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policias, sistema penitenciario

Muchas son las familias que han puesto denuncias por malos tratos de policias a reos. LA PRENSA/ ARCHIVO

Así vive un policía en Nicaragua

Ya sea resolviendo delitos o provocando denuncias, los policías de Nicaragua están en la mira pública. Las frecuentes acusaciones de corrupción, golpizas a ciudadanos y sobornos hablan de un aparente deterioro en la ética policial. LA PRENSA se adentró en su mundo para ver qué está ocurriendo.

El 14 de mayo de 2016, una cuadra antes de llegar al parque de la Centroamérica, mientras circulaba en una moto con un acompañante sin casco, Adolfo Gabriel Arancibia fue detenido por dos agentes. Eran las 7:30 de la noche y los dos policías, un hombre y una mujer, estaban de pie junto a una moto montañera. Arancibia solo le pudo ver el rostro a la muchacha. Le llamó la atención un lunar de la joven. El oficial varón llevaba puesto un casco.

El acompañante de Arancibia se fue en un taxi cuando los policías decidieron trasladar a la estación Cinco al motorizado. Pero Arancibia vio extraño que los agentes, en vez de salir por los semáforos que están cerca del lugar, se fueron por la parte trasera de la colonia y luego se detuvieron en una zona oscura. Comenzaron a preguntarle si andaba armas o drogas. Luego le sacaron la billetera en la que andaba tres mil córdobas, el pago de la quincena.

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Al día siguiente Arancibia fue al Distrito Cinco de la Policía pero no le resolvieron nada. El 5 de julio lo llamaron para decirle que habían capturado una banda de ladrones. Fue y, entre varios detenidos, reconoció a la muchacha policía del lunar.

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Ese mismo día 5 de julio, al suboficial Germán Hernández le pidieron que fuera al kilómetro 13 de la Carretera Vieja a León, en la entrada a Chiquilistagua. Cuando llegó había personas con uniforme policial y también vestidos de civil. Una parte de los uniformados estaban en actitud de confrontación y no querían entregar la documentación que un policía les estaba requiriendo. Después de esa detención, la Policía detuvo a otros agentes y se les hizo juicio por varios delitos, entre ellos robo agravado. Tenían seis meses siguiéndole la pista a la banda y supuestamente habían cometido más de una decena de asaltos.

VIDAS DE POLICÍAS

De los cinco policías que fueron acusados dos son mujeres. Una de ellas vive en el barrio Camilo Ortega y es madre soltera de una niña de 28 meses de nacida y se graduó de policía en junio del 2015. Su pareja le dejó cuando se dio cuenta de que ella estaba embarazada. Antes de ser policía se ganaba la vida trabajando en una zona franca. La otra es madre de tres niños de 10, 9 y 4 años de edad y comenzó a trabajar en la Policía desde noviembre de 2015, cuando salió de la Academia.

Nicaragua tiene casi 15,000 policías en todo el país, de los cuales de cada cuatro uno es mujer. LA PRENSA/ ARCHIVO
La Policía nicaragüense no informa sobre cuántos policías da de baja deshonrosa cada año. LA PRENSA/ ARCHIVO.

Uno de los varones trabajaba limpiando buses de la ruta 107. Se graduó de policía en junio del 2015 y, como tenía el expediente limpio, de la mina Limón lo trasladaron a custodiar la Secretaría del FSLN desde diciembre 2015 a junio pasado. Mientras estaba preso en El Chipote nunca dijo que era policía, por temor a ser agredido por sus excolegas, pero un comisionado lo delató. Afortunadamente no lo maltrataron.

Otro de los acusados varones también vive en el barrio Camilo Ortega y dijo que se conoció con los demás procesados en la Academia de Policía. En su testimonio afirmó que en su niñez y adolescencia había sufrido maltrato.

En el juicio que se les hizo se conoció que tanto el que lavaba buses como la que trabajaba en la zona franca son hermanos. La madre de ambos declaró que ella los crió a los dos con lo que ganaba vendiendo cajetas de leche. “Señor (juez) mis hijos son inocentes. Vivimos en una casa de zinc, humilde, pero somos honrados. Yo, con una pana de cajetas saqué adelante a mis hijos. Yo, con toda el alma le digo que trabajé honradamente. Mis hijos no beben ni fuman”, dijo la madre en los tribunales. Al final del proceso, los cinco policías fueron condenados.

