Más de 1,500 personas, en su mayoría jóvenes, se disputaron cien plazas que cuarenta empresas dispusieron en la Feria de Oportunidades realizada por el Instituto Nicaragüense de Desarrollo (Inde).
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La constante entre los jóvenes es que se sienten discriminados porque en una contratación pesa más la apariencia que la capacidad.
Leyla Lacayo tiene 18 años. Jamás ha trabajado y espera que después de haber estado en algunas entrevistas de empresas presentes en la feria encuentre una oportunidad, pero le causa temor que antes de la capacidad profesional tomen en cuenta el físico de las personas.
“Podés tener bastante capacidad, pero si no tenés un buen aspecto, las oportunidades no se nos dan”, lamentó Lacayo tras dos horas de hacer filas para entregar sus papeles en dos empresas.
EXPERIENCIA LOS LIMITA
Estudió un técnico en Contabilidad, pero le parece irónico que siempre que solicita un empleo le pidan experiencia mayor a un año.
Lillybeth Guillén tiene 22 años, estudió Contaduría Pública y Finanzas y concuerda con Lacayo sobre la importancia que las empresas privadas le den la oportunidad de fortalecer capacidades a las nuevas generaciones que llegan en busca de un puesto con remuneración.
“Solo pasantías te ofrecen, que aunque no es nada malo, pero necesitás después de determinado tiempo percibir ingresos”, expresó Guillén tras ser consultada en la Feria de Oportunidades, que organizó este miércoles el Inde en un hotel capitalino.
IMPORTANTE PUNTO DE AGENDA
Para el presidente de la junta directiva del programa Emprendedores Juveniles de Nicaragua (EJN), Rodrigo Ibarra, el fenómeno que denuncian, tanto Lacayo como Guillén, se experimenta en todo el mundo.
“Sin embargo te das cuenta que existe una serie de condiciones para revertirlo y es un punto de agenda nacional muy importante que se cuida (es decir, del que están pendiente)”, manifestó Ibarra.
NO HAY CAPACIDAD
La Ley 392, Ley de Promoción del Desarrollo Integral de la Juventud, establece en el inciso b) del segundo punto del artículo 9, que “se promoverá que las instituciones estatales y privadas, de conformidad a la necesidad de las mismas, contraten como mínimo el 30 por ciento de mano de obra juvenil”.
Al ser consultado el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, este dijo que el sector no cuenta con la capacidad suficiente para absorber toda esa mano de obra que año con año sale de las universidades en búsqueda de su primer empleo.
“Hemos dicho que no tenemos en las empresas la capacidad de darle espacio a todos y por eso es importante que hagan sus negocios”, manifestó el representante gremial, quien agregó que las empresas presentes ayer en esa feria sabían que esa población en edad de trabajar no tenía la preparación suficiente.
Por otra parte, la Ley 392 plantea: “Garantizar sin distinción la participación y acceso de las mujeres jóvenes en el mercado de trabajo brindándoles oportunidades de empleo mediante campañas de sensibilización a los empleadores para eliminar la discriminación o diferencia de trato por razones de edad o sexo”, aspecto que Lacayo y Guillén sienten que se transgrede al priorizar imagen y no capacidad intelectual.
Datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestran que solo el 37 por ciento de los jóvenes latinoamericanos cotiza en la Seguridad Social y apenas un 29 por ciento lo hace al sistema de pensiones.
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UNA BOLSA DE EMPLEO
Para Elizabeth Membreño, especialista en Desarrollo Económico, es necesario que se brinde a los profesionales un espacio de inserción laboral que puede ser paulatino y “con reglas claras”, sobre lo que necesita la empresa y el aporte del profesional a la misma.
“Es importante que haya una bolsa de empleo nacional para que se canalice la demanda de empleos y así se orienten las tendencias que la cultura de empresarios necesita como fuerza laboral y el joven recién egresado pueda saber dónde acudir”, manifestó Membreño.
“Son solo algunos aspectos que, por muy sencillos que sean, aportan a que en el país disminuyan los niveles de desempleo que actualmente experimentamos y de ahí la necesidad de trabajar en una fuerte articulación con las empresas para que no formen a estudiantes con el mismo perfil, sino conforme con la demanda del país y las tendencias que a mediano y largo plazo puede dirigirse el esfuerzo nacional”, expresó la economista.
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Leyla Lacayo, busca empleo, pero la discriminación empresarial siente que se lo impide @laprensa @OIT_AmerCentral pic.twitter.com/xARDhhlpyv
— La Prensa Activos (@LPActivos) 24 de agosto de 2016