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El académico Miguel González, profesor en la universidad de York, Canadá.

Dr. Miguel González: Costa debe estar subordinada, según visión del FSLN

Académico costeño, que imparte clases en la Universidad de York en Canadá, explica la lucha histórica por la autonomía y el autoritarismo de Ortega

Miguel González Pérez (Bluefields, 1967), actual profesor e investigador de la universidad de York, en Canadá, tenía 16 años cuando advirtió en Nicaragua que necesitaba entender mejor las razones del conflicto en la costa Caribe, un territorio marcado entonces por contradicciones con el primer gobierno sandinista y una guerra que se agudizó dejando miles de víctimas.

Treinta y tres años después que interiorizó ese deseo de comprender el tema, el doctor González recuerda a sus compañeros de aula migrando y una dura situación familiar. “En 1983 mi papá (José Miguel González Rivas) fue arrestado e injustamente condenado a 12 años de cárcel por tribunales antisomocistas. El FSLN lo liberó tras un año de prisión durante la primera amnistía cuando iniciaron las negociaciones de paz con Misurasata. Me percaté que los destinos de mi familia y la circunstancia de la costa más generalmente estaban intrínsecamente ligados y que necesitaba entender mejor las razones del conflicto, lo que he intentado hacer en mi vida adulta y desde un espacio académico”, dice González por correo electrónico, mediante el cual respondió el cuestionario.

Especializado en Política Comparada y Desarrollo Internacional, González es profesor adjunto en el departamento de Ciencias Sociales de la universidad de York, tanto de grado como de posgrado, e investigador asociado del Centro de Estudios sobre América Latina y el Caribe en esa misma casa de estudios. Vive en Canadá desde 2001, aunque viaja cada año a Nicaragua.

Hay una imagen recurrente refiriéndose a la costa como un paraíso, ¿qué tanto se acerca esta idea a la vida real?

El discurso oficial sobre la autonomía se ha referido a que esta promete un “paraíso en la tierra”. Nada más fantasioso. Me parece que ese discurso optimista de lo que la autonomía puede cambiar en la situación social y económica de la costa ha contribuido a alimentar expectativas irrealistas en la gente sobre las posibilidades del desarrollo de las regiones autónomas.

Usted señala lo fantasioso, ¿qué otros factores se tienen que articular para lograrlo?

Quizá lo primero sería abandonar ese discurso vacío. Lo siguiente es hacer un balance de los problemas de la costa 29 años después de aprobarse el estatuto y reflexionar sobre cuáles son los desafíos y cómo enfrentarlos desde un esfuerzo verdaderamente inclusivo. Creo que esto permitiría bajar el discurso autonómico de la burbuja donde ha permanecido durante las últimas dos décadas.

¿En qué ha fallado la gente tanto del Pacífico como del Caribe?

La autonomía, al fundarse en 1987, se planteó establecer relaciones de igualdad, solidaridad y hermandad entre la población del Caribe y el resto de la sociedad nacional y entre los mismos pobladores costeños. Este anhelo sigue vivo y es muy importante hoy en día. Lo que el desarrollo de la autonomía nos ha enseñado es que para crear estas relaciones es necesario un Estado aliado de la autonomía, un Estado nación que promueva estas relaciones y que las asuma como propias.

Durante los primeros 16 años de vida de la autonomía, durante los gobiernos liberales, estas condiciones no existieron, es decir, no existió un Estado aliado de la autonomía, no existieron condiciones nacionales para promover los derechos de los y las costeñas.

 

En el 2006 el FSLN llegó nuevamente al poder con la promesa de cumplir una tarea pendiente en la costa, el desarrollo del régimen autonomía. Pero, diez años después, aún vemos que si bien ha habido aciertos en las políticas nacionales hacia la costa, por ejemplo, ampliar la infraestructura de comunicaciones, aún esa meta no se ha logrado cumplir.

¿Por qué no se ha logrado?