EL ORIGEN

Los primeros oficiales que formaron la Policía Nacional (antes Sandinista), en 1979, tras el triunfo de la revolución, eran principalmente jóvenes que habían participado en la insurrección contra la dinastía somocista. Uno de ellos era el comisionado general en retiro Francisco Bautista Lara. “Yo era de extracción muy pobre. Entré por la revolución. La Aminta (Granera), la Eva Sacasa, Franco Montealegre, esos nombres no existen en las generaciones actuales de la Policía porque no entran jóvenes con esas características, en aquel momento fue un hecho histórico de la revolución del 79 y entraron muchos jóvenes provenientes de la universidad. Yo entré a la Policía pero no como una opción profesional, entré como una opción revolucionaria en aquel momento, pero hoy, que los jóvenes entran por una opción profesional, los apellidos que entran son Pérez, Martínez, Rodríguez, López, es decir, los apellidos comunes de la población nicaragüense, gente con escasas posibilidades que entran a querer hacer una carrera profesional digna dentro de la Policía”, dice Bautista Lara.

policia nacional en sus 30 aniversario
La academia policial de Nicaragua tiene filtros para evitar que entren malos aspirantes a policía. LA PRENSA/ ARCHIVO.

Oficialmente, en la Academia de la Policía existe un filtro para evitar que personas con antecedentes delictivos o no aptos para la profesión ingresen a las filas de la institución policial. Exámenes de temperamento, de inteligencia, vocacional, de personalidad, chequeos médicos y físicos son algunas de las pruebas. Pero agentes consultados por LA PRENSA, y que por motivos de seguridad omitieron sus nombres, se sienten indignados cuando conocen de las malas actuaciones de sus compañeros, ensuciando la imagen de la Policía, e indican que en realidad no se está haciendo una buena selección del personal nuevo que va a la Academia.

“Antes no entrabas si algún familiar había delinquido. Ahora no, dicen que los investigan pero no lo hacen, por eso un montón de pandilleros entran a la policía, que andan haciendo las peores cosas, robando con uniforme. Fue una manadita que entraron y después empezaron a investigar un poquito más”, dijo uno de los oficiales.

Para muchos agentes a la Academia de Policía la gente la ve como un “reformatorio”, donde sus hijos podrán ser enderezados y salvados de los vicios. En una tesis, desarrollada por dos estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA), encontraron que muchos de los varones aspirantes a policías tienen problemas de alcohol, drogas, pandillas y antecedentes penales, mientras que las mujeres habían sufrido conflictos familiares, vecinales y tenían familiares con antecedentes penales.

En la Academia los varones están separados de las mujeres por un alto muro, pero, a pesar de que se los prohíben, los policías no se explican cómo las mujeres entran bien y luego resultan embarazadas. “Ahí se les encuentra (sosteniendo relaciones sexuales) en los lavanderos, en los baños, se cruzan los muros, quién sabe cómo”, dice un policía que labora en la Academia.

PROBLEMAS ECONÓMICOS

No son “el montón” pero sí “son bastantes”, como para preocupar a los altos mandos, los policías que llegan al hospital Carlos Roberto Huembes tras haber intentado un suicidio. Cuando se les trata se descubren tres principales problemas: el maltrato que les dan los jefes, la excesiva carga de trabajo y, lo más grave, los problemas económicos.

“Lo primero que hacen es entrevistar al jefe. Los problemas son por el jefe, o por la carga de trabajo que tienen. La carga de trabajo de los policías de Tránsito es pesada. No descansan, no hay suficientes policías de Tránsito, de todo no hay. Van a su casa a descansar pero después los llaman y hay un montón de policías que son de los departamentos. Los queman. Los que más sufren son los de Tránsito, pasan, entre que roban y dan vía, sin agua y debajo del sol. A veces no les llevan la comida, y una comida muy mala. Y donde duermen, en las delegaciones, las camas tienen hasta garrapatas. A veces los presos están mejor. A veces no les dan permiso para ir a pasar consulta”, revela un agente de Plaza El Sol.

La Policía de Tránsito vigiló carreteras con radar para evitar el exceso de velocidad a conductores. LA PRENSA/JORGE TORRES
Los policías de Tránsito son de los que más carga de trabajo tienen en Nicaragua. LA PRENSA/ ARCHIVO.

