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Edmundo Jarquín

Farsa va, farsa viene: ni canal, ni puerto de Brito

Seguramente y como parte de la farsa electoral del próximo mes, agencias tan serias y tan profesionales como el Banco Central y Pro Nicaragua han sido obligadas a sumarse a la misma. Solamente así puede entenderse el documento “Nicaragua, ¡Crezcamos Juntos! Políticas y Proyectos de Desarrollo para Potenciar la Inversión 2017-2021”, que ambas instituciones han divulgado con gran fanfarria electoral.

Para empezar, y es de los aspectos más creíbles del documento, no se asume ninguna incertidumbre electoral porque, en efecto, no la hay. Ya se sabe quién será el ganador y solamente está pendiente cuántos votos le asigna el director de la farsa (CSE), y cuántos se asignan a los supuestos partidos de oposición que se han prestado a la misma. En efecto, en la primera página del documento se da por un hecho, a propósito de las políticas y proyectos que presenta, “el siguiente período del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional 2017-2021”.

Pero antes de entrar a los proyectos de desarrollo que analizaremos después, están las políticas que se presentan sectorialmente. Y de entrada se nota que los profesionales de ambas instituciones, que son de muy destacable nivel, fueron obligados a un “saludo a la bandera” de naturaleza política-partidaria. Solamente así se explica que en el documento se confundan de manera absoluta objetivos con políticas. Como se sabe, las políticas responden al cómo (con qué medios, con qué decisiones, con qué recursos, etc.) se van a alcanzar determinados objetivos. Pasemos a revisar esa confusión.

En el sector agropecuario y forestal se plantea “Desarrollar la expansión de áreas y aumento de valor agregado del tabaco, palma africana, café, cacao, pesca, carne bovina, carne porcina y sector avícola”. Ese es, obviamente, un objetivo. Pero, ¿cómo se alcanzará ese objetivo? Ni una palabra.

En el sector pesca y acuicultura, otro saludo a la bandera: “Contribuir a mejorar las prácticas de manipulación e higiene”. ¿Cómo y con qué recursos? Nada.

En el sector turismo, de tanta importancia, se plantea “Hacer de la actividad productiva, agropecuaria y la Economía Familiar y Comunitaria un atractivo turístico”. Obviamente, un objetivo. ¿Se alcanzará a través del Ministerio de Economía Familiar Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), con sus limitados recursos y su altísima rotación de ministros y ministras pues es más una agencia de propaganda política, que un verdadero ministerio?

Y así podríamos seguir con el sector industrial, educativo y otros (dicho sea de paso, salud no aparece del todo).
Pasemos a lo que en el documento se llaman “Proyectos prioritarios para potenciar inversiones”, y asumamos que ahí está en parte la respuesta a la incongruencia entre objetivos y políticas, pues esos proyectos de inversión de alguna forma ayudarían a alcanzar los objetivos.

Se presentan 33 proyectos, para un monto total de 5,229 millones de dólares, de los cuales 13 proyectos que suman US$2,293 millones (el 43.8 por ciento) tiene financiamiento asegurado, mientras otros 20 proyectos, que representan el 56.2 por ciento del monto total, aún no tienen financiamiento. Y aquí sí está la “madre del cordero”, como se dice popularmente.

A lo largo del documento, en materia de financiamiento se indica que esos proyectos están abiertos a propuestas de financiamiento de los organismos financieros internacionales, inversión privada (nacional y extranjera) e incluso se señala la “Colocación de títulos de deuda soberana en los mercados internacionales de capital…”.

Es decir, en materia de financiamiento, que en efecto responde al cómo se van a alcanzar determinados objetivos de desarrollo, el documento hace total caso omiso de que está llegando a su fin la separación que Ortega ha hecho de la política, cada vez más autoritaria y de la cual solamente él se ocupa, y la economía que deja en manos de los demás.

¿Cómo, si no cambian las cosas en materia política, se impedirá la Nica Act, y sus consecuencias sobre el clima de inversión y la calificación de riesgo del país?

¡Ah!, y dicho sea de paso, en todo el documento no aparecen ni el Canal Interoceánico, ni el puerto de Brito. Es posible que solamente sea una estrategia para desmovilizar a los que se oponen al canal, pero a muchos en la comunidad internacional les llamará la atención la elocuencia de ese silencio.

El autor fue candidato a la Vicepresidencia de Nicaragua.

Opinión Edmundo Jarquin farsa electoral archivo
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