El exdiputado Eliseo Núñez Morales cree que el Día de la Constitución Política de Nicaragua, que se celebra este lunes, pasó a ser la celebración de una “ficción literaria” desde que esta ley suprema fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia (CSJ), para que Daniel Ortega se pudiera reelegir como presidente en las elecciones de 2011, aunque la misma Carta Magna prohibía la reelección consecutiva en el artículo 147, posteriormente reformado en 2014.
Núñez explica que la Constitución Política no se aplica y es utilizada a conveniencia de quien esté al mando del país. “La Constitución que debería ser un referente sólido de las leyes, en Nicaragua es tan endeble como cuando la Corte Suprema de Justicia la declaró la Constitución inconstitucional para Ortega corriera como presidente”, manifestó Núñez.
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El 22 de agosto de 1995 se aprobó la ley que declara el primer lunes de cada septiembre como Día de la Constitución Política. El exdiputado Enrique Sáenz dedicó su Blog de esta semana a este Lunes 5 de septiembre, titulando su artículo “La madre de todas las leyes”.
Sáenz manifiesta en su escrito que “la Constitución política es la base esencial en que descansa la convivencia pacífica, armónica y segura en una sociedad” y es por eso que considera que “no hay nada que celebrar”, argumentando que “la Constitución fue demolida” por Ortega para “edificar su régimen dictatorial”.
“Pasamos así de una Constitución elaborada para una revolución eterna (1987), a una Constitución reformada para la democracia (la de 1995), a una Constitución desfigurada a la medida de los caudillos pactistas, para terminar en una Constitución dinástica. Si es que se le puede llamar Constitución”, expresa Sáenz.
Sáenz también apunta el tema de la reelección presidencial, que estaba prohibida en la Constitución cuando Ortega se reeligió para un segundo mandato consecutivo en 2011.
“Los afanes de perpetuación en el poder siempre fue motivo de conflictos y guerras. Ortega, al imponer su reelección nos coloca, otra vez, ante la misma cuesta empinada y cubierta de espinas”, expresa Sáenz en su artículo.
Sáenz considera que ahora los nicaragüenses tienen “el reto y la obligación de luchar por restablecer la democracia y dotarnos de una Constitución que exprese un sólido consenso social a partir del cual podamos edificar un futuro decente para todos”.