Un oficial que trabaja en la Dirección de Operaciones Especiales (DOE) explica que a veces los mandan por varios días o semanas a realizar operativos en distintos puntos del país, últimamente en especial para contrarrestar marchas contra el proyecto del canal interoceánico, y cuando se van no saben cuándo van a regresar. “Hay casos en los que te mandan a trabajar largo. Vos sabes, somos seres humanos con emociones y cuando tenemos cierto tiempo sin ir a la casa uno se agüeva. Pero de pronto caemos en la realidad, andamos trabajando”, dice el agente.

En los municipios rurales la situación es peor que en la capital y otras cabeceras departamentales. Un jefe policial de el Caribe norte indicó que a las personas de esa zona no les gusta laborar como policías porque prefieren el trabajo en el mar. “No hay mucha motivación para ser policía. Los policías que trabajan aquí no son originarios de la región. Vienen de Managua, de Matagalpa, el Occidente. Vienen un poco indispuestos. No es lo mismo que estés compartiendo en el núcleo de la familia, con esposa, hijos, que cuando salís a los dos, tres meses ir a ver a tu familia. Esas limitantes hacen que no se desarrolle el trabajo con una motivación mayor”, expresó el jefe policial.

Los policías que pasan mucho tiempo fuera de sus casas tienen muchos problemas, separaciones y al final eso los afecta económicamente. “Algunos tienen varias mujeres y no les alcanza para todas”, dice una oficial.

UN ALIVIO

Hace unos seis meses los policías aliviaron un poco sus penas económicas. El presidente Daniel Ortega ordenó un “equiparamiento” en los salarios.

“Los salarios los compuso el comandante Daniel. Algunos que ganaban 4,000 o 3,500, ahora se los compuso a seis mil. Yo gano 9,500, ese es uno de los logros. El comandante Ortega le ha ayudado a la gente dándole sus casas, a gente que no tenía donde vivir, es un buen logro. A mí no me han dado pero tengo compañeros que les dieron casas en Ciudad Belén”, explicó un oficial del Distrito VI de Managua.

Otro policía señaló que a los policías de mayor rango les dieron casa en residencial Santa Eduviges, que es solo de policías. Sobre los salarios indicó que antes de la orden de Ortega había policías que hacían lo mismo pero unos ganaban más otros y ahora todos los que hacen lo mismo ganan igual. Unos salen mejores que otros por la antigüedad y por el rango. Los que ganaban más están descontentos porque a ellos no les subieron.

Hommenaje postumo a los cinco policias asenados en en una emboscada en Punta Gorda Bluefields.Managua 18 de agosto del 2015. Foto LA PRENSA/Manuel Esquivel
Así como los policías cometen errores, también exponen sus vidas. En esta imagen el homenaje póstumo a cinco policías asesinados en una emboscada en Punta Gorda, Bluefields, en agosto del 2015. LA PRENSA/ ARCHIVO.

Aún así, los policías indican que ganan menos que los del Ejército, a pesar de que son ellos quienes andan en la calle lidiando con la población y los militares se las pasan en las bases solo entrenando. Además, el Ejército tiene más beneficios. “A los del Ejército se les permite que introduzcan vehículos libres, por eso andan en grandes camionetonas. Nosotros no podemos hacer eso. Ellos (los del Ejército) tienen un súper que sí les vende las cosas más favorables. Nosotros tenemos un comisariato donde las cosas son más caras que en el Palí y en La Unión”, explicó un agente.

LA REALIDAD POLICIAL

Muchos de los policías abordados por LA PRENSA están de acuerdo en que los abusos policiales existen. La masacre de una familia en Las Jagüitas, la muerte de un joven en La Paz Centro, las recientes agresiones a un joven en Bluefields, las “mordidas” a los conductores, y muchos otros desatinos policiales no están en discusión. Pero señalan que eso no es lo que aprenden en la Academia y tampoco representan los valores de la Policía.

Algunos policías consideran que muchos de los “errores” policiales se dan, como en el caso de Las Jagüitas, por la arrogancia de los jefes o porque quieren sobresalir.

“En la formación que se da jamás te dicen andá malmatá a alguien”, dice una policía. “La gente dice cosas, son habladurías. Lo que pasa es que los nuevos están aprendiendo a hacer su trabajo”, dice otro oficial. “A mí me han querido coimear cuando ando de civil. Me da vergüenza comentar eso. Antes era un orgullo andar el uniforme, ahora hasta me da miedo. Y no tiene nada que ver con eso de que dicen que Daniel tiene atrapada a la Policía. Es por la necesidad. ¿Qué hace un policía con seis mil pesos?”, indica una agente.

