En teoría, este sábado 4 de septiembre todos los buses del transporte colectivo y escolar de Nicaragua deberían tener instalado el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) para ser monitoreados por la Policía Nacional en sus recorridos con el fin de evitar, principalmente, que circulen a exceso de velocidad y provoquen accidentes.
Pero la realidad es otra. Resulta que no todos los buses, en el caso del transporte colectivo, tienen colocado el dispositivo, en parte porque los dueños de estos no creen que la Policía o el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) los sancionen.
LA PRENSA conoció, por versión no oficial, que el sector se atiene a que vienen las elecciones presidenciales y el partido de gobierno los necesitará para movilizar a sus simpatizantes, por lo cual no esperan sanción alguna en este contexto.
Pero personas como Alejandra Martínez, quien viaja cada 22 días de Nueva Guinea a Managua, la seguridad de los pasajeros no debería estar condicionada por este factor, porque en efecto una parte de las unidades no andan GPS y viajan con exceso de pasajeros, pese a ser expresos.
Por ejemplo “hay un bus que sale a las 9:30 (p.m.) de Nueva Guinea que viene lleno de piña, naranja y todo lo que montan arriba. A ese bus si se le van los frenos o se le poncha una llanta, nos matamos”, manifestó Martínez.
Lo último que públicamente manifestaron los socios de diferentes cooperativas es que estaban en gestión de que el Gobierno les concedieran, por segunda vez, una prórroga para cumplir con el GPS.
La Policía Nacional calculó en enero de este año que entre 7,000 y 8,000 unidades del transporte colectivo y escolar serán monitoreadas con GPS, para detectar posibles excesos de pasajeros y de velocidad en las carreteras, donde el máximo permitido ahora será de 60 kilómetros por hora.
La cifra la dio a conocer Norman Castillo, subdirector de Tránsito Nacional, un día después que la institución del orden público informó de una nueva normativa hacia el transporte colectivo y escolar con el fin de evitar catastróficos accidentes de tránsito, como los últimos ocurridos al final del año 2015