A raíz de la independencia de las antiguas colonias españolas en América, Bolívar se constituyó en el gran impulsor de la unidad de la llamada América anteriormente española; luchas internas y apetitos imperiales hicieron inviable el proyecto unitario. Una vez consolidados los estados nacionales en las últimas décadas del siglo XIX, resurgieron las voces que afirmaban las identidades e intereses compartidos de las repúblicas del ámbito hispanoamericano. Darío fue entonces una de aquellas grandes voces pioneras, impulsoras del nosotros hispanoamericano, reafirmando los lazos de cultura, economía e intereses sociopolíticos del continente latinoamericano, a fin de que pudiera ser un actor significativo en el escenario global, que se estaba reconfigurando, con capacidad de actuar y negociar como un bloque. Testigos de ello, son sus poemas y obras en prosa, en especial sus crónicas periodísticas.
En la conformación de la conciencia hispanoamericanista de Darío, pudieron influir, desde su temprana edad, las experiencias de agresiones germanas, inglesas y norteamericanas a Nicaragua, por las que su identidad parece conformarse en oposición al otro “bárbaro”, como llamaban los romanos a los pueblos nórdicos europeos, y como frecuentemente son denominados en la obra dariana, con extensión a los americanos anglosajones de los Estados Unidos. Conciencia que se reafirma ante la debacle española en la Guerra Hispano-estadounidense de 1898, que finiquita a la España Imperial y hace palpable la hegemonía estadounidense en el hemisferio, llevándolo a motivar el resurgimiento de la “sangre de Hispania fecunda”. Otra influencia importante pudo ser su crianza en el ambiente tradicional y colonial de León, que lo forma en una cultura de raíz hispánica y por ende latina y el orgullo nacional ante la derrota del filibusterismo, que debió ser significativamente cultivado por papá Félix, de quien Darío se expresa elogiosamente, en su Autobiografía, destacando la militancia nacionalista de la figura paternal. No debemos de olvidar su autoformación estudiando los clásicos grecolatinos y españoles en la Biblioteca Nacional.
1878: “Siendo aún niño… recuerdo haber tenido por primera vez la sensación de la influencia alemana… del pequeño puerto de Corinto, amenazado por los cañones de los navíos de guerra alemanes”. Este atropello lo narra en el artículo: De la influencia Alemana en América Latina.
En 1895, es una flota inglesa la que invade nuevamente Corinto, exigiendo el pago de una indemnización por la captura, condena y expulsión del territorio nicaragüense de un agente consular británico, quien no estaba acreditado ante Managua, y resultó implicado en incitar en Bluefields una rebelión contra el Gobierno de Nicaragua. El artículo John Bull for Ever, es una ratificación de la integridad territorial de Nicaragua en sus litorales Pacífico y Caribe, y una denuncia de la usurpación y agresión inglesa.
En La anti diplomacia. Una nota de Mr. Knox, escrito a raíz de la intervención norteamericana de 1909, Darío expresa: “Jamás la fuerza ha manifestado mayor cinismo”.
Pero Darío, en su amor a lo nicaragüenses, a lo hispánico y lo francés, sabe apreciar los logros del mundo germano y anglosajón. No solamente vio y alertó sobre las amenazas bárbaras. En sus visitas a Nueva York, se percata del gran desarrollo cultural, industrial y urbanístico norteamericano, y lo admira: “Mas hay que advertir una cosa. Sin sus peligros y exageraciones bien venga la influencia del alma norteamericana. Mas no se pierda lo bueno… Pienso que no acertara quien se aparte del alma nacional; y pienso que no será verdadera empresa alguna que no la refleje”. La clave, reafirmar la identidad latina en un mundo que se americaniza, globaliza, aceleradamente. Son conclusiones de Darío en su crónica La invasión de los bárbaros del Norte.
Preconización de la conciencia del nosotros hispanoamericano, que históricamente es posible gracias a las exploraciones del 12 de octubre de 1492, las cuales están en la raíz de la formación de las sociedades latinoamericanas.
El autor es Psicólogo Social.