para Membreño muchos aspectos personales que comparte Claudia al no aplicársele un instrumento de medición, impide a los tomadores de decisión tener un mapa más amplio de las necesidades de la población y por eso la necesidad que se planifique el desarrollo con una perspectiva de género juega una pieza clave en una economía como la nicaragüense.
¿POR QUÉ DEBE IMPORTAR?
Si bien la tasa de “ninis” de la región está por debajo del promedio mundial de 22 por ciento (ver gráfico), existen varios riesgos en esta población.
Uno es la productividad, indica el informe del BM, en el que revela que a medida que hay más “ninis”, los ingresos de un país se reducen. “Alguien que es ‘nini’ hoy, dentro de 20 años, cuando esté en sus mayores años de productividad, es mucho más propenso a tener menos ingresos que quien no lo fue”.
“El efecto adverso de los ‘ninis’ en los ingresos no solo reduce el producto total de la economía debido a una menor productividad laboral (el motor del crecimiento). También obstaculiza la igualdad. Una incidencia de ‘ninis’ más alta en los hogares pobres y vulnerables exacerba las desigualdades existentes”, afirman los expertos en ese estudio.
Asimismo, el fenómeno de los “ninis” contribuye a la delincuencia, las adicciones y la desintegración social, especialmente en algunos países. Por ejemplo, el estudio revela que en México, entre 2008 y 2013, cuando se triplicaron las tasas de homicidios, también aumentó significativamente la cantidad de “ninis”.
OTRAS CIFRAS
54% es la probabilidad de que mujeres trabajen en un mercado informal en Latinoamérica y el Caribe, muestran datos de ONU Mujeres.
49.1% de las mujeres trabajadoras del mundo se encontraba en situación de empleo vulnerable, a menudo sin protección de las leyes laborales, frente al 46.9 por ciento de los hombres en 2013, destacan estimaciones de ONU Mujeres.
47.1% fue la relación de mujeres con empleo frente a su total de población en 2013, mientras que la relación entre hombres con empleo y población se ubicó en un 72.2 por ciento.
APOYO EMPRENDEDOR
Al ser el empleo en el sector formal una pequeña parte del total en los países de ingresos bajos y medios, la mayor parte de los jóvenes no consiguen puestos de trabajo en el sector formal, razón por la que el informe Ninis en América Latina, publicado por el Banco Mundial, plantea que prepararlos para la vida real en el sector informal a través de la formación empresarial es una opción considerada por muchos de los tomadores de decisiones.
“Los programas pueden proporcionar capacitación (en habilidades técnicas específicas, tales como capacidades empresariales y de gestión), financiamiento (subsidios o préstamos) o una combinación de ambas”, indica el informe.
