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Zona de Strikes: Las lecciones de los Cachorros

Quizá la lección más grande que nos ofrecen los Cachorros de Chicago es el hecho de no acostumbrarse a perder, aunque perdieran.

Quizá la lección más grande que nos ofrecen los Cachorros de Chicago es el hecho de no acostumbrarse a perder, aunque perdieran.

Durante 107 años intentaron descubrir la forma de alcanzar la cima del beisbol y no lo lograron, pero no por ello dejaron de intentarlo.

Probablemente porque tenían la actitud de inventor Thomas Alva Edison, quien decía: no he fracasado, ahora sé que de esta forma no funciona, cuando una de sus creaciones no progresaba.

Es decir, en lugar de quejarse y lamentarse, Edison se quedaba con el conocimiento adquirido y trataba de otra forma. Es lo que han hecho los Cachorros.

Y así continuaron tratando. Desfilaron miles de peloteros, decenas de mánagers y gerentes y hasta propietarios, pero al final dieron en el punto.

Es decir, los Cachorros no se vieron a sí mismos como unos perdedores y tampoco se tuvieron lástima. Solo lo intentaban con más fuerza.

Desde que la familia Ricketts tomó el equipo, diseñó un plan y la primera movida fue conseguir a Theo Epstein, el exorcista de Boston.

Epstein comenzó a llenar las fincas de prospectos vía transacciones y cuando estos maduraron, agregó las piezas clave adquiridas desde el mercado.

Una vez ensamblado el equipo, contrató a Joe Maddon como el mánager y este supo mover las piezas con inteligencia y valentía, más allá de algunos manejos precipitados del picheo.

Este equipo no podía fallar. Tenía talento de sobra. Pero sufrió al máximo porque en beisbol no hay nada seguro. Hay que ir al campo y luchar en cada juego.

De modo que cuando lo que hacía falta era probar el carácter, los Cachorros lo hicieron y vencieron a unos combativos Indios, que tampoco merecían perder.

Ahora son los campeones mundiales y es el tiempo de celebraciones, pero detrás hay un enorme trabajo de equipo que hizo posible la victoria.

Un equipo, como la pobreza o la mediocridad, es un estado de ánimo. Nos acostumbramos o cambiamos. A los Cachorros jamás les llenó ser llamados “adorables perdedores.

Los Cachorros querían ganar y trabajaron duro para hacerlo. No existe otro método.

Salud, por los Cachorros.

Sigue a Edgard Rodríguez por twitter: @EdRod16

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