“Yo llevo algo en mí. Yo quisiera hacer esta pregunta. ¿Por qué motivo este hombre le quitó la vida a la chavala? Ni la Policía ni la juez dijeron por qué es que le quitó la vida?”, expresó Rito Cruz, padre la víctima Xiomara Cruz, después de manifestar su inconformidad por la pena de 28 años de cárcel contra Rodolfo García Valenzuela, alias “El Popo”, para quien dijo merecía una pena de 30 años.
La juez de Distrito Penal de Juicio de Estelí, doctora Elízabeth Corea, presidió la audiencia para la lectura de la sentencia condenatoria contra “El Popo”, quien deberá permanecer 28 años en el sistema penitenciario Puertas de La Esperanza, de Estelí, por el delito de asesinato.
Edgar Aráuz, abogado acusador particular, informó que estarán estudiando la sentencia en sus partes para tomar la decisión de apelar o no la misma, pero igual que la familia aseguró que todos esperaban el esclarecimiento del móvil del crimen; sin embargo calificó de muy bueno el trabajo de las instituciones del Estado con este caso.
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NO SE ACLARAN MOTIVOS
“Hay muchas cosas que no pueden ser totalmente aclaradas, pero lo importante es que ante un crimen de esta naturaleza pues ha habido una buena reacción del Estado para restablecer la paz social… la verdad es que todo el mundo espera el esclarecimiento de los hechos; sin embargo, como te dije, muchas veces no se puede lograr todo”, expresó Aráuz.
El jueves 25 de agosto de 2016, durante la primera hora del juicio, “El Popo” admitió ante la juez Corea, haber cometido el asesinato tal y como lo estaba acusando el Ministerio Público.
El día 8 de abril “El Popo” habría citado en su casa a la joven Xiomara del Carmen Cruz Torres, de 23 años, a quien introdujo a su cuarto, la encerró bajo llave y comenzó a atacarla con un cuchillo, causándole la muerte, por lo que después de arrastrarla al baño la envolvió entre dos sábanas y la enterró en un viejo sumidero, según la acusación admitida por el asesino confeso.
DEFENSA APELARÁ SENTENCIA
No obstante, el abogado defensor Harold Ramírez dijo estar inconforme con la sentencia contra su cliente y en un plazo de 6 días someterá el recurso de apelación ante el Tribunal de Apelaciones, Circunscripción Las Segovias.
Ramírez dijo que pidió la pena mínima de 20 años, pero la juez tomó en cuenta lo que expuso el Ministerio Público, que pidió la pena máxima aduciendo que había agravante de ensañamiento y alevosía cuando estos elementos ya están contenidos en el delito de asesinato en el Código Penal, el cual establece penas de entre 20 y 30 años.
Esta vez fueron muy pocos los policías que dieron resguardo a “El Popo” a diferencia de las primeras audiencias, cuando establecieron un enorme cordón de seguridad, cerraron calles en los alrededores del Juzgado y un fuerte dispositivo de antimotines auxiliados con la Policía de Tránsito llenaron los espacios del complejo judicial.
Muchos sugieren que el resguardo de la Policía no era precisamente para “El Popo”, sino al proceso mismo, que implicó la falta del esclarecimiento del móvil del horrendo crimen, ya que hasta el abogado defensor se quejó de no tener acceso a su cliente, quien es el único que sabe lo que ocurrió exactamente aquella noche fatídica.
CASO DRAMÁTICO
El crimen conmovió a todo el país y principalmente a la ciudad de Estelí, luego que después de varias semanas de haber dado por desaparecida a Xiomara Cruz, finalmente el autor confesara el crimen y el lugar donde enterró el cadáver: en su propia casa.
El caso adquirió ribetes dramáticos cuando la madre del imputado admitió haber conocido de la muerte y posteriormente del entierro del cuerpo de la joven, pero evitó denunciar a su hijo adoptivo y al contrario lo acompañó a un organismo de derechos humanos para denunciar persecución policial contra Rodolfo García Valenzuela.
MATÓ Y NEGÓ HECHO
La frialdad con que Rodolfo García Valenzuela cometió el crimen y luego negó su fechoría causó estupor y rabia en Estelí.
“El Popo” negó en un inicio saber de la joven que llevaba varias semanas desaparecida y trató de despistar a las autoridades diciendo que la había visto pasar en un taxi con una persona desconocida.
La herida con arma blanca que se le vio en la mano dijo que se la había hecho partiendo un pollo en la cocina de su casa y cuando se sintió presionado por las investigaciones denunció a la Policía ante los derechos humanos y solicitó protección legal.
Luego confesó su asesinato e indicó el lugar donde enterró a su víctima, pero nunca explicó los motivos por los cuales acuchilló varias veces a Xiomara.
