El analista político Óscar René Vargas sostiene que en los diez años de gobierno de Daniel Ortega se incumplió a los nicaragüenses en temas fundamentales como la reducción de la pobreza y en concretar los megaproyectos, como el Gran Canal, que se ofrecieron como solución para el desarrollo económico del país.
Vargas observa que en un tercer mandato consecutivo de Ortega, como se prevé, al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) le será más difícil gobernar “por el surgimiento de movimientos sociales”, menos dinero venezolano y las consecuencias de la Ley “Nica Act”, que aprobaría Estados Unidos.
Cifras oficiales dicen que hubo una reducción del índice de la pobreza en más de diez puntos con este gobierno. ¿Se cumplió la promesa?
No lo creo y te explico por qué. Un hecho real es que en Nicaragua alrededor de 120 mil personas jóvenes se incorporan a la población económicamente activa por año. El mismo Gobierno y la empresa privada están hablando que entre 50 mil y 60 mil personas jóvenes logran tener un trabajo formal. Estamos hablando de entre 60 mil y 80 mil jóvenes que no consiguen trabajo. Hay un informe de la OIT sobre el panorama laboral, que señala que el 43 por ciento de los jóvenes entre los 15 y 24 años ni estudian ni trabajan, entonces te das cuenta que no es cierto que la generación de trabajo se ha incrementado al ritmo que el país necesita tener. Y las cifras oficiales del BCN señalan, dependiendo del mes que publican, que entre el 75 y 79 por ciento de la PEA tiene un trabajo informal, es decir, que en términos reales significa que hay un subempleo, es gente que no gana lo suficiente para superar la línea de pobreza.
¿No cree que el nivel de pobreza general es del 29 por ciento, como lo afirma el Inide?
Esa cifra del 29 por ciento es basada en que una persona que recibe 1.70 dólares al día, que significan unos sesenta córdobas, ya no es pobre. Pero si uno eleva a 1.90 dólares, que es lo que utilizan otros bancos centrales para medir la pobreza, significa que para no ser pobre tu ingreso debe ser 75 córdobas al día, entonces el número de pobres pasaría al 44 por ciento; 75 córdobas es lo que te cobran por un plato de comida, alcanza para que una persona coma en vez al día y no cinco (promedio en una familia). Por eso yo no creo en esas cifras que dan. El mismo BID indicó hace poco que el ochenta por ciento de la población en Nicaragua habita en viviendas inadecuadas. Y aparte de eso la desigualdad se ha agudizado. Todos los indicadores muestran que el 29 por ciento es una cifra no real (apegada) a la realidad de este país.
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El ministro de Hacienda afirmó que 40 centavos de cada córdoba del Presupuesto del próximo año se invierten en Salud y Educación. Se proclama la universalidad de la enseñanza…
No conozco cómo quedó el nuevo Presupuesto, pero el año pasado la inversión social en educación fue 2.82 del PIB, eso se traduce más o menos en siete dólares por persona por año. Con eso no resolvés, la prueba está en que si comparamos la cifra oficial que el presidente Ortega dio a la Asamblea Nacional en el año 2013, en que señala que el número de estudiantes inscritos en primaria fue poco más de 500 mil. En un informe que la señora (Rosario) Murillo dio resulta que en 2016 fueron unos 300 mil. Cuando hice el ejercicio de calcular resulta que hay más de cien mil jóvenes que no están en la escuela. Por eso es que no hay transparencia con las cifras oficiales, porque mostrarían la ineficiencia de este Gobierno.
En el aspecto político ¿cuál es su análisis?
Creo que el país ha retrocedido porque ha cerrado los espacios y al hacerlo el país no puede avanzar (…). La centralización del poder no ha permitido ser eficiente en muchas cosas, te pongo el ejemplo de que los municipios antes discutían sus presupuestos con la comunidad, ahora llegan a hacer consignas y la decisión baja del Gobierno central. La municipalización por la que luchó el Frente de 1990 al 2016 se liquidó.
¿Eso responde a algo?
Responde al control político total para que la gente diga “sí, señor”.
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¿Hasta cuándo cree que este modelo de centralización del poder dure con indicadores económicos y políticos en contra?
Ha sido una ventaja para el presidente Ortega recibir los más de cinco mil millones de dólares de Venezuela. Ventaja fue porque manejaron dinero fuera del Presupuesto (oficial) para dar las dádivas, pero también ha sido elemento de corrupción. Esa es una desventaja para Ortega en un momento en que se reduce ese dinero por los problemas de Venezuela (…). Al reducirse las dádivas la gente va a comenzar a exigir eficiencia con el dinero público. El segundo punto de debilidad es la desaceleración económica que estamos viviendo y que se va a acentuar en 2017, un tercer elemento es la caída de las exportaciones y un cuarto es que al caer las donaciones se aumentan los préstamos y con ello el país se endeuda más. Todos esos factores comienzan a converger en 2017. Si a esto le añade la crisis política de ilegitimidad del Gobierno por estas elecciones no transparentes, hace que Ortega busque legitimarse con las conversaciones con la OEA. La suma de todo ello sí puede crear un problema mayor en este país. No es un panorama agradable.
Grandes proyectos, como el Canal, ni siquiera se mencionaron en la campaña electoral.
El Canal Interoceánico es una ilusión. La estrategia china no es de venir a meterse a Nicaragua, sino en resolver la nueva ruta de la sede terrestre y marítima para China…
¿Por qué entonces vender esa idea del Canal?
Porque a Ortega lo engancharon. Wang Jing le vendió ilusiones.
¿Usted cree que se dejó engañar?
Sus asesores le dijeron que era posible. Ahí apareció Paul Oquist diciendo que el país iba a crecer 10 y 15 por ciento y a crearse un millón de empleos y otras tonterías (…). Les vendieron la ilusión. Este es un gobierno que se mantiene con ilusión.
¿Tendrán algún costo todos estos fracasos?
El costo que ha tenido es que se creó un movimiento social importante (los campesinos contra el Canal) y a partir de ahí se han generado otros movimientos sociales, porque han aprendido que se puede movilizar y se puede ganar, te pongo el ejemplo de Rancho Grande, hasta en la zona franca se ha hecho huelga. Entramos a un año donde la crisis económica va a aumentar la crisis social. La desventaja es que no hay una coordinación de todos esos movimientos sociales que se van creando y esa es la ventaja que ha tenido Daniel Ortega, quien ya lo sospecha y por eso es la Ley de Soberanía, que legaliza la represión.
¿Con ese panorama y la presión de la “Nica Act” ve a Ortega dando concesiones?
Creo que tendrá que hacerlo. Reformas en el Consejo Supremo Electoral, legalización de los partidos (opositores). Van a legalizar a (Eduardo) Montealegre con un nuevo partido, posiblemente al MRS, pero ojo, es legalizar esto para crear la división. Hacés un acto democrático y al mismo tiempo estás creando división.