Un grupo numeroso de familiares con detenidos por el delito de tráfico de migrantes, en Rivas, denunció en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que son víctimas de procesos anómalos. Los denunciantes en su mayoría alegan inocencia de los procesados.
De acuerdo a la información preliminar suministrada al Cenidh, al menos unas 80 personas han sido arrestadas, procesadas y en algunos de los casos sentenciado por ese delito.
“Esta es una cuestión verdaderamente alarmante”, expresó la presidenta del Cenidh, Vilma Núñez, mientras seis equipos de ese organismo recibían las denuncias y que la tarde de ayer dijo que ya habían identificado unos 25 expedientes con más de una persona arrestada por ese delito.
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La defensora de derechos humanos dijo que realizarán una clasificación de las denuncias, por expediente si están detenidos, si están procesados o ya están sentenciados, para determinar las diligencias a seguir.
Entre lo que había recibido Núñez empezó a observar algunas anomalías en los procesos como que hay personas declaradas culpables desde hace meses sin que les hayan leído sentencias, aunque ya están en penal de Granada o en su lugar ya condenados pero aún los mantienen en la delegación de Rivas.
Entre los denunciantes varios de sus parientes ya recibieron sentencias de seis años y en otros casos señalaron que la Policía les ha empezado a atribuir también el delito de crimen organizado.
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Valeska Soza, fue una de las denunciantes, quien explicó que el 8 de octubre pasado, su marido Edwin David Dávila Urbina, es transportista y él fue contratado para realizar el traslado de unos estadounidenses. Por ese traslado le pagaron 3,500 córdobas, le alegaron querían un traslado seguro desde San Juan del Sur a Managua, sin arriesgar a las personas.
Historias de abuso policial
Alega Soza que su esposo no sospecha porque las personas que él trasladaba eran blancos ojos verdes. “Resulta ser que cuando él viene de regreso por la Rotonda la Virgen, lo detiene el Cuarto Comando Militar él se detiene porque él cree que está transportando personas normales. Cuando los bajan los ciudadanos hablan, eran cubanos, hasta ese momento ellos hablan”, relató Soza.
Roberto Lanzas García, fue arrestado el 9 de mayo pasado cuando se trasladaba de Rivas a Corinto, según su hermana María Isabel Lanzas, a realizar labores de la empresa para la cual trabaja como gerente de sitio, pero en el sector de La Curva, por Ochomogo, él se detuvo para revisar una llanta del carro, que coincidió con la retención de un vehículo con extranjeros y a él lo asociaron con estos.
Lanzas sostiene que en los interrogatorios la Policía lo presiona para que este aceptara que era traficante de “lo bañó de agua helada a él para que confesara que sí tenía vínculo con la buseta”. Luego de esto asegura la denunciante a su hermano tuvo problemas con la presión, por lo que lo remitieron al médico para que lo atendieran y al regresar un superior del lugar ordenó que le devolvieran el vehículo y se fuera, pero otro oficial de menor grado se negó, según esta, y le abrió proceso.
Inicialmente los denunciantes pretendieron realizar gestiones en la Corte Suprema de Justicia, pero no tuvieron éxito, dijo Núñez.
La presidenta del Cenidh, aclaró a los denunciantes que debían garantizar que se trataba de una mayoría vinculado al delito de tráfico de migrantes y no con otro hecho delictivo.
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