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Claudia Neira convirtió su “caponera” en un “avión”

Hace 11 años Claudia Neira Bermúdez estaba dando vida a una empresa en un sector incipiente. Hoy es la Mujer Empresaria del Año.

Un escritorio dentro de la Galería Códice fue el inicio de una empresa cuyo logo impreso en papel pendía de un chinche. Hace 11 años Crea Comunicaciones era solo Claudia Neira Bermúdez, una joven comunicadora de 30 años que había decidido dejar su trabajo fijo en Washington para regresar a Nicaragua e iniciar la empresa en la que ella quería trabajar.

Siendo consultora se dio cuenta que en ese entonces en el país no había empresas de comunicación estratégica y relaciones públicas como la que ella tenía en mente. Con nada más que ideas y sueños empezó solo con una computadora y en un escritorio heredado por su hermano que se había ido a vivir a Brasil. Era un emprendimiento en el interior de la galería de arte de su mamá, sin procedimientos preestablecidos ni manuales.

Poco después Mayela Rodríguez, quien trabajaba por su cuenta, se convirtió en la “colaboradora número uno” de Crea Comunicaciones. A Claudia le tocaba hacer las veces de contadora, de chofer, de mensajera y pagaba los gastos con su tarjeta de crédito. Un cliente sin dinero para pagar por los servicios de Crea, pero con una amplia oficina tocó sus puertas: “Entonces como seis meses nos pagó nuestros servicios por dejarnos usar su local”, cuenta Neira para hacer referencia a sus inicios, que ahora rememora desde un cómodo edificio corporativo, donde ya no usa el escritorio de su hermano, sino que tiene suficiente espacio para área de monitoreo, diseño gráfico, un departamento de comunicación digital, otro de comunicación estratégica y otro de relaciones públicas. Y Mayela —sobre quien bromean que durante mucho tiempo fue la empleada del mes, por ser solo ella— ya no es la única colaboradora, ahora son un equipo que supera la veintena de personas.

Este emprendimiento hizo merecedora a Claudia, ahora de 41 años y directora ejecutiva de Crea Comunicaciones, del reconocimiento Mujer Empresaria del Año que entrega anualmente el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) en el marco de la celebración del Día del Empresario Nicaragüense, mañana.

¿Qué fue lo que marcó la diferencia de Claudia Neira y de Crea?

Siempre tuve claro el alcance del servicio que quería tener. Para hacer el pacto social de la junta directiva siempre tuve claro que quería ser una empresa privada. Y mucha gente me decía: “Niña, hacete una ONG, que así no pagás impuestos”. Y yo les decía: “Si yo quiero venir a Nicaragua a trabajar y a generar, tenemos que jugar limpio, porque ser empresario implica ser empresario responsable, pagar buenos salarios, capacitar a la gente, no es ningún favor que te vayás de vacaciones, no es ningún favor que te paguen tus prestaciones de ley, es lo obligatorio, es lo mínimo, pero si podemos dar más que eso, hay que darlo”. Y en ese sentido me siento contenta que en Crea tenemos muy buenas prestaciones al margen de las obligaciones de ley, porque al fin y al cabo la gente pasa la mayor parte del tiempo aquí… Yo no quería un pacto social que me limitara el actuar de Crea, entonces me decía el abogado: “Vos estás haciendo el pacto social de un (avión) Concorde y lo que tenés es una caponera”. Pero yo le decía: “No importa, la caponera va a crecer, luego va a convertirse a camioneta y poquito a poquito vamos a llegar a La Costeña”. En ese sentido yo siempre tuve la claridad de dónde quería estar y dónde quería llegar.

Creo que uno de los principales temas es que mi razón de ser nunca fue el dinero, yo nunca quise una empresa que facturara tanto. Yo nunca quise una empresa que tuviera tantos empleados, yo quise una empresa donde las cosas se hicieran bien, hubiera un buen ambiente de trabajo y brindáramos un servicio que Nicaragua en ese momento no lo tenía. Y eso es lo que me satisface, que hemos podido hacerlo.

Crea Comunicaciones inició con Claudia Neira en un escritorio en Galería Códice. Hoy emplea a 21 personas y tiene decenas de clientes. LA PRENSA/CORTESÍA
Crea Comunicaciones inició con Claudia Neira en un escritorio en Galería Códice. Hoy emplea a 21 personas y tiene decenas de clientes. LA PRENSA/CORTESÍA

¿Cómo se logra eso en comunicación, siendo un sector que muchas veces las empresas no ven como importante y hasta lo delegan en Mercadeo y hasta Recursos Humanos?