El FSLN tiene su propia visión de integración de la costa y bajo esta visión la costa debe estar subordinada. Esta visión es neoliberal y capitalista y bajo ese esquema los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes son secundarios. Por eso el FSLN no ha consultado de buena fe ni obtenido el consentimiento del territorio Rama-Kriol, porque argumenta que el proyecto del Canal está por encima de los derechos humanos de los nicaragüenses.

¿Cuál es la responsabilidad que tiene la clase política local y nacional?

La clase política local —refiriéndome más concretamente a las organizaciones políticas regionales, incluyendo las organizaciones políticas costeñas y las nacionales que están representadas en las alcaldías y consejos regionales autónomos— pudieron haber hecho mucho más por la autonomía.

 

Existe una crítica muy fuerte en la sociedad costeña sobre la poca efectividad de los consejos regionales, la corrupción y la inadecuada representación de los pueblos indígenas y afrodescendientes minoritarios en los consejos regionales; a que se han convertido en cotos de control de los partidos nacionales, que gravita en las decisiones que deberían ser autónomas y por tanto que pudiesen reflejar las visiones y aspiraciones de los y las costeñas. Esto no ha sido así y creo que en parte se debe a que las élites políticas nacionales no están comprometidas con el proceso de autonomía, con que la costa gane más poder en el concierto de las decisiones nacionales.

Hay individuos en la dirigencia nacional del FSLN y quizá en otros partidos nacionales que entienden la importancia de la autonomía como un modelo de gobernanza adecuado y necesario y que responde a una demanda histórica. Pero estos individuos se enfrentan a una maquinaria de poder y un modelo económico esencialmente neoliberal que los rebasa; se enfrentan a la fuerza del Estado mestizo hegemónico, que ve una sola Nicaragua, un solo modelo de gobierno centralista, un modelo de desarrollo económico.

¿Cómo se refleja a nivel local el estilo gubernamental de centralización de poder y caudillismo de las autoridades nacionales?

Las autoridades de los gobiernos territoriales indígenas y afrodescendientes no son consultadas de buena fe en las decisiones que les compete. El modelo centralista de autoridad también es desafiado por las organizaciones políticas costeñas, entre ellas Yatama, que ha luchado por conservar sus espacios de representación en los consejos regionales y municipales a pesar de enfrentarse al peso de los partidos nacionales y la maquinaria que movilizan cuando están en el Gobierno. Pero también habría que decir que en otras zonas de la costa (por ejemplo en la región de las Minas) el modelo centralista no es necesariamente inadecuado, especialmente allí donde el partido en el Gobierno tiene una mayor presencia y respaldo, la gestión centralizadora resulta funcional, bastante eficiente.

Algunos se refieren al Caribe como otro país dentro de Nicaragua, ¿qué factores pueden ayudar a explicar este supuesto aislamiento?

Sería importante cuestionar la validez de ese llamado “aislamiento”. En el pasado —siglos XIX e inicios del siglo XX— la costa estuvo bastante bien integrada a los mercados globales, especialmente a través de la exportación de productos primarios (madera, minas, banano, etc.).

Esta integración también tuvo su correlato en la movilidad de las personas, de allí que la costa fue y sigue siendo un crisol etnorracial caracterizado por mezclas bioculturales, en donde se combinan lo indígena, afro, mestizo, árabe, chino, mestizo y europeo, pero también de otros orígenes nacionales, étnicos y raciales. Eso constituye nuestra identidad “nicaribeña” como la ha descrito conspicuamente el poeta Carlos Rigby y que cuestiona la idea del “nicaragüense” como una creación ideológica del nacionalismo mestizo nicaragüense. Aquel nivel de integración a los mercados globales se terminó por los cambios que vivió la costa en la segunda mitad del siglo XX, cuando perdió sus ventajas comparativas respecto a otras regiones exportadoras de materias primas en América Latina; la costa perdió infraestructura productiva, reducción de la inversión extranjera y capacidad para conservar una economía más allá de la subsistencia comunitaria. Esto es lo que los economistas han llamado la economía de enclave.

Pesca
Un pescador en plena faena en Bluefields.

