Sin complejos ni temores un joven de 35 años, quien se gana la vida vendiendo ropa de casa en casa, recorre el norte de Costa Rica para denunciar de amañado el proceso electoral en Nicaragua.
Ever Antonio Espinoza Guzmán, originario de Nindirí, Masaya, combina su trabajo como vendedor de ropa ambulante para criticar, lo que él considera, un deterioro de la libertad política de Nicaragua y la crisis económica y social.
Pero también, cuenta, que pide a los nicaragüenses en Costa Rica que no vayan a votar a Nicaragua o insistan a sus familiares, en su terruño, a no prestarse al juego de la “farsa electoral”, como cataloga al actual proceso de sufragio, porque además los actuales partidos en contienda no han garantizado la cedulación y voto de nicaragüenses en el exterior, al que por ley los emigrantes tienen derecho.
LLAMA FARSA A LAS ELECCIONES
El llamado lo hace en sitios públicos como mercados donde hay mercaderes y clientes nicaragüenses, paradas y autobuses de transporte público y parques como La Merced en San José, donde se reúnen migrantes nicaragüenses.
“Conociendo la ley, viendo las estupideces del Gobierno y sus aliados, me preocupa la farsa electoral, violación a las leyes, a la Constitución, el abuso de destituir diputados, abuso de cancelar personería jurídica a partidos y dárselas a otros”, explica Espinoza, quien ha vivido en el exterior y ha visto el desarrollo de esos países, contrario a Nicaragua, que aún no despega en desarrollo, comentó.
“Todo eso me llenó de indignación. No soy ni del PLI ni del PLC ni derecha ni de izquierda; sino que pienso que Nicaragua debe tener la unión popular para que haya una nueva formación y buscar mejores alternativas para los ciudadanos. Tenemos el síndrome de la ignorancia y nos quedamos con brazos cruzados ante tanto abuso”, añadió.
NO HAY ALTERNATIVAS
Según Espinoza Guzmán las elecciones del 6 de noviembre no ofrecen alternativas porque por un lado hay un gobernante que nombra a su esposa como compañera de fórmula, lo cual no es bien visto a nivel internacional; y por otro, van de candidatos al parlamento nacional los mismos que lo han tenido “secuestrado” durante todos estos años.
“Quiero que la gente haga conciencia de que en Nicaragua no existe razón para ir a votar. Se nos ha violentado a los nicaragüenses en el exterior el derecho a la cedulación y el voto. No hay condiciones para elegir candidatos idóneos, que no nos prestemos a un sistema corrupto y farsa electoral. Si enviamos remesas que sostienen el país, ¿porqué no nos toman en cuenta a nosotros? Que no vengan de descarados a pedirnos el voto cuando la ley no la cumplen. Repito, no soy de ningún partido político”, reiteró.
Espinoza Guzmán cuenta que vivió 10 años como migrante en Belice. No es titulado, pero sí habla inglés. Regresó a Nicaragua en 2006 para instalar un negocio de impresiones y cibercafé en el Oriental, pero asegura haber sufrido robo y persecución de sandinistas que veían con enojo su interés de crear un movimiento en ese mercado que promovía ideas a favor de las libertades, educación y desarrollo.
Producto de esa persecución que lo llevaron en más de una ocasión a la cárcel para ser indagado, decidió emigrar hace 6 años a Costa Rica, donde trabaja como vendedor de ropa en la zona norte. Ahora lo aprovecha también para hacer la denuncia casa a casa.
