En los próximos días se celebrarán elecciones en Nicaragua y en los Estados Unidos (EE. UU.). Quiso el destino que las mismas coincidieran por escasas horas, como anunciando lo trascendental de las mismas para nuestro país. En el caso de la elección norteamericana, ha despertado un interés inusual en todo el mundo. Mientras, nuestra elección es vista con mucho recelo en el mundo entero. Por ello, AmCham promovió una conferencia que nos brindó el profesor de Incae y exembajador de Nicaragua en Washington, el doctor Arturo Cruz Sequeira, sobre qué esperar en el futuro cercano.
En los EE. UU., todo hace indicar que el voto mayoritario favorecerá a la secretaria Hillary Clinton… pero como dijo el canciller Aguirre Sacasa, en su última intervención en AmCham, “no está dicha la última palabra”. En el caso de Nicaragua nadie tiene la más mínima duda de quién ganará; aunque las cosas se han venido complicando en los últimos meses, lo que ha generado una gran incertidumbre, tal vez innecesaria, y que queramos o no, afecta el clima de negocios y la imagen de nuestro país. Una imagen que tanto nos ha costado cambiar y en la que hemos retrocedido debido a titulares negativos en los principales periódicos de América y Europa.
Y aunque en Nicaragua ningún candidato de los que van compitiendo, ha llegado al extremo de Donald Trump de cuestionar las elecciones, estamos todos más que claros que la situación en que vamos a esta votación, no es la más favorable por todos los sucesos recientes, como exclusiones políticas, falta de observación internacional y cuestionamientos de transparencia en el proceso electoral. Desafortunadamente, no se tomaron en cuenta las observaciones que en su momento hicieron la OEA y la Unión Europea sobre cómo mejorar las elecciones. Todo ello nos ha llevado a que, en vez de que tengamos una fiesta electoral, más bien pareciera como que no hay un proceso electoral. Pocas veces una campaña electoral ha llamado tan poco la atención. Reto al lector a que me diga la fórmula electoral de las seis agrupaciones que están compitiendo, solo y tal vez y los más informados sabrán.
Y cuando hemos demostrado avanzar bien en lo económico, creo que en lo político todos hemos fallado. Ahora tenemos la muy real amenaza que representa el “Nica Act” y, si sumamos a esto la falta de fondos que proporcionaba Venezuela, junto a la cancelación de la cooperación tradicional y la baja en los precios de nuestros principales productos de exportación, el escenario económico futuro se complica más.
Por ello veo con mucha esperanza y como un gran respiro, el anuncio del Gobierno y de la OEA de la conformación de espacios de diálogo que esperamos marchen a buen paso para fortalecer el Estado de Derecho, la seguridad jurídica, el fortalecimiento de la institucionalidad, las leyes y la mejora de nuestro sistema electoral para llegar a elecciones más transparentes e incluyentes, que sean aceptadas por todos los participantes.
Debemos reflexionar sobre el tipo de país que queremos heredar a nuestros hijos, los problemas que les vamos a dejar a ellos y el rumbo que nuestro país debe tomar para avanzar hacia un mejor futuro, especialmente si queremos sacar a los más necesitados de la pobreza que es nuestra responsabilidad, como arquitectos de un mejor país.
El autor es Presidente de la Junta Directiva de AmCham.