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Deterioro de activos y transparencia

Lea nuestra columna Hablemos de Negocios

En entornos económicos cambiantes como los que vivimos, la estimación de proyecciones para los negocios se convierte en una tarea difícil para los ejecutivos y directores de empresas; convirtiéndose en un obstáculo para la planificación y el control de impactos en los Estados Financieros.

Esta es una situación que debe atenderse pues puede generar una amenaza a la confianza de los stakeholders, los inversionistas y las entidades reguladoras.

Es por eso, que un correcto cálculo del deterioro de activos se convierte en una herramienta valiosa, ya que da transparencia a la información que se entrega a la alta gerencia, así como a los inversionistas permitiendo una toma de decisiones informada que asegure un buen desempeño futuro para la empresa.

La Norma Internacional de Contabilidad (NIC 36) establece los procedimientos que una organización debe aplicar para determinar el deterioro de activos y así asegura que su valor contable no supera el valor que podría recuperar de estos, ya sea por uso o venta de los mismos. La NIC 36 se ocupa de activos no financieros tales como activo fijo, “goodwill”, activos intangibles, inmuebles de inversión, activos biológicos e inversiones en subsidiarias.

Las empresas que no logran determinar a tiempo el deterioro de sus activos se enfrentan a riesgos tales como:
– Reconocer pérdidas no previstas ni informadas a la Alta Gerencia y el Directorio.
– Incrementar su riesgo crediticio.
– Incumplimiento de covenants.
– Impactos negativos en la relación con los inversionistas.
– Incumplimientos en revisiones del ente regulador.

Es importante que las organizaciones cuenten con herramientas que les permitan comprender mejor la valuación y el análisis de deteriores de activos en función de la teoría financiera y las mejores prácticas de negocio.

Para ello deben tener un buen entendimiento de las metodologías, modelos de valuación y bases de datos que podrían utilizarse de acuerdo con la NIC 36. Además de identificar las Unidades Generadores de Efectivo (UGEs), revisar la posición financiera y de resultados históricos y proyectados de las UGEs, así como un correcto cálculo de la tasa de descuento apropiada a ser utilizada en los flujos de efectivo de las UGE y la identificación de activos intangibles sujetos o no a amortización.

*Socio director de Deloitte Nicaragua.

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