En las redadas que ha hecho la Policía en el departamento de Carazo con los migrantes africanos, dos de estos han ido a parar al Hospital Regional Santiago de Jinotepe, situación que mantienen en secreto las autoridades.
El jueves de la semana pasada la Policía ocupó dos camiones cargados con 98 inmigrantes originarios de El Congo, África, y en uno de los vehículos viajaba una mujer embarazada con amenaza de aborto.
La mujer fue llevada a la Sala de Alto Riesgo Obstétrico del hospital público y estuvo custodiada por agentes policiales. Se conoció que tenía nueve meses de embarazo, ya fue dada de alta y presuntamente entregada a las autoridades de la Dirección de Migración y Extranjería.
Otro más
El martes 27 de septiembre, ingresó al mismo centro asistencial, otro africano con problemas neurológicos (derrame), identificado como Wilmer Moi, de 46 años.
Una fuente del Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais) Carazo, dijo que al indocumentado le dieron solo seis días de tratamiento. Se desconoce si ya fue dado de alta.
Señaló que como trabajadores de la salud, nada más cumplen con brindar atención hospitalaria a quien lo necesite, sea nacional o extranjero y suministrar los medicamentos que sean necesarios, pero que en este caso, cuando el paciente es ilegal y es dado de alta, son las autoridades policiales y de Migración que se hacen cargo.