La pesca de pepino de mar en el Caribe de Nicaragua sigue cobrando víctimas, sin que las autoridades pongan atención a la problemática que está enlutando a las familias caribeñas. Otro buzo más se sumó a la lista de fallecidos. En un mes y cinco días se registran ocho víctimas.
Tamara Rodríguez, estudiante universitaria de Prinzapolka, en Siuna, dijo que a su primo Alfred Dixon lo trajeron muerto del mar donde realizaba faenas de pesca, lo que ha provocado un enorme dolor entre la familia.
“No pude dormir toda la noche (del martes) porque me ha causado un gran dolor saber que mi primo está muerto, no me dieron más detalles pero es un dolor profundo para toda la familia”, comentó.
Los buzos están muriendo por el síndrome de descompresión, están pescando a grandes profundidades y no lo hacen con el equipo necesario.
El investigador porteño Renfred Paisano en su indagación sobre los derechos humanos de los buzos en el Caribe Norte señala que los buzos no cuentan con el equipo adecuado para realizar buceo en el Caribe.
En la investigación Paisano refiere que según la guía verde para el buceo profesional, preparada por el doctor Roberto Armington, instructor de buceo, hace 15 años indicaba que al momento de sumergirse los buzos del Caribe deben portar: varilla, máscara de buceo, aletas, pipa, mochila de tanque, cilindro de scuba, traje de buceo impermeable, chaleco de control de flotación.
Este chaleco contiene: tablero de metros de buceo, calibrador de profundidad, calibrador de presión del tanque, reloj de buceo, mangueras de alta presión, compensador de flotabilidad y mangueras de baja presión para descompresión en el agua.
Para la profundidad faltan equipos de seguridad, tal como un buen medidor de aire en el tanque, una linterna para la oscuridad que hay en lo profundo, trajes especiales contra el frío, un profundímetro, un chaleco para que el buceador suba lentamente, un tanque de aire pequeño en caso de emergencia, entre otros.
Barcos mal equipados
Hay que mencionar que los buceadores trabajan con barcos mal equipados, apiñados, sucios e inseguros, dice el investigador porteño Renfred Paisano. En muchos casos, la presión de la profundidad a la que se sumergen causa mareo y alucinaciones, de ahí que los buzos miskitos hablen de “liwamairin”, un espíritu del mar similar a la sirena, que se lleva a los buzos cuando se enferman o mueren. Los buzos llaman al síndrome de descompresión “el mal de la sirena”, ya que han visto a muchos compañeros salir del mar con alucinaciones y en estado de desesperación.
Primeras horas son cruciales
Los buzos con el síndrome de la descompresión pueden recuperarse en un ciento por ciento si acuden a la cámara hiperbárica en las seis horas después del accidente, la recuperación es de un 80 por ciento, si acude entre las 6 y 12 horas y los que llegan después de las 24 horas es más difícil que recuperen ya que pueden quedar lisiados o mueren.
El problema del buceo submarino es causado por mucho tiempo de trabajo, mucho consumo de aire comprimido contaminado y cada día a mayor profundidad, porque el recurso va desapareciendo de los lugares donde usualmente se encontraban.