14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
José Ríos Paz

Caos lingüístico

Comúnmente leemos y escuchamos en las noticias titulares como: “Lo acusan de ‘femicidio’”, “‘Femicida’ tras las rejas”, etc., sin embargo, tanto “femicida” como “femicidio” son términos inexistentes. Según la RAE, el término correcto para referirse al “asesinato de una mujer por razón de su sexo” es feminicidio —y feminicida, quien realiza el asesinato— la cual está compuesta por la raíz “femin-” (del lat. femina “mujer”), el interfijo conectivo “-i-” y el sufijo “-cidio” (del lat. -cidium, de la raíz de caedre “matar”). No obstante, “femicidio” y “femicida” están “bien acomodadas” en las leyes del país.

De esta raíz (“femin-”) se forman palabras como: feminismo (del fr. féminisme, y este del latín femina “mujer” e -isme “-ismo”); afeminado (de efeminar); femenino (del lat. femininus); feminicida (del lat. femina “mujer” y -cida); feminicidio (del lat. femina “mujer” y  -cidium, de la raíz de caedre “matar”); femineidad (de femineo), etcétera., ahora bien, si se le quitase letra, perdería su significado: “mujer”, como es el caso de “femicidio”; el “femi-” en sí no tiene ninguna carga semántica. Por dicha razón, es inaceptable el término “femicidio”, si no, pues no solo utilicemos “femicidio”, sino también “femicida”, “afemiado”, “femismo”, “femeino”, “femieidad”, etc. (En el caso de femenino, lo ideal sería “feminino”, ya que erróneamente se sustituyó la “i” por la “e”).

Probablemente, la palabra “femicidio” sea producto de una tergiversación de la voz inglesa “femicide”. Esta situación, de que los términos se tergiversen, es común en América, como ocurrió con “monitorear”, proveniente de “monitor” —lo correcto sería “monitorizar”—. Aunque el Diccionario panhispánico de duda indica que las dos son correctas (“monitorear”, por su uso continuo, solo en América se le conoce), solo “monitorizar” aparece en la RAE.

También es frecuente en los medios la construcción: “precios accesibles”. Según la RAE, “accesible” significa: “que tiene acceso”; “de fácil acceso o trato”; “de fácil comprensión, inteligente”; entonces, ¿cómo podríamos acceder, tratar o comprender un precio? Podemos acceder a un lugar, a una entrevista, etc., pero, ¿a un precio? En este caso, lo recomendable sería “asequible”, el cual, según la RAE, significa: “que puede conseguirse o alcanzarse”. Al utilizar “precios asequibles”, estamos indicando que el producto es barato. Ahora bien, un producto puede ser accesible desde el punto que es fácil de ser hallado en el mercado, ferretería, farmacia, etc., pero quizás no implica que deba ser asequible, por cuánto cuesta.
Aunque los dos casos anteriores son una barbarie, existe algo peor. En las últimas décadas ha surgido un sinnúmero de movimientos feministas que buscan cómo el género femenino no quede por fuera, al extremo de feminizar muchos cargos: comandanta, presidenta, vicepresidenta, etc., pero, ¿es correcto? Este fenómeno, conocido como “sexismo lingüístico”, beligerantemente ha forzado las estructuras lingüísticas, explico: en español existe el participio activo del verbo, el cual es la unión del verbo y el sufijo “-nte”. Según la RAE, “-nte” hace referencia al “… que ejecuta la acción expresada por la base”. Cuando nos queremos referir a la persona que denota la capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final “-nte”: estudiar, estudiante; agobiar, agobiante… y no “estudianta”, “comandanta”…

En conclusión, solo puedo manifestar que la “propagación” de estos errores son responsabilidad de juristas y medios de comunicación, quienes se apegan tanto a la forma de cómo habla la gente que caen en la vox populi, que es aceptable en aquel que nunca ha estudiado, pero, ¿en un profesional?

El autor es estudiante de filología y comunicación.

Opinión

COMENTARIOS

  1. Opino que
    Hace 8 años

    Qué desacertado el querido autor. Él todavía continua en la lógica castiza en las que profesiones y “vox populi” no tienen relación alguna. Parece ser que para el autor está mal que el idioma, que es un fenómeno vivo, se nutra de quien lo dinamiza, el pueblo mismo. Hay que bajar un poco de ese montículo en el que las personas que “estudian” creen merecer y dejar de actuar con ese sutil desprecio a todo lo popular. Por otra parte, se entiende las explicaciones técnicas que da de cada caso. Sin embargo, lamento que no vaya más allá del trasfondo usual de cada palabra. Es cierto que comandanta a los fines de la RAE no está bien, pero comandante tampoco es tan inclusivo y se suele relacionar con varones, no con una ocupación neutra. Se tiene que ir más allá de esos análisis tecnócratas alejados de la realidad.

  2. Alberto
    Hace 8 años

    Muchas felicitaciones por su articulo. El problema radica en la falta de conocimiento del español y su gramática, que ha pasado de generación en generación sin darnos cuenta. Es correcto pensar que las lenguas evolucionan, pero es lamentable observar como involucionan y se degeneran, pero con mas y mejores maestros de español se podría arreglar el problema que empieza desde la primaria sigue en la secundaria y continua en la universidad.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí