Comúnmente leemos y escuchamos en las noticias titulares como: “Lo acusan de ‘femicidio’”, “‘Femicida’ tras las rejas”, etc., sin embargo, tanto “femicida” como “femicidio” son términos inexistentes. Según la RAE, el término correcto para referirse al “asesinato de una mujer por razón de su sexo” es feminicidio —y feminicida, quien realiza el asesinato— la cual está compuesta por la raíz “femin-” (del lat. femina “mujer”), el interfijo conectivo “-i-” y el sufijo “-cidio” (del lat. -cidium, de la raíz de caedre “matar”). No obstante, “femicidio” y “femicida” están “bien acomodadas” en las leyes del país.
De esta raíz (“femin-”) se forman palabras como: feminismo (del fr. féminisme, y este del latín femina “mujer” e -isme “-ismo”); afeminado (de efeminar); femenino (del lat. femininus); feminicida (del lat. femina “mujer” y -cida); feminicidio (del lat. femina “mujer” y -cidium, de la raíz de caedre “matar”); femineidad (de femineo), etcétera., ahora bien, si se le quitase letra, perdería su significado: “mujer”, como es el caso de “femicidio”; el “femi-” en sí no tiene ninguna carga semántica. Por dicha razón, es inaceptable el término “femicidio”, si no, pues no solo utilicemos “femicidio”, sino también “femicida”, “afemiado”, “femismo”, “femeino”, “femieidad”, etc. (En el caso de femenino, lo ideal sería “feminino”, ya que erróneamente se sustituyó la “i” por la “e”).
Probablemente, la palabra “femicidio” sea producto de una tergiversación de la voz inglesa “femicide”. Esta situación, de que los términos se tergiversen, es común en América, como ocurrió con “monitorear”, proveniente de “monitor” —lo correcto sería “monitorizar”—. Aunque el Diccionario panhispánico de duda indica que las dos son correctas (“monitorear”, por su uso continuo, solo en América se le conoce), solo “monitorizar” aparece en la RAE.
También es frecuente en los medios la construcción: “precios accesibles”. Según la RAE, “accesible” significa: “que tiene acceso”; “de fácil acceso o trato”; “de fácil comprensión, inteligente”; entonces, ¿cómo podríamos acceder, tratar o comprender un precio? Podemos acceder a un lugar, a una entrevista, etc., pero, ¿a un precio? En este caso, lo recomendable sería “asequible”, el cual, según la RAE, significa: “que puede conseguirse o alcanzarse”. Al utilizar “precios asequibles”, estamos indicando que el producto es barato. Ahora bien, un producto puede ser accesible desde el punto que es fácil de ser hallado en el mercado, ferretería, farmacia, etc., pero quizás no implica que deba ser asequible, por cuánto cuesta.
Aunque los dos casos anteriores son una barbarie, existe algo peor. En las últimas décadas ha surgido un sinnúmero de movimientos feministas que buscan cómo el género femenino no quede por fuera, al extremo de feminizar muchos cargos: comandanta, presidenta, vicepresidenta, etc., pero, ¿es correcto? Este fenómeno, conocido como “sexismo lingüístico”, beligerantemente ha forzado las estructuras lingüísticas, explico: en español existe el participio activo del verbo, el cual es la unión del verbo y el sufijo “-nte”. Según la RAE, “-nte” hace referencia al “… que ejecuta la acción expresada por la base”. Cuando nos queremos referir a la persona que denota la capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final “-nte”: estudiar, estudiante; agobiar, agobiante… y no “estudianta”, “comandanta”…
En conclusión, solo puedo manifestar que la “propagación” de estos errores son responsabilidad de juristas y medios de comunicación, quienes se apegan tanto a la forma de cómo habla la gente que caen en la vox populi, que es aceptable en aquel que nunca ha estudiado, pero, ¿en un profesional?
El autor es estudiante de filología y comunicación.