El caso de corrupción por el cual fueron investigados seis agentes antidrogas de la Policía de Managua, no es un hecho aislado, por lo que el ejecutivo debería crear una estructura paralela de investigación de los casos de corrupción dentro de las filas policiales, estima el consultor en temas de seguridad y defensa, Roberto Orozco.
La resolución administrativa 361-2016, de la Inspectoría General de la Policía, develó una serie de anomalías por parte de los agentes de la especialidad de Antinarcóticos en Managua en su mayoría relacionados con pérdida de evidencias, varias sustracciones de dinero, de teléfonos celulares, y por agresiones físicas, lo que hace pensar a Orozco que denota que la capacidad de Asuntos Internos y de Inspectoría policial se ve rebasada por la cantidad de casos de corrupción.
Sin embargo, Orozco considera que la mencionada resolución le lleva a sospechar de que la investigación contra la corrupción en la Policía pueda estar sectorizada, pues no se observa igual actitud contra jefes de delegaciones departamentales o jefes de especialidades.
Hay antecedentes
Roberto Orozco mencionó el recién pasado caso ocurrido en Rivas, en el cual un agente de la Policía fue sorprendido mientras realizaba la transacción con medio taco de cocaína.
A su vez, critica que en el publicitado caso Fariñas, en el que aparecían oficiales hasta el grado de comisionados general involucrados en relaciones familiares con parientes con el entonces empresario de centros nocturnos Henry Fariñas. Y en esa ocasión no hubo una investigación de parte de la jefatura policial.
Esto le lleva a pensar a Orozco que las sanciones adoptadas con algunos miembros dentro de las filas policiales “son sectorizadas”. “O sea, si mis oficiales de base están cometiendo corrupción allí arremeto o tomo medidas; pero si hay señales de corrupción (no estoy diciendo hay corrupción) por lo tanto es obligación de investigar en las altas esferas, también debe tomar las mismas medidas la Policía”., dijo Orozco.
Estamos ante un fenómeno de corrupción generalizada desde el agente de tránsito que cobra coimas para evitar una multa, la pérdida de droga (…) el decomiso de bienes incautados que no se sabe para donde van”.
Roberto Orozco/Consultor en temas de seguridad