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Managua 29 de Oct del 2016.Isidro Rodriguez, dramaturgo Nicaraguense posa en LA PRENSA. LA PRENSA / Uriel Molina

Isidro Rodríguez recrea cómo han sido sus cuarenta años haciendo teatro

Isidro Rodríguez Silva lleva cuarenta años haciendo y viviendo del teatro. En los años ochenta dirigió el grupo de Teatro del Pueblo, que se presentó en festivales nacionales y viajo en brigadas culturales a los frentes de guerra.

Isidro Rodríguez Silva lleva cuarenta años haciendo y viviendo del teatro. En los años ochenta dirigió el grupo de Teatro del Pueblo, que se presentó en festivales nacionales y viajo en brigadas culturales a los frentes de guerra.

También ha descrito varias obras de teatro y monólogos. Actualmente es promotor del Teatro Municipal José de la Cruz Mena, en la ciudad de León y ha destacado en sus investigaciones en el campo de la dramaturgia.

Tiene inédita una Antología del Teatro Nicaragüense, en busca de editor, producto de su trabajo de tesis de la maestría de Lengua y Literatura Hispánicas.

En un breve diálogo reflexiona sobre el teatro y sus años como director, actor y dramaturgo.

¿Qué representa el teatro en su vida?

Es mi vida, es algo que uno lleva por dentro, y se manifiesta, en mi caso, cuando escribo una obra de teatro, pero sobre todo el gozo de sentirte especial por lo que haces y por lo cual vives.

¿Cómo llegó al teatro, lo influenció alguien?

El teatro llegó a mí cuando estudiaba en el Instituto René Schick, en la persona de mi maestra Nydia Palacios Vivas; cuando miré una obra dirigida por ella, La Oficina de Alfonso Pasos. Ella me regalaba boletos para ir al teatro y me invitaba a ver otros grupos estudiantiles que hacían teatro, como el Pedagógico.

¿Un referente en la vida teatral que le haya guiado?

El referente ha sido el teatro mismo, ya que me he relacionado con gran parte de la gente del teatro. Colaboré con Alberto Ycaza cuando montó El Güegüense, me relacioné con escritores, y grupos de teatro, especialmente con Comedia Nacional de Nicaragua y fui artífice del teatro de la revolución, de la época de los años ochenta, cuando el teatro fue un desborde de vida y alegría.

¿Qué le dice el nombre de Alfredo Valessi en el mundo teatral?

Es un referente en el teatro nacional, como autor y director de teatro, considero que la mejor época de la Escuela Nacional de Teatro fue cuando él estuvo de director. Además de pasión tenía fe en el teatro, sus obras como Oscura raíz del grito muestran no solo un gran dominio dramático, sino todo un contexto cultural.

¿Qué puestas en escena has llevado a cabo, con cual te sentís realizado?

En mi vida he dirigido muchas obras de teatro, pero en la que me he sentido realizado ha sido en dos momentos, uno cuando actuaba y dirigía la obra El Espantajo de Jorge Díaz, y nos presentábamos en las zonas de guerra, en las fábricas y en los institutos y sentís esa relación mágica con el público.

La segunda, como promotor del Teatro Municipal José de la Cruz Mena, donde recientemente dirigí la obra Sandino, Darío y Mena, ver a los chavalos en escena y el teatro repleto de alumnos, es sentirme realizado.

Actor, director y dramaturgo ¿con cuál se siente más a gusto?

Como dramaturgo, porque es mi creación más original, es un mundo artístico que al final me asombra, porque los personajes adquieren vida propia e hilan su propia historia.

¿Qué obras teatrales considera insuperables en la dramaturgia nacional?

Las que aparecen en la Antología del Teatro Nicaragüense, que es mi trabajo de tesis de la maestría en Lengua y Literatura Hispánicas, que reúne a trece autores, que va de 1930 a 2016.

Son obras dramáticas tan diferentes en estructuras y estilos, pero tan iguales en llevar las corrientes modernas del teatro europeo y norteamericano.

¿Socorro Bonilla Castellón, su maestra, qué lecciones le dejó?

La pasión, la persistencia, la fe en lo que hace como artista del teatro, donde lo importante no es tropezar y caer, sino levantarse las veces que sea necesario. Y trabajar duro y todos los días, pero sobre todo crear y crear.

Las muñecas también se mueren, ¿qué retos le impuso esta obra?

El principal reto era de consolidarme como dramaturgo, era mi prueba de fuego y lo logré porque cuando participé en la convocatoria del Centro Nicaragüense de Escritores fui seleccionado, además era la primera obra de teatro publicada por ellos.

Por esta obra he recibido muchos elogios siendo el último el de Nidia Bustos, directora del Teatro Comparado de la Argentina que conocí en uno de los simposios Rubén Darío y que me la presentó Nydia Palacios.

Ha escrito dos monólogos de corte trágico, ¿qué lo llevó a eso en Toda mujer feliz se suicida por la tarde y A la sombra de una luz oscura?

Al igual que Federico García Lorca, he tenido una pasión por el personaje femenino. En mi escritura las obras nacen solas, de pronto, pero te confieso que a partir de algo que me cuenta la gente, o que me impresiona.
Estos monólogos han tenido suerte, el primero lo montó el Teatro Rubén Darío y el segundo fue interpretado por la primera actriz Evelyn Martínez.

¿Ha sacrificado cosas en su vida por el teatro?

Nunca he sacrificado nada, mi prioridad es el teatro.

¿Qué obra le ha impactado a tal punto de cambiarle su manera de ver el mundo?

La obra que me ha impactado desde que hago teatro es El Rey Lear de Shakespeare, por su estructura dramática y cómo desde el inicio de la obra maneja el conflicto y la trama misma. Además lleva el tema del poder y la decadencia del ser humano como solo él lo sabía hacer.

¿Cuál es su gran sueño como teatrista?

Que me publiquen la Antología del Teatro Nicaragüense, que es mi legado como artista del teatro, que además es un reconocimiento a los autores de teatro, cuyos textos siempre han estado relegados.

Es la primera antología de un país a nivel centroamericano, ya que solo existe la que realizó el guatemalteco Carlos Solórzano, donde Por los caminos van los campesinos de Pablo Antonio Cuadra, representa a Nicaragua.

Cumplió 40 años haciendo teatro y viviendo de él. ¿Qué tal la experiencia?

Maravillosa e irrepetible. El sentirme gozoso de haber aportado a un género literario que siempre ha estado marginado; pero que es un mundo maravilloso, que desde el texto dramático y el escenario habla de la vida y la condición humana.

Contexto

Teatro en los departamentos

“En la ciudad de León, el Teatro Municipal José de la Cruz Mena impulsa las Rondas Culturales de Teatro dirigidas a los estudiantes, la última obra se presentó fue Sandino, Darío y Mena con estudiantes del Instituto de Occidente. El teatro Post Humano que realiza Mick Sarria con privados de libertad, siendo su última obra Caín y los perros.

Matagalpa tiene ya su teatro municipal, y aquí tenemos dos grupos importantes, el grupo Quetzalcóatl con su obra Péguele mecha compadre y Amada Amor, la más reciente obra de teatro campesino Tecun Umaní, que dirige Gerardo Molinares. En Granada tenemos al grupo Tabanco fundado por Pepe Prego y que actualmente dirige Karla Acevedo”.

Cultura Isidro Rodríguez teatro Nicaragua archivo

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