Las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) constituyen preocupación médica mundial y todo país que quiera desarrollar el turismo como el nuestro, debe adoptar medidas sanitarias, educativas y legales a fin de que junto con el bello destino turístico que es Nicaragua haya seguridad de todo tipo y alimentos deliciosos e inocuos.
Cada año se enferman más de 40 millones de personas en el mundo y llegan a morir hasta dos millones a consecuencia de la contaminación de los alimentos con bacterias, virus, parásitos y sustancias químicas. La Organización Mundial de la Salud ha señalado que se producen hasta 200 enfermedades por esta causa que van desde la simple diarrea hasta el cáncer.
Los estudios demuestran que de 20 a 50 por ciento de los viajeros se enferman de diarrea, un estimado de 10 millones de casos anuales.
La diarrea del viajero (DV) es la enfermedad más común de los turistas y quienes corren más riesgos son niños en el primer año de vida (lactantes), personas con defensas bajas, quienes tienen reducido la acidez estomacal o toman antiácidos y ancianos, siendo consideradas zonas de mayor peligro algunos países de África, el istmo centroamericano, Sudamérica y sudeste asiático.
Los síntomas aparecen en las primeras 24 horas de haber llegado a un país y consisten en náuseas y vómitos, diarreas líquidas en número de cuatro o cinco, calambres abdominales e hinchazón, urgencia, disminución del apetito y decaimiento.
La DV puede llegar a durar de 3-5 días, un promedio de 3.6. Hasta un 20 por ciento de enfermos van a parar a la cama y 10 por ciento requiere una semana para recuperarse.
Recordemos que esta entidad es consecuencia de un fallo sanitario como resultado de la contaminación del agua potable y la comida, puede prevenirse garantizando agua de calidad en todos los lugares. Próximo tema: inteligencia sanitaria del turista.
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