Yo creo que eso ha cambiado, en parte porque has tenido resultados mostrables y evidenciables para respaldar tu trabajo y para evidenciar la importancia que tiene un trabajo planificado y estratégico, con objetivos medibles y con resultados a mediano y largo plazo. En la medida en que la comunicación sea coherente con lo que tenés, realmente comuniqués con un objetivo y una razón de ser, va a tener cabida. Y yo creo también que la gente ha empezado a entender el vínculo que tiene el tema de comunicación, reputación y sostenibilidad. Para mí ese es un triángulo perfecto, la comunicación incide totalmente en la reputación, en la manera como la gente te percibe y cómo la gente te ve, si la gente cree en vos y si la gente no cree en vos. Y al fin y al cabo eso tiene un vínculo directo con la sostenibilidad, no solamente con el tema de desarrollo comunitario y Responsabilidad Social Corporativa; al fin y al cabo si la gente te prefiere a vos eso tiene una incidencia directa en tu marca o en tu producto. Yo creo que la gente poco a poco se ha ido dando cuenta y las empresas privadas, y los grandes capitales, que esto no es simplemente una labor que podés poner al de Recursos Humanos o al de Mercadeo…

Yo creo que eso es un reto que tenemos que pasarle también a la academia, porque la academia por los últimos años no ha estado al nivel de lo que requiere la gente; están formando periodistas, que es muy bueno, y presentadores de televisión, que es muy bueno, pero no están formando comunicadores que tengan una visión integral del trabajo de la comunicación y que pueda conseguir trabajo después.

Sobre todo al inicio, las empresas tienden a tomar todo el trabajo que les llega, ¿qué factores se deben tomar en cuenta en este sentido?

En el caso nuestro, que es una industria de servicios, es clarísimo ver si es algo que realmente vos podés hacer, si es algo que vas a tener el control de principio a fin de la calidad. Porque nosotros siempre decimos: ¿esto es algo que vos pondrías tu foto al lado?, ¿pondrías tu nombre al lado?, ¿te sentís orgulloso de decir que esto es un producto que vos hiciste? Entonces cuando vos no tenés conocimiento pleno de lo que implica el proceso y eso más bien te va a poner en riesgo y tu propia reputación la vas a sacrificar, es momento de decir no…

Para emprender tenés que estar clara de tus límites y hasta dónde tenés que decir no, porque sino vas a sacrificar al fin y al cabo tu propia reputación.

Las mujeres aún seguimos atadas a roles impuestos que nos duplican el trabajo, ¿cómo lo has manejado?

Profesionalmente todo lo que me he planteado, afortunadamente lo he podido hacer, porque yo creo muchísimo en mí y en el equipo que tenemos. Yo soy soltera, no tengo las medidas de cuerpo escultural, tampoco tengo una serie de atributos que tendría que tener para ser considerada exitosa de acuerdo con esos roles tradicionales… Pero eso profesionalmente no me hace ni más ni menos que ninguna otra mujer profesional, entonces ahí sí creo que hay temas inevitables, pero creo también que los tiempos han cambiado, que depende también de la gente con la que compartís y de la que te rodeás, si ellos tienen una visión de la vida y los roles que tienen que jugar tanto los hombres como las mujeres, las situaciones cambian, pero que indudablemente formamos parte de una sociedad lo cual también te marca, pero yo creo que te marca en la medida que vos dejés que te marque.

Sí, nos va a tocar hacer doble jornada probablemente; sí nos va a tocar hacer cosas que en otros espacios o en otras sociedades la carga es mucho más compartida, pero en la medida que nosotras contribuyamos a cambiar esa carga y a no victimizarnos, sino tratar de demostrar con hechos que podés, vamos a mejorarlo. Sí creo que hay muchos desafíos y como sociedad y como empresa privada tenemos que comenzar a dar pasos que no los vas a solucionar tampoco simplemente estableciendo cuotas o poniendo mujeres por ser mujeres. Yo personalmente creo que las cuotas no son la mejor solución, porque yo no contrato a nadie por ser mujer o por ser hombre, ni por su preferencia sexual ni por su preferencia religiosa, contratás a una persona que tenga las competencias. Lo que sí tenemos que tener claro es que una vez que esa persona esté dentro de la empresa, tenga las mismas oportunidades y la misma remuneración que tendría cualquier otra persona al margen de si es mujer o si es varón.

¿Cómo te llegó la noticia de este reconocimiento?

Yo estaba aquí y de pronto me llegó un chat: “Qué bárbara, felicidades”. Y yo: “¿Qué?” A mí ya me habían pedido mi currículum, me habían pedido mi foto, me habían preguntado. Pero viendo las antecesoras lo dejé ahí, no quise hacerme ilusiones… Sentí que era como un reconocimiento, como que ya estaba jugando en las grandes ligas de alguna manera, y que lo que has hecho calladito por un montón de tiempo, sin buscar premios y sin buscar reconocimientos, más que hacer tu trabajo bien, sea compensado… Ahora que me han llamado para entrevistas me da pena ser sujeto de noticia, porque nosotros siempre somos los que estamos detrás de la mesa… pero yo lo estoy tomando como una oportunidad para hablar del trabajo y de la importancia de la comunicación.

Economía Claudia Neira Crea Comunicaciones archivo

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