Apego es el miedo que proviene a perder la relación con esa persona, el miedo a ser reemplazado y olvidado, el miedo a dejar de ser amado.
Cuando se vive con apego, el entregarse más que un acto de cariño desinteresado y generoso es una forma de sometimiento cuyo eje se basa en el temor a perder a la pareja. El que está escondido bajo el disfraz de un amor romántico.
La persona apegada comienza a sufrir una despersonalización lenta y cruel hasta convertirse en un anexo del individuo, dejando de un lado su propia vida y priorizando la vida del otro.
Una persona con apego se puede identificar si su comportamiento y actividades que la identificaban cambian por completo, para adquirir este nuevo estilo de vida, el cual consiste en mantener la proximidad con la otra, resistirse a la separación sintiendo ansiedad, desolación, depresión y abandono ante la pérdida.
Usar la figura de apego como base de seguridad y refugiarse en ella en momentos de tristeza, temor o malestar, buscando apoyo y bienestar emocional.
Para poder enfrentar y superar relaciones basadas en apego es importante aceptar que las uniones y las personas son etapas y como toda etapa tienen su fin si no se cultivan adecuadamente, de igual manera es esencial aceptar que todos son personas individuales lo cual significa actividades, amistades y gustos distintos que no pueden convertirse en problemas durante la relación y que tampoco pueden ser controlados por la otra persona.
De igual forma es importante contar con el apoyo de un profesional que brinde recomendaciones para lograr una autoestima y autoimagen adecuada que permitan enfrentar de la mejor manera un desarrollo óptimo e integral.
Por ende es importante dejar ir lo que tienes que dejar ir y seguir viviendo, para así encontrar nuevas relaciones que le corresponden encontrar para compartir y convivir, dejando el pasado y conectándose con el presente.
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