Francisco Aragón recuerda los inviernos duros que convertían en tarea casi imposible la extracción de la producción láctea de las fincas de Camoapa. Hace 25 años a las dificultades que provocaban los malos caminos se sumaban los bajos precios de la leche y la poca demanda del producto.
“El problema es que no teníamos a quién venderle la leche, entonces todo mundo hacía el queso artesanal en las fincas, pero cuando salíamos a venderlo era difícil, primero por los caminos y después por el precio, valía cincuenta centavos (de córdoba) la libra de queso, casi que regalábamos el producto”, relata.
La solución a su problema la encontró con el apoyo de 23 productores que enfrentaban los mismos problemas que él. En diciembre de 1991, se juntaron para formar la Cooperativa Masiguito, que con los años se convirtió en una de las más grandes del país y que hoy aglomera a unos mil productores de leche de la zona de Boaco.
Para Aragón, a través del cooperativismo se ha logrado encontrar una salida a los problemas de los productores y este mecanismo de asociatividad se ha convertido en el pilar de desarrollo de muchas comunidades, puesto que genera empleos, mayores ingresos, dinamiza el comercio, promueve la asistencia técnica y veterinaria, y facilita el acceso a financiamiento a los productores, sobre todo a los más pequeños.
Con apoyo internacional
“Nosotros lo logramos con la ayuda de los finlandeses, que nos capacitaron y nos enseñaron que con el cooperativismo se trata de empujar el carro juntos, eso da mayor estabilidad. Los productores que están con nosotros pueden acceder a médicos, gasolineras, insumos para sus fincas sin necesidad de andar dinero en la bolsa, su tarjeta de crédito es la leche”, aseguró Aragón, actual presidente de la cooperativa Masiguito.
Además, señaló que el cooperativismo genera rutas de acceso hacia las comunidades, las cuales en su mayoría van seguidas por proyectos de electrificación, agua potable y escuelas.
Por su parte, Robin Flores, gerente de producción de Masiguito, señaló que parte de la ventaja del cooperativismo es que cada productor tiene una voz en la empresa, por lo cual todos deciden como se maneja la producción de la leche y los precios de la misma.
“Los productores son los que deciden cómo canalizar la asistencia técnica y cómo mejorar la calidad de la leche, para la elaboración del queso morolique de exportación, el quesillo y el queso fresco o ahumado”, precisó.
Muchos beneficios
Para Félix Trujillo, presidente de la Unión de Cooperativas Tierra Nueva, integrada por unos 674 socios dedicados a la producción de miel, café, jengibre y cúrcuma, el mayor beneficio está dirigido hacia los productores quienes a través de su unión logran vender sus productos en los mercados internacionales, lo cual representa mejores precios y por ende mejor nivel de ingresos y bienestar para sus familias.
Según Trujillo, la mejoría en los niveles de vida es notable, puesto que muchos de los asociados a Tierra Nueva han aumentado sus niveles de producción, mejorado sus viviendas y tienen un poder adquisitivo mayor.
“Aparte de eso, aquí tenemos hijos de los socios becados en las universidades, se les entregan útiles escolares, pueden acceder a una clínica odontológica con precios bajos, acceder a un trabajo como técnicos de la misma cooperativa, entonces el beneficio es visible”, argumentó.
La comunidad también se beneficia
Pedro Rojas, gerente general de Tierra Nueva, considera que el cooperativismo es un puente entre el sector productivo y el comercial, el cual extiende sus beneficios a las comunidades donde existen estas organizaciones.
“La cooperativa es una fuente de ingresos para los productores, que a su vez dinamizan los mercados locales con las compras de los insumos para sus fincas y sus viviendas. Nosotros tenemos un promedio de ventas arriba de los dos millones de dólares al año, lo cual genera ingresos a las alcaldías municipales a través de los impuestos, que luego son reutilizados en proyectos de mejora a la comunidad”, expone Rojas.
“Nosotros vivimos en un proceso de mejora continua, en los cuales abordamos temas torales para las comunidades, como el cambio climático, el relevo generacional y la integración de la mujer a los procesos de producción, entonces el beneficio también va a la comunidad y no se queda con el productor”, agregó.
Promotoras de soluciones
Para Francisco Carcabelo, sociólogo especialista en cooperativismo, lo atractivo del modelo cooperativista en Nicaragua es que presenta una respuesta a las comunidades, puesto que permite incursionar en lo social y lo económico a través de la misma producción local.
“Esto le permite a las personas independizarse, no son empleados de nadie sino que trabajan en su propia empresa asociativa, pero con el respaldo de todos los socios involucrados, lo cual es un gran empuje para los socios más pequeños”, explicó Carcabelo.
Asimismo, detalló que el cooperativismo promueve soluciones a las comunidades en donde está inmerso y es una “mejor opción al yoquepierdismo”, que se enfrenta actualmente. “Sin duda alguna es un motor de arranque y de aceleración del desarrollo de toda localidad que lo practique”, asegura.
97 cooperativas existen en Boaco, según los líderes cooperativistas de este departamento.