Las espinacas son hojas verdes comestibles muy ricas y nutritivas. Existen diversas variedades, se pueden consumir crudas o cocidas, combinadas con pasta, como lasaña o canelones, con huevos preparados en torta o sencillamente revueltos con otros vegetales como tomate, cebolla y chiltoma, o en ensaladas.
El valor nutricional de las espinacas radica en su contenido de fibra, minerales y vitaminas, principalmente vitamina B9 o ácido fólico, vitaminas K, C, A y betacarotenos, sustancias se convierten en vitamina A y actúan como fotoquímicos protegiendo la salud y mejorando algunas funciones como la visión y el sistema inmune.
La vitamina C facilita la absorción del hierro y la vitamina K la coagulación de la sangre.
Entre los minerales que contienen se destacan potasio, fósforo, calcio, en menor cantidad magnesio y hierro, al combinarse con los ácidos oxálicos que también están presentes en las espinacas, forman oxalatos de calcio que se depositan en forma de cristales en las articulaciones de personas que padecen de artritis, gota o cálculos renales.
Por esta razón, para dichas personas no se recomienda el consumo de espinacas, tampoco para las personas que toman medicamento que arrala la sangre como warfarina. Vale mencionar que consumirlas hervidas reduce el contenido de oxalatos.