Mi tío (aunque parece más primo), Pedro Belli A., a quien mucho aprecio, escribió hace una semana que piensa votar en las votaciones (me resisto a llamarle elecciones pues no elegirán). Yo pienso abstenerme. Resumiré siete argumentos con que respalda su decisión, acompañando cada uno con las razones de mi desacuerdo.
1. Pedro: Abstenerse legitimaría una victoria arrasadora de Ortega: “Si nosotros mismos hacemos campaña para no votar ¿cómo vamos a alegar intimidación? ¿Cómo vamos a alegar fraude?”
Desacuerdo: La ilegitimidad de los próximos comicios no es algo que puede ocurrir si Ortega trampea en ellos o si gana “limpiamente”. Los comicios ya son ilegítimos. Fraude e intimidación ya están en marcha. No habrá elecciones libres y transparentes, independientemente de que se vote o no, porque están viciadas desde su origen: sacaron de juego a los principales opositores, no hicieron cambios en un Consejo Electoral de probada corrupción, y prohibieron la observación independiente.
2. Pedro: Si las elecciones reflejaran la encuesta de Borge y Asociados, que le da un 44 por ciento a Ortega, este “ganaría la Presidencia, pero perdería el control de la Asamblea y por ende la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y del Consejo Supremo Electoral (CSE), lo cual sería un enorme logro”.
Desacuerdo: ¿A quién se le ocurre pensar que Ortega y su agente Roberto Rivas, van a permitir jamás semejante resultado? Los que han robado varias elecciones en el pasado, ¿dejarán de hacerlo en el presente? Por nada del mundo Ortega renunciaría controlar los poderes del Estado.
3. Pedro: “Es fácil robarse tres puntos, pero no diez”.
Desacuerdo: Es utópico pensar que cuando los únicos contendientes son partidos zancudos, con personajes desconocidos y sin liderazgo, obtengan suficiente caudal de votos como para tener que robarles diez puntos. Ninguno de ellos arrastra masas.
4. Pedro: No es cierto que no hay por quien votar: “hay cinco partidos de oposición”.
Desacuerdo: Es un argumento no solo débil sino terrible; el mismo que están utilizando los propagandistas del régimen y usaron algunos gobiernos comunistas que permitían partiditos nominales. Cuando los candidatos son únicamente los permitidos por el régimen, podría haber 20 partidos y no tener por quién votar. El único grupo opositor, capaz de amalgamar un buen caudal de votos, fue eliminado, además del MRS y al PAC de Hassan. Los restantes no son verdadera oposición sino zancudos, cómplices del régimen. ¿Son oposición el PLC de Alemán o el PLI de Reyes?
5. Pedro: “Hay que votar por el más atractivo de ellos para empezar a romper el control absoluto de los orteguistas”.
Desacuerdo: ¿Acaso no fue eso lo que hicimos cuando corrió Eduardo o Fabio? ¿Y qué se logró? Es ingenuo pensar que, en las amañadas circunstancias actuales, el voto debilitará al orteguismo. Hacerlo es ignorar que él ya aplastó el juego electoral y está decidido a imponer la dictadura de un solo partido.
6. Pedro: “Los abstencionistas no tienen un plan para después de noviembre”.
De acuerdo: Ni ellos ni nadie lo tienen. Hay que hacerlo. A sabiendas que cuando los medios electorales están cerrados, las alternativas son otras. Yo prefiero las pacíficas.
7. Pedro: “Aunque esté equivocado yo votaré”.
Desacuerdo: Será contribuir a la farsa y hacerle el juego a Ortega. Lo único que hará aún más patente la ilegitimidad del actual proceso será lograr la mayor abstención de nuestra historia electoral. Es cierto que el CSE alterará las estadísticas. Pero las colas ralas serán muy visibles. Eso sí sería una bofetada al orteguismo y sus cómplices y una muestra de la dignidad de un pueblo.
El autor fue ministro de Educación en el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro.
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