Policías como los que atraparon robando con uniformes han hecho trizas el lema “Honor, seguridad y servicio”. Otros todavía creen en esa consigna.

LA CONTAMINACIÓN POLÍTICA

Dentro de las filas de la Policía son pocos los que se quejan de la politización en la institución. Las paredes de los edificios policiales están plagados de afiches en propaganda a favor de la pareja presidencial. En los uniformes policiales hay símbolos del Frente Sandinista. En las revistas policiales se rinde culto a los héroes sandinistas.

policias agrediendo al diputado augusto valle, durante las protesta de los miercoles, frente al consejo supremo electoral
Policías golpeando al político opositor Augusto Valle, en uno de los denominados “miércoles de protesta”. LA PRENSA/ ARCHIVO.

Pero pocos critican esa situación. “Yo de eso no hablo”, dijo un policía a LA PRENSA. Otro explicó que la mayoría de ellos simpatizan con el Frente Sandinista y otro más indicó que reciben formación política y que ha aprendido mucho sobre la historia y Rubén Darío, además de que se les enseña a mejorar su forma de vida. Otros recordaron que la Policía se debe al Poder Ejecutivo.

“LA POLICÍA NACIONAL ES UN REFLEJO DE LA SOCIEDAD NICARAGÜENSE”

Francisco Bautista Lara casi llegó a ser el director de la Policía Nacional, pero fue enviado a retiro de manera brusca. Hoy, es uno de los analistas de la situación de la institución policial. En esta entrevista aborda el quehacer de los policías.

¿A los policías siempre se les ha criticado mucho?

La policía es una organización del Estado de Nicaragua sujeta a la actividad pública, a la acción pública y visible de manera frecuente. Eso la hace vulnerable a la crítica pública de manera más sistemática que la que pueden ser otras entidades públicas que la gente no ve. La Policía y los policías, como individuos, como seres humanos, están expuestos permanentemente en todos los escenarios de la vida social, política, cultural del país, desde las fiestas patronales hasta las actividades deportivas, los conflictos vecinales, los conflictos intrafamiliares, la violencia, el consumo de droga, la violencia por droga, es decir, en la cotidianidad está la Policía.

De los nueve policías el que recibió mayor pena fue el capitán Zacarías Ignacio Salgado, purgado a 11 años de prisión. Managua, jueves 30 de julio de 2015. FOTOS/ ALEJANDRO FLORES
Los nueve policías condenados por la masacre de Las Jagüitas. Casi todos los policías consultados por LA PRENSA admiten que ahí hubo un grave error de actuación de parte de los agentes involucrados. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ALEJANDRO FLORES.

Primer punto, es una organización, un cuerpo del Estado que dado que está en la vista pública de manera frecuente es vulnerable frecuentemente a la crítica, eso es aquí y en todos los países, no es una cosa particular de Nicaragua.

Segundo, la Policía está integrada por hombres y mujeres, no es una computadora, no es un carro, no es una patrulla, no es una tecnología, son individuos, seres humanos, y esos seres humanos salen de la sociedad nicaragüense, son una consecuencia social de la cultura y del comportamiento social nicaragüense, de tal forma que no son ajenos a las características socio culturales de los nicaragüenses. Y eso es importante tenerlo en cuenta porque a veces se le quiere pedir a la Policía que se comporte o que sea de manera totalmente distinta a lo que es la sociedad, si son un producto social en términos reales, no solamente en las características físicas, externas, de los policías, sino que en las costumbres, en las virtudes y defectos de los nicaragüenses, es decir, la Policía es un producto del desarrollo histórico, social y cultural de Nicaragua y no de Honduras, y no de Suecia, entonces, los policías que entran a la institución policial tienen preferencias, gustos, defectos, virtudes y características comunes a lo común de lo que es el nicaragüense.

¿Será un problema de formación?

