La noche del lunes ingresó al Hospital Alfonso Moncada Guillén de Ocotal, Otoniel Zúniga Vargas, de 15 años, originario de la comunidad de Quebrada Grande, municipio de El Jícaro, en condiciones extremas de desnutrición.
En el hospital continuaría su tratamiento y la idea es que sea sometido a una cirugía reconstructiva de intestino, aunque no se sabe en qué centro asistencial sería.
Durante una semana en El Jícaro, postrado en una cama, miles de voces llegaron con la intención de convencerlo para que recuperara la esperanza por vivir. Los aportes económicos y materiales se desbordaron desde España, Estados Unidos, Costa Rica, Panamá y desde distintos departamentos del país.
Finalmente el muchacho, que hace 10 meses fue abandonado en un matorral por un motociclista que lo impactó en una carretera del municipio de Murra, dijo: “Está bien, iré hasta Estelí, pero solo por unos cuatro días”.
Una ambulancia del Minsa de El Jícaro lo trasladó a Ocotal.
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Daniel Talavera Vargas, hermano de Otoniel, manifestó que una persona que se identificó como Luis Murillo, de una organización de Estelí, le prometió que el muchacho sería trasladado al Hospital San Juan de Dios de Estelí. Sin embargo, este martes los médicos le manifestaron que permanecerán en Ocotal el tiempo que sea necesario para su recuperación.
“Ellos (en Ocotal) se harán cargo y esperan que de Managua les manden los medicamentos especiales para el caso de Otoniel”, dijo Daniel Talavera, quien insiste en la ayuda y solidaridad de los nicaragüenses para costear los gastos de la familia mientras Otoniel esté internado.
LA PRENSA intentó ingresar al hospital de Ocotal para conocer el estado de salud de Otoniel, pero el vigilante impidió el ingreso “por orientaciones de mis superiores”.
El abandono
Álvaro Sánchez, quien dijo haber estado internado una semana en la misma sala con Otoniel, en el Lenín Fonseca, dijo que “no fue el papá el que decidió salirse, fue el muchacho (Otoniel) que rogaba que lo sacaran del hospital porque ya no aguantaba estar allí”.
Reveló que Otoniel pedía a gritos y llorando que lo operaran para reconstruirle el intestino, “pero los médicos le decían que no se podía por el grado de desnutrición (…), él le lloraba al papá que lo sacara, que se lo llevara a casa, que quería morir allá y no en un hospital y el papá apoyó su propuesta”.