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Humberto Belli Pereira

Un test para Ortega

¿Es Ortega un gobernante inmoral? Lo sería si, en su condición de mandatario, ignorara el imperativo moral más grande que enfrentan quienes dirigen naciones: velar por el bien común de sus ciudadanos. Hacerlo es, precisamente, la principal obligación de las personas con poder; de aquellos cuyas decisiones pueden afectar decisivamente el destino de sus pueblos. A más poder, mayor responsabilidad. La Biblia, en Sabiduría 6, 1-11, les habla así:

“Escuchen Reyes, y entiendan; aprendan gobernantes del todo el mundo, pongan atención, ustedes que dominan multitudes… El Señor, Dios altísimo… examinará las obras de ustedes e investigará sus intenciones… Él es Señor de todos y no tiene preferencias por ninguno, pero a los poderosos los examina con mayor rigor. Esto se lo digo a ustedes, gobernantes, para que adquieran sabiduría y no pierdan el camino”.

La Biblia asimismo advierte a los gobernantes que se descaminan: “El Señor vendrá sobre ustedes de manera terrible y repentina” (Sab. 6, 5) “…porque… no han juzgado con rectitud, ni han cumplido la ley, ni se han portado según su voluntad”. (Sab. 6, 4).

Ortega de hecho, aunque no de derecho, es la persona más poderosa del país. De lo que él solo decida depende, más que de nadie, lo que pueda ocurrir en Nicaragua. De aquí que, en estos momentos cruciales en que pende sobre Nicaragua las consecuencias de la “Nica Act”, lo que haga o deje de hacer definirá, en gran medida, su estatura moral y la medida en que le importa el bienestar de su pueblo.

Como lo han demostrado seria y profesionalmente algunos economistas y organizaciones como Funides, de aprobarse por el senado y el presidente de Estados Unidos la “Nica Act”, las consecuencias serán muy dañinas para la economía nicaragüense y para la mayoría pobre del pueblo nicaragüense. Esta es una realidad que no debe minimizarse. ¿Qué hacer para evitarla? Solo hay dos caminos: convencer a los legisladores norteamericanos que no la apliquen, o convencer a Ortega de que revierta los cambios políticos que la provocaron.

El primer camino es muy difícil. Lo sugiere la rapidez con que pasó por unanimidad, o sin objeciones, la mentada ley en el congreso, el hecho de que haya apoyo bipartidista a favor de la misma, y la mala imagen que el Gobierno se ha labrado internacionalmente. Este, obviamente, tratará de cabildear en Estados Unidos y enlistará a su favor algunos empresarios afines o amigos que quieran sacarle las castañas del fuego. Pero no tienen muchas probabilidades de éxito.

El segundo camino es fácil y difícil. Es fácil porque bastaría con que Ortega restablezca al menos la confiabilidad en nuestros procesos electorales, a través de medidas claras y concretas, para que el Departamento de Estado verifique que hay cambios verdaderos y que deben suspenderse los efectos del “Nica Act”. Es difícil, porque garantizar elecciones verdaderamente libres y competitivas podría arriesgar su proyecto político de perpetuar a su familia en el poder, con todas las ventajas que esto significa.

De forma que tiene un tremendo dilema: priorizar el bien común de su pueblo —que es su primero y supremo deber moral— o sacrificarlo en aras de un interés personal e ilegítimo. Es inmensa la responsabilidad que ellos tienen, ante su pueblo y ante Dios.
¿Qué preferirá el dúo Ortega-Murillo: su bien personal o el de sus compatriotas? Allí está su gran dilema; el que definirá qué clase de personas son, y del cual inevitablemente vendrán, sobre su país y sobre ellos mismos, bendiciones o maldiciones.