Estos policías que entran a la institución y que comienzan a hacer una vida profesional dentro de la Policía tienen un proceso de formación, de capacitación, etcétera, pero esas escuelas de formación no son el elemento determinante para el comportamiento del policía. Además de esa formación, vos tenés una vida social y una dinámica organizativa, que es la que marca tu comportamiento, incluso, cómo la sociedad reacciona ante el policía prestando el servicio, entonces, alguien dice los policías ganan poco, sí, ganan poco, porque es que el promedio salarial nicaragüense es así, es decir, ¿podría ganar más el policía?, sí, debería de ganar más salario y sería ideal, pero el país no puede soportar un salario mayor, entonces vos tenés una realidad, ahora, hay un salario mínimo, el salario mínimo en Nicaragua tiene un nivel X, ese nivel es compatible con el salario de los policías, entonces, el policía en la calle, bajo la lluvia, bajo el sol, con el desvelo, en condiciones de trabajo que no son las mejores, a veces bajo el sol sin bloqueador solar, por ejemplo, un elemento básico, sufriendo todos los riesgos que significa estar a la intemperie, llega a la calle y es maltratado por el ciudadano, es decir, el ciudadano incluso que comete una infracción de tránsito no quiere aceptar esa infracción y reniega, a pesar de que a veces puede ser consciente de que ha violado la ley de tránsito o cualquiera otra ley, y entonces a veces con facilidad saca un billete de 50 pesos, de 100 pesos y quiere sobornar al policía. Ahora, yo pregunto, ¿cómo quisiéramos que reaccionara el policía ante ese intento de soborno? Lo ideal es que rechace, como con frecuencia algunos policías lo rechazan, pero, ubiquemonos en la realidad personal, si es un policía que tiene cinco hijos, o tres hijos, que además tiene hambre, o tiene sed porque su salario no le ajusta como efectivamente no ajusta porque es un salario pobre, entonces, lo vulneramos, el soborno es una consecuencia de la acción de los ciudadanos al policía y que una vez ocurrido te descompone al servidor público.

¿Es una policía capacitada?

Lo que tenemos es una institución profesional pero en las realidades nicaragüenses, una institución profesional en las limitaciones del país de Nicaragua, afortunadamente con pocos niveles de violencia criminal, no son extremos nuestros niveles de violencia criminal, al contrario, tenemos una condición relativamente favorable en la seguridad, el mayor riesgo en Nicaragua es el robo, el temor al robo, pero nadie puede decir que el mayor riesgo es el homicidio, por ejemplo, la violencia urbana en general es relativamente baja, es decir, la gente se mueve a distintas horas de la noche y te pueden robar, eso es cierto, pero los riesgos son relativamente menores. Ahora, la Policía ha hecho una contribución importante a ese objetivo, pero debemos ser claros que no es solamente la contribución de la Policía, es la sociedad que tiene afortunadamente un comportamiento sano, en Nicaragua en general la sociedad es sana, y más en algunos pueblos del interior del país la sociedad es sana, todavía en algunos pueblos la gente deja las puertas abiertas y sale y no pasa nada, son comunidades muy tranquilas, la gente se conoce entre sí, por lo tanto hay un factor cultural importante en el comportamiento social de los nicaragüenses que contribuye a esa seguridad actual y además un comportamiento institucional de la Policía que también contribuye a ese comportamiento.
Lo que tenemos es una institución con personas, seres humanos con virtudes y defectos similares a los de la cultura.

¿A la Policía se le ve como un reformatorio?

Eso es una tradición de algunas personas, a veces la gente dice metemelo a la Academia para que me lo compongas. Pero no es así. La verdad es que a la Policía entran jóvenes, yo te pregunto qué características crees que tengan los policías que entran a la Policía, yo te puedo asegurar primero que no son hijos de personas adineradas, segundo, que no son personas que tengan un capital económico y altos estudios, son personas de los sectores más populares, esa es la realidad, ¿eso es malo?, no es malo, simplemente son personas de los sectores más populares, que no tienen mayores opciones profesionales fuera, es decir, no es que tienen una beca en Estados Unidos que van a ir, o incluso en la UCA, eso no es cierto, son personas que tienen limitaciones para continuar sus estudios después del bachillerato, que sus familias son pobres, que a veces vienen de familias dispares, solo el papá o solo la mamá, la abuelita, necesitan estudiar y trabajar y ven la posibilidad en la Policía como una oportunidad para poder estudiar, trabajar y para poder desarrollarse profesionalmente, esa es la realidad social del policía, exceptuando en los orígenes de la Policía, de 1979, no tenes personas de apellidos rimbombantes, tampoco tenes gente vinculada al capital económico importante.

¿Usted, por ejemplo?

