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Centro del Colectivo de Mujeres 8 de Marzo, ha reducido sus atenciones a víctimas de violencia por falta de recursos. LA PRENSA/ ARCHIVO

Albergues para mujeres violentadas en problemas por falta de fondos

De seguir sin financiamiento de la cooperación externa por tiempo prolongado, las organizaciones tendrían que cerrar los programas con que mantienen los albergues.

Ante las dificultades económicas que enfrentan para sostener los albergues de atención a mujeres violentadas, las organizaciones priorizan los casos de víctimas que deben recibir.

Entre los principales casos que recibe el Centro de Atención Acción Ya, están los de violencia extrema y jóvenes rescatadas que son víctimas de trata, pues en Estelí ha surgido el fenómeno de jóvenes captadas en las zonas rurales bajo el engaño de que trabajarán como damas de compañía, pero que los fines son de explotación sexual, afirmó la directora del mismo, Martha Munguía.

Por las limitaciones de recursos de dos centros con que contaba esa organización solo funciona el que está en Estelí.

Mientras, Luz Marina Torrez, directora del Colectivo 8 de Marzo relató que enfrentan una crisis similar, ante la suspensión casi total de ayuda de la cooperación externa, por lo que se han limitado a atender los casos de mujeres víctimas de extremo riesgo con sus hijos.

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El Colectivo 8 de Marzo cuenta con un albergue en Managua y de un promedio de 36 personas que albergaba anteriormente cada mes ahora puede hacerlo con 12 a 16 personas como máximo, que son aproximadamente entre 4 a 5 mujeres como máximo junto a sus hijos, explicó Torrez.

En el caso del Centro Acción Ya, únicamente tiene capacidad para atender a víctimas de la ciudad pues no pueden llegar a las mujeres de la zona rural que Munguía considera es donde más se ven afectadas por la violencia y demandan de su apoyo.

En este mismo centro anteriormente atendían a unas 30 personas al mes. Ahora lo hace con una tercera parte de las mujeres, según Munguía han priorizado a las que están en mayor riesgo.

Buscan alternativas

Ambos colectivos buscan alternativas para que las víctimas no queden del todo desprotegidas y lo hacen a través de familias solidarias o familiares que apoyen a las víctimas mientras que deben dejar sus hogares de forma temporal.

Otra de las alternativas encontradas es las coordinaciones que realizan con médicos y psicólogas privadas que han estado dispuestas a brindar esa atención, pero no cuentan el modelo integrado con que contaban las organizaciones “está desmantelado por falta de financiamiento”, manifestó Munguía.

Al seguir sin financiamiento de la cooperación externo por tiempo prolongado las organizaciones tendrían que cerrar los programas con que mantienen los albergues, lo que no significa que desaparecerán las organizaciones, con lo cual las víctimas son las que resultan perjudicada, aclaró Munguía, quien señaló que ya antes debieron reducir personal por falta de recursos.

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El costo de atención

Luz Marina Torrez explicó que al centro que ella dirige le cuesta alrededor de 2,400 córdobas el acompañamiento mensual de una mujer en caso de recurrir a la justicia, pues tienen que asumir los gastos que representan las gestiones ante las autoridades.

Las organizaciones se apoyan en las mujeres voluntarias que prestan sus servicios a las mujeres víctimas, como una forma de responder al problema de recursos enfrentados. Aunque Martha Munguía señala que violencia requiere de una atención especializada.

Al seguir sin financiamiento de la cooperación externo por tiempo prolongado las organizaciones tendrían que cerrar los programas con que mantienen los albergues, lo que no significa que desaparecerán las organizaciones, con lo cual las víctimas son las que resultan perjudicada, aclaró Munguía, quien señaló que ya antes debieron reducir personal por falta de recursos.

Torrez explicó que  al centro le cuesta alrededor de 2,400 córdobas el acompañamiento mensual de una mujer en caso de recurrir a la justicia, pues tienen que asumir los gastos que representan las gestiones ante las autoridades.

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