El llamado aislamiento hay que cuestionarlo porque la costa está hoy en día más integrada a Nicaragua como nunca lo estuvo en su historia. Está más integrada por las comunicaciones, por las vías que se construyen hacia el Caribe —especialmente la carretera Nueva Guinea— Bluefields y por la electrificación rural que ha avanzado sustancialmente durante los últimos cinco años. Además está más integrada políticamente, con un partido hegemónico gobernando los consejos regionales autónomos.

 

En su composición étnica la costa es hoy en día mayoritariamente mestiza, por el avance de la colonización agropecuaria y ganadera. El Gobierno actual es bastante consciente de esto y lo ha promovido de manera muy sagaz.

¿Por qué promover la hegemonía y no un sistema democrático? ¿Acaso la oposición no es necesaria?

El FSLN cree que puede gobernar con una oposición subordinada, domesticada, que no desafíe el régimen político o económico en lo fundamental. Bajo esta lógica el FSLN va a necesitar una oposición que legitime el régimen político (por ejemplo, a través de las elecciones), pero que se subordine en lo básico. En su relación con la autonomía de la costa el FSLN ha demostrado que negocia cuando la otra parte (indígenas y afrodescendientes) ha tenido poder, hoy la costa no habla a una sola voz y eso la debilita frente el poder central. La estrategia del FSLN está funcionando, pero no puede durar por mucho tiempo.

¿Qué temas de interés del Caribe están ausentes en la campaña a pocos días de las votaciones generales?

Está ausente una discusión franca de cómo renovar la esperanza que inspiró originalmente la autonomía del Caribe. Por el contrario, lo que vemos es que se han cerrado los espacios para un debate abierto sobre cómo resolver el saneamiento de los territorios indígenas y afrodescendientes, cómo atender las necesidades de tierras de colonos mestizos pobres en las nuevas zonas de colonización, sobre las estrategias para crear empleos productivos y más fundamentalmente, cómo alterar el modelo económico dependiente y primariamente agroexportador y extractivista que predomina en la costa. También están ausentes de la campaña opciones para la juventud, que está siendo obligada a migrar por la falta de oportunidades para desarrollarse plenamente en sus comunidades.

 

Sistema político personalista

Desde el punto de vista político, la ausencia de competencia electoral, falta de institucionalidad, la candidatura de Rosario Murillo como vicepresidente, pobreza, desempleo, ¿qué sistema político describe?

Nuestro sistema político es altamente personalista y caudillista, corporativo, autoritario y excluyente. Es también bastante mestizo-céntrico. Estos principios no son congeniales con los principios de un régimen autonómico descentralizado, intercultural y democrático. Es allí donde veo una importante contradicción en el futuro de la autonomía en su relación con el Estado. Para los y las costeñas no queda si no afirmamos como sociedad en las luchas por la democracia en Nicaragua, resaltando los temas que conciernen a los pueblos indígenas, afrodescendientes y mestizos de la costa Caribe. La lucha por la democracia en Nicaragua es también la lucha por la defensa de la autonomía. Esa fue una lección dolorosa en los años ochenta y hoy vuelve a ser una realidad.

La agenda pendiente

Según Miguel González, el tema del crimen organizado y la lucha contra el narcotráfico no está puesto en la agenda, porque el gobierno de Ortega considera que su estrategia ha producido éxitos, bajo la lógica de la seguridad regional. “Pienso que el gobierno del FSLN ha seguido una estrategia bastante acertada. Su prioridad ha sido golpear el tráfico ilegal y atacar las condiciones que (lo) hacen posible”, dijo.

El académico destacó que, por otro lado, la violencia por el acceso a la tierra “no es prioridad para el FSLN y eso es parte fundamental de una agenda pendiente”.

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COMENTARIOS

  1. nemada
    Hace 7 años

    Muy acertada tu discersion sobre la vision de nuestra costa atlantica (perdon costa caribe ahora), desgraciadamente es el peor de los males que nos pueda pasar, mientras el partido gobernante (fsln) no acepte sugerencias u otras maneras de ver nuestro desarrollo autonomico no obtendremos el desarrollo adecuado o deseado para nuestra sociedad costeña incluyente!!

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