Un año y cuatro meses después de haber ocurrido la masacre de una familia nicaragüense en una zona cafetalera de Costa Rica, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), capturó la tarde del viernes a un finquero costarricense como sospechoso de haber sido el autor intelectual del crimen de los cuatro miembros de la familia.
Según el OIJ, a las 5:30 del viernes se detuvo al finquero de apellidos Navarro Granados y de 43 años, en su casa en Santa María de Dota, sureste de San José, quien habría planeado la muerte de Ramón Suárez Espinoza, de 50 años; su pareja, María Haydée Miranda Salmerón, de 32; y sus hijos, Abraham y Elena María, de 11 y 9 años.
Esta matanza, que conmocionó a Costa Rica y Nicaragua, empezó a ser descubierta la tarde del 29 de mayo, cuando un vecino que vendía ropa visitó la humilde vivienda ubicada en una montaña de Camino del Congo de Copey, de Santa María de Dota, y encontró sin vida a la niña de 9 años.
La niña estaba con una herida en el estomago, boca abajo y amordazada sobre su cama. Al día siguiente la policía y el OIJ montaron un operativo en el lugar. Hallaron muerto al hermanito de ésta, Abraham; y a sus Suárez Espinoza y Miranda Salmerón. Todos fueron asesinados con arma blanca.
Por este caso ya permanece detenido José Sevilla Bonilla, al parecer la identidad real del nicaragüense de unos 40 años capturado días después de haber ejecutado la matanza, dado que durante años se identificó como Jairo Díaz Aragón, Róger García Borge y hasta William Hernández Díaz, para burlar a las autoridades.
El sospechoso es señalado de asesinar a esta familia nicaragüense, pero además fue indagado en la ciudad de Cartago, por agresiones contra su excompañera sentimental, Hannia Muñoz Picado, con quien convivió unos 11 años.
Además de la matanza de la familia nicaragüense, el hombre es acusado de un asesinato más en Cartago, dos homicidios y dos violaciones en Pérez Zeledón, así como dos crímenes más en Nicaragua.
Conflicto de tierras
Sobre el finquero de apellidos Navarro Granados, capturado en su casa, un conflicto de las tierras en la que vivía la familia nicaragüense, una finca cafetalera, sería el origen de los crímenes.
Según informaciones preliminares que maneja la policía judicial, Navarro Granados es hijastro del dueño de la finca cafetalera donde vivía y laboraba la familia nicaragüense, con quien tuvo problemas por reclamos de esas tierras.
Los nicaragüenses fueron sepultados días después en Nicaragua.