Román “Chocolatito” González, la joya más preciada del deporte nacional, tuvo la genialidad de aparecer en el escenario cuando debía.
A Rosendo Álvarez ya se le había apagado el fuego que lo llevó a dos títulos mundiales, y Alexis Argüello había dejado de protagonizar duelos épicos, para volverse una referencia y no solo del boxeo.
Justo ahí surgió Román y asumió el reto de mantener a Nicaragua en el mapa del deporte mundial. Y aunque irrumpió a la sombra de Argüello, brilla con luz propia, pero sigue agarrado a su recuerdo para mover fronteras y agrandar su legado.
Román subirá hoy al ring del Forum en Inglewood, California, en busca de una cuarta corona mundial, gesta difícil hasta para el propio Alexis, quien lo intentó en dos ocasiones. Su rival, Carlos Cuadras, es también un monarca invicto y decidido a darlo todo para abrirse puertas en el pugilismo.
Hasta ahora ha sido imparable
A través de su carrera, en la que ha arrasado a cuanto rival le han puesto en el camino, el “Chocolatito” ha construido su historia con un boxeo limpio, preciso y mortífero. Y aunque se dice que no ha tenido duelos heroicos, quizá se deba a que su superioridad hace que sus oponentes luzcan como calamidades andantes.
Pero su talento ha estado ahí, listo para desplegarse cuando las circunstancias lo exijan. Sus duelos con el “Chango” Vargas, “El Gallo” Estrada, Brian Viloria y Akira Yaegashi, están entre las batallas que más lo han exigido aunque no necesariamente lo hayan acorralado.
Hoy cruzará disparos con Cuadras, un joven espontáneo al hablar y decidido al disparar, pero para vencer a Román necesita estar cerca de lo perfecto, algo que otros 45 no han conseguido, mientras el chavalo de Managua se eleva hasta la cima del pugilismo mundial.
Ahora que los ojos del mundo del boxeo estarán atentos a cada movimiento del “Chocolatito”, el nica seguro pondrá sobre el escenario toda su exuberancia atlética, su boxeo de antología y su valentía a pruebas de balas. Hoy más que nunca, Román no puede guardarse ninguna bala.