El pene es el órgano masculino de la reproducción y placer sexual. Tiene forma cilíndrica y por él pasan el semen y la orina hacia el exterior del cuerpo.
Está formado por tejido eréctil que consiste en dos cuerpos cavernosos y uno esponjoso que se llenan de sangre venosa, logrando el aumento de tamaño y erección o tumescencia.
Antes de padecer cáncer de pene, una persona puede resultar con afecciones premalignas del pene que se llaman leucoplaquias, balanitis xerótica, eritropsia de Queyrat o tumor de Buschke.
El tumor maligno del pene se llama carcinoma de células escamosas y en Estados Unidos se registra un caso por cada 100,000 varones, por lo que podemos decir que se trata de una enfermedad rara.
Entre los factores de riesgo del cáncer de pene se encuentra: si el paciente ha sido circuncidado hay menor riesgo. Se ha encontrado que el virus del papiloma humano y el del herpes pueden ser agentes causantes.
Otros: más de 60 años, no practicar buena higiene personal por el papel del esmegma o “sudor del pene” que a través del baño diario eliminamos.
Tener fimosis que es la incapacidad de llevar hacia atrás el prepucio lo cual mantiene “tapado” el glande.
Tener muchos compañeros sexuales y no utilizar preservativo de látex, así como fumar cigarrillos son otros de los factores que predisponen al cáncer de pene.
El afectado va a quejarse de haber notado enrojecimiento, irritación o dolor del glande. Heridas o secreciones. Otros detectan presencia de una masa o tumor en el pene.
Para el diagnóstico se examina al paciente y se solicita una biopsia con lo cual tendremos el diagnóstico.
Cuando se detecta el cáncer de pene en etapas tempranas como los estadios 0, I y II podemos garantizar la curación, de ahí la importancia del diagnóstico temprano. Visite su médico internista.
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