El autor fue ministro de Educación en el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro.
[email protected]

Opinión Daniel Ortega Funides Nicaragua archivo

COMENTARIOS

  1. Hace 8 años

    No son los pobres directamente afectados por la ley NIca Act. sino los empresarios que no podran obtener los prestamos para poder incrementar sus negocios. Son los capitalistas, entre ellos los orteguistas quienes seran afectados directamente e indirectamente los pobres, que reciben las migajas que les otorgan los que utilizan la ayuda internacional.

  2. Leticia Canales
    Hace 8 años

    Hay que conocer la psicología de quienes ostentan el poder político. El primer punto, el bienestar del pueblo. Los gobernantes consideran que el pueblo, la masa, no piensa, es decir, no tiene la capacidad por si sola de razonar y por tanto lo bueno y lo malo depende directamente de ellos. Esto crea un vinculo afectivo con las masas tal como si se tratase de niñitos que necesitan ser guiados. Llegado a esto, es el punto número dos, el bienestar de su familia. La confusión que ocasiona el hecho de creer que las masas no piensas, que son como niñitos y que deben ser guiados y … protegidos, extienden ese sentimiento como si se tratase de su propia familia. Por consecuencia, ellos consideran que al llevar bienestar a su familia (consanguinea) es como si lo llevaran al pueblo. Volviendo al punto número uno, el bienestar del pueblo para ellos no está en discusión pues ya tienen ese bienestar. Decidir entre su familia y la que ellos consideran su familia, es difícil pues en todo momento ellos piensan que están actuando bien y quienes los adversan quieren destruir su familia.

  3. ramon
    Hace 8 años

    Habla de Moral y Bien comun,Ortega no es un gobenrnate como tal,el gobernante entiende las senales q’el pueblo le envia,el cree q’satisfaciendo a su electorado esta satisfaciendo al pueblo en general,no comprende lo mas simple,el pueblo esta compuesto por los q’estan con y los q’no y q’tiene q’gobernar tambien para estos ultimos tambien,la politica en Nicaragua ha sido por mucho tiempo hasta hoy chovinista,si esta conmigo les brindo ayuda sino estan conmigo a la calle…ese ha sido el comun denominador de la politica desde q’se imstauro la dinastia somocista hasta hoy y Ortega no es la exepcion,creo ese es el virus q’nos tiene como estamos,Ortega es moral para los de el(los q’le siguen) e immoral pa…el bien comun existe en relacion a sus electores,los demas no le interesa,es normal tiene q’servirle a los suyos,el bien como el interes existe en contenidos y formas diferentes(grupo,entre grupos y nacion),pueda el bien para ud,es mal para otra persona en particular,una regla:no hagas a los demas lo q’no quieres q’te hagan a ti,los 10 mandamientos de la ley de Dios,es lo q’gobernante o persona comun necesita cumplir para hacer el bien,Ortega no se puede comparar con un Rey,la historia de instauracion de una monarquia es diferente,es milenaria y sobre todo Moral.

  4. Rigoberto LP
    Hace 8 años

    Asi son los dictadores.
    Sacrifican al pueblo que juraron proteger, a fin de proteger su inmenso capital y poder absoluto.
    Kadhafi prefirio sacrificar cientos de miles de vidas….
    Somoza prefirio sacrificar al pueblo que entregar en elecciones libres.
    La dinastia Castro tiene hundido en miseria el pueblo cubano.
    Hitler soñaba con sus batallones que regresaban victoriosos del lado ruso y sacrifico a todo el pueblo aleman, antes de ver caer su imperio.
    Y no sigo porque el fin de todos estos dictad

  5. jose martin ortiz
    Hace 8 años

    que pierde daniel primero sacrifica a su pueblo que hacer elecciones libres…no hay que olvidarse que el se cree un sultan un rey …..el es de esos lideres que gobernara hasta su muerte,,,,,,

  6. Gustavo
    Hace 8 años

    Los OM siempre han antepuesto sus intereses a los del bien comun. Al igual que su mentor Castro perseveraran con su proyecto de concentracion de poder, discriminacion y perpetuacion.

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