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Román “Chocolatito” González trenzado con Carlos Cuadras, en una difícil batalla. LA PRENSA/AFP

“Chocolatito” es un peleador de agallas y clase

El nicaragüense Román “Chocolatito” González tenía inflamados los pómulos y sangraba de su ceja derecha, pero lo más abultado al concluir, era su corazón.

El talento no llega al heroísmo, sino hasta que el alma ha sentido la desesperación. Y en medio de una batalla sin tregua y mucha incertidumbre, que se extendió a través de doce fragorosos asaltos, el nicaragüense Román “Chocolatito” González tenía inflamados los pómulos y sangraba de su ceja derecha, pero lo más abultado al concluir, era su corazón.

González alcanzó el Everest de su carrera, en una noche en la que adoleció de elegancia artística y sus genialidades fueron dispersas, pero poseyó la fuerza y el fuego para saltar al futuro y capturar un cuarto título mundial, tras imponerse en un complicado combate a Carlos Cuadras, azteca que resultó tan espontáneo disparando en el ring, como hablando ante la prensa.

La derrota y la fatiga jamás se asomaron a través de los ojos de ninguno de los peleadores, quienes mostraron habilidad y coraje, pero sobre todo inteligencia para tratar de imponer su ritmo en un combate vibrante, dramático y sorprendente, que se extendió hasta el final, dejando entre los fanáticos, el temor de que los jueces no estuvieran a la altura de los acontecimientos.

UN FALLO JUSTO

Pero el fallo fue justo más allá de lo abultado que resultó una tarjeta de los jueces (117-111). LA PRENSA lo vio ganar 115-113, al igual que uno de los tres oficiales, como constancia de lo difícil que resultó la batalla para el nicaragüense, quien sin embargo, ha comenzado a andar sobre un territorio inexplorado para el boxeo pinolero.

A diferencia de sus últimos dos combates, el “Chocolatito” saltó al entarimado y no se tomó mucho tiempo para comenzar a disparar, luego de que Cuadras lo toreara con unos jabs de escasa repercusión, pero igualmente molestos. Román fue a buscarlo y lo presionó. Y aunque el azteca se movía sin dejar de tirar, el nica combinó y salió bien librado desde el comienzo.

En el segundo round, más asentado, el “Chocolatito” echó manos de ganchos y uppers para dominar el escenario y extender su ventaja que se prolongó también al tercero y cuarto asalto, a pesar de la movilidad que comenzaba a mostrar Cuadras, quien apelaba a su jabs y a volados de derecha para frenar inútilmente a Román a esa altura.

REACCIONA EL MEXICANO

La historia fue diferente en los siguientes dos asaltos, en los cuales la rapidez del azteca y su derecha entrando desde afuera, comenzaron a mermar la presión de González. El mexicano se llevó esos dos rounds y los brazos de Román comenzaron a moverse con una lentitud que preocupó. Cuadras incluso bailoteó en el centro del ring y desafió al pinolero.

Posteriormente Román recuperó el control, no la ventaja en la pelea, porque esa siempre la tuvo, pero era cada vez más evidente que Cuadras ganaba confianza, mientras el nica perdía voltaje y la pelea parecía dirigirse hacia un peligroso equilibrio. Pero González se avispó y volvió a presionar como para evitar soltar las riendas del pleito.

Y a pesar de que Cuadras se volcó al final y lanzó varias andadas de golpes, buena parte de estos terminaban en el vacío o en los guantes de Román, quien sin dedicarse a administrar su ventaja, se mantuvo en la línea de fuego como para acumular méritos y llevarse la victoria más importante y también más sufrida de su brillante carrera.

Ahora que el humo tras la batalla comienza a decrecer y las emociones regresan a sus niveles habituales, no nos queda más que apreciar la grandeza de este estupendo gladiador que ha tocado el cielo con su boxeo sensacional.

ADMIRABLE

Lo de Román “Chocolatito” González es admirable. Cuando el talento llega a la cima, hay distracciones como la vanidad y el acomodamiento, que impiden trabajar a fondo en la búsqueda de desarrollar el máximo del potencial.

Pero Román ha ido a fondo, conquistando cuatro títulos mundiales y avanzando sobre las alturas sin perder contacto con el piso, mientras conserva humildad y sencillez, características no muy comunes en deportistas de élite.

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COMENTARIOS

  1. pedro lopez
    Hace 8 años

    felicidades chocolate

  2. Hace 8 años

    Bonita y cierta la nota, pero aclaro que la tarjeta 117-111 es la mas acertada.

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