Decenas de migrantes siguen intentando pasar por suelo nacional rumbo a Estados Unidos. Los coyotes cobran exorbitantes sumas de dinero por cruzarlos, pero luego los asaltan y los dejan botados en carreteras, zonas boscosas y en las costas del Pacífico, principalmente de San Juan del Sur.
En el caso de Rivas, 69 ciudadanos han sido capturados por la Policía ayudando a los migrantes, ya sea en vehículos o a pie y han sido acusados de cometer el delito de tráfico de migrantes indocumentados. Unos 600 migrantes han sido regresados a Peñas Blancas.
De acuerdo con la información oficial de la Policía de Rivas, en estos casos se han ocupado 43 vehículos, entre autos, camionetas, camiones y cabezales.
Los lugares donde más se detiene a los migrantes y a quienes ayudan a pasarlos es en la zona de Sapoá, Peñas Blancas, la zona costera de San Juan del Sur y en barrios aledaños a Rivas.
Uno de los movimientos grandes fue descubierto por la Policía el 21 septiembre a las 7:00 p.m., cuando a bordo de un vagón de un camión amarillo placa M252461, iban ocultos 84 indocumentados. Fueron localizados por una patrulla policial por el kilómetro 136 de la Panamericana Sur.
De acuerdo con pobladores de comunidades rurales de San Juan del Sur, el movimiento de migrantes africanos, cubanos y haitianos en los últimos tres días ha sido muy fluido. “Hemos visto pasar más de cien negritos en los últimos dos días, ellos se aparecen de noche en los patios de nuestras casas pidiendo algo de comer y beber, luego se vuelven a esconder y se van, no los volvemos a ver, y no sabemos si pudieron pasar o los capturaron”, comentó un poblador que pidió no ser identificado.
En montañas de Carazo
Desde el viernes de la semana pasada que viajó junto con su familia a una comunidad rural en Diriamba, una comerciante no puede borrar de su mente a más de doscientos inmigrantes africanos que se encuentran refugiados en las montañas de Carazo.
Ella relató que el objetivo de su viaje fue ayudar a esa gente que pretende pasar por Nicaragua y llegar a Estados Unidos. Contó que en el departamento de Carazo la ruta de los indocumentados que parten de Costa Rica son las comunidades cercanas a Huehuete, Casares y La Boquita, buscando San Rafael del Sur.
Explicó que durante su estadía en la montaña, por casi cuatro horas, uno de los inmigrantes que dominaba un poco de español le contó que avanzan por la noche para no ser descubiertos por las autoridades policiales y del Ejército que tiene actualmente una base militar en la comunidad de Amayito. “Por lo menos ese grupo que nosotros fuimos a ver nos dijo que no tenían idea de moverse ahorita, sino hasta que miraran bien el tiempo, tenían tres días de no comer, si no hubiese sido por la comunidad se hubiesen muerto de hambre, vos vieras cómo se pelean por el agua”.
Se observa de todo en esos campamentos ocultos: mujeres cargando niños, otras embarazadas que aguantan frío, lluvia, piquetes de zancudos, hambre y sed, también hay hombres.
Un migrante originario de El Congo, África, que está en uno de los refugios y que se identificó solo como Oscar, comentó que desde hace cuatro meses salió de su país y no ha tenido ninguna comunicación con sus familiares.
Explicó que es la segunda ocasión que trata de cruzar por Nicaragua y que por cada intento ha pagado mil dólares a los “coyotes”.
El domingo pasado, 25 africanos, entre niños, mujeres y hombres que se encontraban en el interior de una iglesia evangélica en la comunidad El Tamarindo, Diriamba, fueron sacados a la fuerza por tropas especiales de la Policía y entregados a Migración.
Los pobladores trataron de defender a los indocumentados, con piedras y palos se enfrentaron a los antimotines y como resultado hubo civiles y miembros de la Policía golpeados.