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Comentarios sobre el retiro de Montealegre

Tras el anuncio del retiro de Eduardo Montealegre como coordinador de la Coalición Nacional por la Democracia (CND) se han producido una serie de comentarios, especulaciones, teorías sobre pactos y conspiraciones

Tras el anuncio del retiro de Eduardo Montealegre como coordinador de la Coalición Nacional por la Democracia (CND) se han producido una serie de comentarios, especulaciones, teorías sobre pactos y conspiraciones, que no han provenido precisamente de sus adversarios, que han respetado su decisión con altura.

Irónicamente, los comentarios más duros y yo diría, los más ingratos e injustos, han venido del exdiputado suplente Eliseo Núñez Morales, quien precisamente era la persona a quien Montealegre designó como su representante en la Asamblea Nacional para que votara donde aparecía su nombre en la pizarra electrónica.
Resumiendo, Eduardo Montealegre se retira tras 20 años de haber estado en primera plana de la política nicaragüense: ministro de la Presidencia, canciller de la República, precandidato a la Presidencia por el PLC, jefe de campaña de Enrique Bolaños en el 2001, ministro de Hacienda, candidato a la Presidencia por el ALN en el 2006, alcalde electo de Managua en el 2008, pero víctima del fraude mejor documentado de la historia; luego el Consejo Supremo Electoral (CSE) con la complicidad de Eliseo Núñez Hernández, le quita los sellos del ALN que en poco tiempo logró transformar de tres siglas desconocidas, a ser la segunda fuerza política nacional.

En el 2009 Montealegre fortalece y organiza el PLI como fuerza política y en el 2011 es factor aglutinador de la oposición bajo la candidatura de Fabio Gadea, pero nuevamente el 7 de junio del 2016 le quitan la representación legal del PLI, que entonces presidía. Recordemos que este partido pasó de ser un partido histórico, pero sin caudal de votos ni organización nacional, a ser la segunda fuerza política con un 31 por ciento de los votos, a pesar del fraude del 2011; poco después, el 28 de julio pasado, el CSE lo despoja arbitrariamente de su diputación junto con 24 diputados propietarios y suplentes (3 se arrepintieron) que no claudicaron.

Los que acompañamos a Eduardo en esta larga jornada por la democracia y el Estado de derecho en Nicaragua, le debemos gratitud y cariño por el tiempo, sacrificio familiar, riesgos, traiciones y sinsabores que caracterizan la vida de un político dedicado al servicio público. Si él se quiere retirar o tomar una tregua, está en su derecho y no debemos presumir o hacer señalamientos inaceptables.

Eliseo adivina que hay un “arreglo” detrás de varios hechos que concatena, y por ende, salta a conclusiones: la renuncia de Eduardo; la ruptura con el MRS que había conformado una alianza electoral con el PLI en la CND; el anuncio de que el movimiento Ciudadanos por la Libertad va a pedir su personería jurídica después de la farsa electoral de noviembre; y la reciente suspensión de la audiencia de los juicios por injurias y calumnias promovidos por Néstor Avendaño contra Montealegre.

“Yo podría estar equivocado, pero los operadores políticos que dejó Eduardo Montealegre son de muy mala calidad y todas las piezas encajan a que hay un arreglo”, dijo a Confidencial. También declaró a LA PRENSA, que extrañamente lo citaron dos veces en cinco días: “La única manera de conseguir una personería jurídica es por dos vías: una, presión en las calles y a nivel internacional o por un arreglo con el Frente… esas son las dos maneras de volver a la vía electoral”.

Los hechos desmienten las falacias de Núñez: el PLI mantuvo su personería porque se organizó y fortaleció en el 2009 con el Movimiento Vamos con Eduardo, logrando presentar las directivas de los 153 municipios. Pero en el 2016, Montealegre perdió la personería del PLI a pesar de que estaba semanalmente en las calles protestando y denunciando a nivel internacional.

Con el MRS, el PLI y más tarde, Ciudadanos por la Libertad (CPL), estableció una alianza electoral que expiró cuando se evidenció que no iban a haber elecciones, sino farsa electoral. CPL sigue denunciando la farsa, y está en su derecho constitucional de organizarse y de solicitar su personería como partido político sin que para ello tenga que mediar un pacto, sino mucho trabajo de organización.

Avendaño por su parte, se pasó diez años solicitando que le levantaran la inmunidad a Montealegre y cuando suspenden la audiencia, extrañamente no ha alzado su voz. Si Montealegre no pactó antes, cuando estaba de por medio el poder, menos que lo haya hecho ahora, cuando está de por medio una simple multa.

El autor es periodista y ex diputado PLI arbitrariamente destituido

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