Yo era de extracción muy pobre, yo entré por la revolución, efectivamente, la Aminta, la Eva Sacasa, Franco Montealegre, es decir, esos nombres no existen en las generaciones actuales de la Policía porque no entran jóvenes con esas características, en aquel momento fue un hecho histórico de la revolución del 79 y entraron muchos jóvenes provenientes de la universidad, yo mismo era bachiller del Pedagógico, era becado, no tenía riales mi familia, pero yo entré a la Policía pero no como una opción profesional, entré como una opción revolucionaria en aquel momento, pero hoy, que los jóvenes entran por una opción profesional, los apellidos que entran son Pérez, Martínez, Rodríguez, López, es decir, los apellidos comunes de la población nicaragüense, gente con escasas posibilidades que entran a querer hacer una carrera profesional digna dentro de la Policía, y esa es la realidad, yo creo que una buena policía es una responsabilidad de tres partes importantes, en primer lugar el Estado, debe preocuparse por mantener de manera profesional, competente, calificada, digna a la Policía. Pero en segundo lugar es importante y es fundamental la sociedad nicaragüense, es decir, los ciudadanos debemos evitar descomponer a la Policía, sobornarla, empujarla a rumbos erróneos, etcétera y en tercer lugar la misma Policía, la Policía como institución debe cuidar su prestigio, su dignidad, su comportamiento y expulsar, sancionar a los policías que cometen errores porque siempre los va a haber, ahora, hay policías que robó, que mató en tal lado, sí, no hay policía en el mundo que no haya tenido algún policía, en algunas épocas, que hayan abusado, estás hablando 15 mil, 16 mil policías, 15 mil o 16 mil ciudadanos de Nicaragua, con las virtudes y defectos de los nicaragüenses.

¿Hay suficientes policías?

El Salvador tiene población similar a la de Nicaragua pero tiene doble de policías, su índice de criminalidad es más alto

¿Qué me dice de la política?

La Policía sigue siendo una institución competente, con defectos y virtudes, encaminandose a la profesionalización, con acciones a veces erróneas que necesita rectificar y corregir, pero es el rumbo normal de una institución en una sociedad que se mueve igualmente en esa complejidad, la población sube, la cantidad de vehículos en la calle sube, la actividad económica sube, se mueve más dinero en la sociedad, viene gente extranjera de diferentes lados, la gente extranjera, los turistas, traen cosas buenas y también traen cosas malas, a veces, es decir, droga, prostitución, trata de personas, todos esos son los problemas con los que hay que lidiar todos los días, a eso le sumas los conflictos políticos, los grupos políticos que discuten, a veces la opinión hacia la Policía tiene un sesgo, el sesgo es político a veces, es decir, te cae mal porque te cae mal, porque se vincula al poder político, tenemos que superar esas limitaciones y ver la Policía con una perspectiva más allá de sentido político.

La gente se queja de que el presidente Daniel Ortega maneja a la Policía…

Esa es una posición política legítima, la gente lo plantea así, algunos grupos lo plantean así, lo que pasa es que la policía es una institución del Estado que depende del poder ejecutivo, y responde a las órdenes del poder ejecutivo en el marco de la ley, que tiene un propósito muy claro, la Policía no está hecha para lidiar en los conflictos políticos, la policía está hecha para lidiar en los conflictos sociales de violencia delictiva, ese es su rol. A veces se le jala en el conflicto, no sé, hay una protesta política, la Policía en esos conflictos tiene dificultad para actuar, porque no es el perfil que ha tenido la policía, esta no es una policía política, digamos, como pudo haber sido la Seguridad del Estado en los años ochenta, esta es una policía enfocada a la lucha criminal, delictiva, entonces cualquier lucha o cualquier conflicto de naturaleza política debería ser resuelta por los actores políticos en el terreno político que corresponde.

¿Es efectiva esta policía?

