La dirigente campesina Francisca Ramírez denunció ayer el hostigamiento, espionaje y persecución de los cuales es víctima. La noche del sábado su esposo Migdonio López fue esposado y retenido por una hora por agentes de la Policía de Nueva Guinea.
En declaraciones, vía telefónica con LA PRENSA, dijo que aunque el alegato fue que López tenía en su poder un arma de fuego sin portación, la misma Policía les había extendido un documento provisional que confirma que habían reportado la pérdida de una serie de documentos personales, incluidos los del arma de fuego, la que utilizan para protección. López fue bajado de la camioneta, que buscaba cómo estacionar, y esposado. Al final el jefe de la delegación de Nueva Guinea se disculpó diciendo que era “un malentendido”.
A esa hora la coordinadora del Consejo en Defensa de La Tierra, trasladaba hacia Managua 45 sacos con alimentos y ropa que campesinos de Nueva Guinea enviaban como ayuda a indígenas de Río Coco, en Waspam.
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Ramírez presume que la Policía pensaba que trasladarían la ayuda en camiones, pero ella lo hizo en buses de transporte colectivo, pues horas antes mientras recaudaban la ayuda, habían llegado policías a vigilar qué hacían, lo cual dijo, es parte del plan de espionaje permanente que enfrentan y que la lleva a señalar que habitan como “en una zona de sitio”.
“Tenemos un espionaje grandísimo de la Policía, del Ejército, nos mandan a gente de civil a espiarnos, a dónde vamos, cómo andamos, que a dónde entramos, con quién hablamos, todo eso es un espionaje permanente”, denunció Ramírez.
Además apuntó que desde hace alrededor de una semana que Nueva Guinea “está militarizada”. Unidades de la Policía y del Ejército se han movilizado a las comunidades como La Pisada, según le confirman pobladores del lugar a Ramírez, quien estima que esto pueda estar relacionado con las elecciones o “para hacernos más persecución al campesino, para intimidarnos”.