En el transcurso de este mes se registran cuatro buzos muertos y unos 15 accidentados en sus labores de pesca de pepino de mar, confirmó a LA PRENSA Evenor Saballos, dirigente del Sindicato de Buzos de la Región Autónoma Atlántico Norte (Sibumiraan).
En este mes inició la pesca de pepino de mar y unas 900 lanchas se dedican a esta labor en el mar Caribe.
“Es una situación alarmante porque no ha terminado el mes y ya van cuatro buzos muertos; el (caso) más reciente ocurrió el domingo que trajeron a un buzo muerto de las áreas de pesca. Ese buzo es originario de Kururia, jurisdicción del municipio de Waspam. Ingresó muerto al Hospital Nuevo Amanecer, en Bilwi. Dos de los cuatro buzos muertos son de Honduras y los otros dos son nicaragüenses”, dijo el sindicalista Saballos.
Agregó que lo peor es que los buzos que se dedican a la pesca de pepino de mar, no tienen seguro de vida ni tampoco están asegurados en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), pues en esta actividad hay unos 1,800 buzos que trabajan en unas 900 lanchas, usando compresor de aire con mangueras.
Para el sindicalista, el uso de este “sistema host” es más peligroso que el “sistema de tanques” que usan los barcos industriales. El “sistema host” implica que se sumerjan a profundidades y permanezcan desde una hasta tres horas bajo el agua. Con el “sistema de tanques” de aire, el buzo solo puede estar 20 minutos bajo el agua y tiene que subir a buscar otro tanque, tomando las medidas necesarias para evitar la descompresión.
Héctor Tom, uno de los pescadores de pepino de mar, dijo que es difícil para ellos entablar una relación laboral formal con los buzos, pues estos “no tienen palabra de honor, piden adelantos de dinero y luego se van con cualquiera que les ofrezca más plata y eso les provoca pérdidas económicas” a los primeros.
El gobierno emitió un decreto que permite la pesca de pepino de mar entre julio y diciembre de cada año, contrario a la propuesta de los empresarios y el sindicato de buzos que lo establecen con el período de veda de la langosta que es de marzo a junio de cada año, para ofrecer una alternativa a los buzos que se quedan sin empleos en ese período.
Saballos considera que de mantenerse la pesca de pepino de mar en el período actual, se someterá más a los buzos a accidentes, pues como el pepino no se puede pescar ya en zonas artesanales, están pescando en profundidades, sumado al mal tiempo que hay en estos meses.