Tres conclusiones muy claras sobre la Policía Nacional, primero, los niveles de seguridad del país se preservan de manera apropiada, competitiva. Eso es una fortaleza importante que responde a la acción de la Policía pero también a la acción social en general. La segunda es que la Policía tiene un vínculo comunitario importante, el trabajo policial se monta sobre equipos profesionales, especializados, etcétera, pero fundamentalmente se ha sustentado por su posición doctrinal de origen en una comunicación importante con la comunidad, eso es una característica fundamental que hay que preservar y fortalecer. Y lo tercero es que, a pesar de todos los problemas que ya sabemos, la Policía ante la sociedad goza de cierto nivel de respeto, incluso los delincuentes respetan a la Policía. En El Salavdor y Guatemala no se pasean con el uniforme. En Nicaragua el ladrón espera a que el policía se vaya para robar.
No hay persona a quien no le podamos señalar defectos y virtudes.
Hay algunos policías que abusan y son sobornados y son sobornables, sí los hay, afortunadamente la institución ha generado capacidad para identificarlos y excluirlos, pero habrán otros que no han sido identificados, sí los hay, tenes 15 mil o 16 mil policías, que hayan 100 o 50 que cometan abusos, eso es perfectamente posible, en la sociedad lo mismo, somos seis millones, yo digo ¿seis millones de nicaragüenses somos honestos? No es cierto.

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COMENTARIOS

  1. Enrique Pavón
    Hace 7 años

    Muy buen artículo, el comisionado está muy claro de los defectos y virtudes que tenemos todos los nicaraguenses, hayque cuidar nuestras instituciones

  2. Mak
    Hace 7 años

    Hay verdades muy profundas en el articulo que se escribe creo firmemente que hay dos cosas fundamentales que faltan para que tenga exito no solo la policia si no todas las instituciones del estado y la sociedad ue son: DIOS y sus principios cristianos y sociales y La Familia su formacion su bases y sobre todo el amor al projimo palabra que poco se usa en este ultimo siglo que nos ha tocado Vivir y que cada dia que pasa observamos que la sociedad cada vez es mas corrupta, desarraigada y despota, con unico fin que es el dios DINERO.-

  3. Experto en Seguridad Ciudadana
    Hace 7 años

    Una investigación razonada , pragmática y objetiva en que se analiza a la Policía de Nicaragua , se requiere un nuevo liderazgo policial en todas sus estructuras de mando para su mejor desarrollo y profesionalización centrada en el ser humano uniformado.

  4. franco escorcia
    Hace 7 años

    Tremendo articulo…felicidades..

  5. Pancho Madrigal
    Hace 7 años

    Minimzarlo todo, justiicarlo todo. Jusifiquitis aguditis de las chanchaditis. Hay que hacerle competencia a Goebbels. 100 o 50 polisillas de 16,000? Por favor! Ni siquiera el 1%. Por los hechos y el comportamiento de la polisilla de Ortega se deduce facilmente que al menos el 50% o sea unos 8,000 estan totalmente podridos. Decir lo contrario es creer que somos un pueblo de tontos que se traga cuaquier cosa que le digan.

  6. Carlos S.
    Hace 7 años

    Es verdad, ser un agente policial no es sencillo. Dentro del uniforme hay un ser humano, y dentro de este; una compleja red de historia y cultura, que la sociedad no tiene el derecho a juzgar solo porque sí.

  7. el carolingio
    Hace 7 años

    La policia ha sido utilizada por el poder politico sea Somoza u Ortega y eso todo mundo sabe que esta mal. Igual que antes a la policia se meten por necesidad y no por profesionalismo y eso esta mal. Las dictaduras pasada y presente mantienen la pobreza para tales fines eso esta mal. La misma pobreza viene por la irresponsabilidad y ambicion de los dictadores y la poca o mala culturizacion deviene por lo mismo. Tener un cuerpo policial siempre sera necesario para cualquier pais, pero deben ser los mejores elementos de la sociedad,con un grado medio o superior de escolaridad y no por necesidad. Ademas tiene que seguir superando dentro del cuerpo, todos desde el mas bajo al mas alto con estudios relacionados al cuerpo policial. ! Nada de eso existe en la policia de Nicaragua! y luce que nunca lo habra y si existe no se ve no se sabe ni lo demuestran en la practica

  8. Eddy
    Hace 7 años

    Si arriba hay corrupción, abajo no queda mas remedio que defenderse, antes la policía era mas recta y se relacionaba mas con la población, porque los funcionarios lo hacían, el presidente lo hacia, informaban mas, etc, pero ahora hay un poco que solo con malacrianzas contestan

  9. Edwin Alfonso Zelaya
    Hace 7 años

    Excelente investigación que nos da más luz para entender los fenómenos sociales en nuestro país, especialmente respecto a la Policía Nacional que es el reflejo de lo que somos. Por otro lado, es la primera vez que leo en La Prensa que no llamen inconstitucional al presidente Ortega, da más confianza leerla si no está parcializada y para mi gusto es más cómodo, aunque imagino que para otros (as) no.

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