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Rosario Murillo, vicepresidenta de la República asignada por el Consejo Supremo Electoral (CSE). LA PRENSA/ ARCHIVO

Rosario Murillo, vicepresidenta de la República asignada por el Consejo Supremo Electoral (CSE). LA PRENSA/ ARCHIVO

Daniel Ortega busca ahora 26 años en el poder

Con el tercer mandato, logrado en farsa electoral, sumará cinco años más a los 21 que lleva en el Ejecutivo. Primera Dama será vicepresidenta y se abre la puerta a otra dinastía

Sin oponentes de peso político, despejados por las instituciones a su servicio, los primeros resultados del Consejo Supremo Electoral (CSE) de las votaciones presidenciales de 2016 declaran que el comandante Daniel Ortega, de 71 años, continuará al frente del Ejecutivo cinco años más. Su vicepresidenta será Rosario Murillo, su sucesora constitucional, con lo que instalan una nueva dinastía en Nicaragua según sus opositores.

En 1979, Ortega tenía 34 años, vestía verde olivo, era un sobreviviente de las cárceles del régimen de Somoza y ayudó a hacer la revolución. Se convirtió en coordinador de la junta de gobierno desde 1979 a 1984, presidente desde 1984 hasta 1990 cuando cayó la revolución sandinista. Estuvo 16 años en la oposición y volvió al poder en 2007, con lo que acumula 21 años detentándolo y, con cinco más, busca 26.

Formalmente el caudillo sandinista ha empatado con el general Anastasio Somoza García, el arquitecto de la dinastía que él ayudó a derrocar en 1979. Según el historiador Nicolás López Maltez, uno de los más acuciosos estudiosos de la dictadura de Somoza, el padre de esta estirpe gobernó formalmente 16 años, dividido entre su primera etapa entre 1937-1947 y la segunda entre 1950-1956, pero a eso hay que sumar tres años más debido a que realmente lo hizo desde el asesinato de Sandino en 1934, con lo que lo ejerció durante 19 años.

“Sumemos la Presidencia formal de Daniel Ortega, de 1984 a 1990, seis años. Y de 2007 a 2017, diez años, total 16 años; pero si le agregamos su «coordinación» en la Junta de Gobierno de 1979 a 1984, cinco años, totalizarían 21 años, sin contar cuando «gobernó desde abajo» de 1990 a 2006, porque realmente no gobernó sino que obstaculizó desde abajo con asonadas a los gobiernos de Violeta (Chamorro), Arnoldo (Alemán) y (Enrique) Bolaños. Dejémoslo en 21 años”, explica López Maltez.

Para López Maltez, si se hacen números, hay un empate formal entre Somoza García y Daniel Ortega, pero si se ve en realidad el sandinista ya lo supera por dos años tomando en cuenta sus años en la junta de gobierno así como los años de aquel tras el asesinato de Sandino, y sin duda, al entregar el poder en 2022, lo superará con creces.

“Daniel Ortega será el dictador que más tiempo habrá gobernado en la historia de Nicaragua”, dice López Maltez, quien asegura que el mandatario sandinista ha embrutecido y empobrecido al pueblo de Nicaragua, pero además señala que se ha enriquecido en lo personal.

Las investigaciones periodísticas hasta ahora no han podido cuantificar la fortuna de Ortega. Es un misterio, aunque públicamente sus hijos manejan televisoras privadas y han formado un duopolio con el mexicano Ángel González que domina la parrilla televisiva.

AMOR AL PODER

Las aspiraciones de Ortega por la eternidad en el poder, él nunca las ha ocultado. En marzo de 2009, el mandatario sandinista le dijo al periodista David Frost (q.e.d.p.) que esperaba vivir lo suficiente para contribuir al desarrollo de una nueva etapa de la revolución y calificó como guerra psicológica los rumores de un deterioro en su salud. “Mi madre vivió noventa y siete años”, le dijo.

En ese 2009, cuando faltaban dos años para comicios presidenciales y tenía prohibido reelegirse por precepto constitucional, sostuvo que él compartía el principio de que la gente tiene el derecho de elegir a sus candidatos o no. El 30 de septiembre de 2010, valiéndose de la mayoría de magistrados simpatizantes de su partido, establecidos en la Sala Constitucional, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional el artículo 147 que prohibía la reelección del sandinista, con lo que le abrieron las puertas a que optara a un nuevo mandato.

En esos comicios de 2011, señalados como fraudulentos por sectores de la oposición, el partido de Ortega logró mayoría en el Parlamento con lo que en 2013 y 2014 hubo reformas constitucionales y ahí se borró la prohibición de la reelección. El organismo cívico Ética y Transparencia estimó en su informe final que entre ocho y 12 diputaciones fueron asignadas al FSLN de manera fraudulenta. La mayoría del sandinismo en el Parlamento quedó formada con 62 diputados.

SUBORDINACIÓN DE PODERES

Las componendas políticas, y la instrumentalización de los poderes del Estado, han sido parte de la historia del caudillo sandinista. Cuando el FSLN estuvo en la oposición (1990-2006), uno de los episodios más destacables fueron las protestas callejeras de los sindicatos de su partido, con supuestas banderas sociales, cuando en el fondo tras bambalinas se usaba como estrategia para ganar poder.

Esos mismos sindicatos han desaparecido de las calles y respaldan la gestión de Ortega, mientras sus principales líderes son ahora diputados.

El pacto con el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-2001), le permitió repartirse cuotas de poder y colocar gente de confianza en cargos de las altas instituciones del Estado, como el domesticado tribunal electoral, que viene siendo señalados de fraudes desde las municipales de 2008. Ese número de funcionarios fieles incrementó a medida que acumuló poder político en el Ejecutivo.

Lo más destacable del pacto con Alemán fue que se redujo el porcentaje mínimo de votos de la mayoría relativa para elegirse presidente en primera vuelta. Pasó del 40 al 35 por ciento, pero debía existir una diferencia de cinco por ciento de votos entre el primero y el segundo lugar, una cifra que podía alcanzar fácilmente si su principal contrincante se dividía como ocurrió con la candidatura de los liberales: José Rizo (del partido de Alemán) y la otra de Eduardo Montealegre (que planteó una renovación).

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ex presidentes
Socios políticos. 2009. El presidente inconstitucional Daniel Ortega, junto al ex mandatario Arnoldo Alemán. LA PRENSA/ARCHIVO

GOBIERNO “DESDE ABAJO”

“Ortega tuvo influencias desde que se perdieron las elecciones en 1990, porque desde que perdió las elecciones y reconoció la derrota electoral, que le propinó Doña Violeta, dijo: ´vamos a gobernar desde abajo´. Comenzaron a hacerla vida imposible a Doña Violeta, después con Alemán hasta arrancarle el pacto en el que Alemán entregó a Ortega la posibilidad de regresar al poder”, explica el ex ministro de educación Carlos Tünnermann.

LEER TAMBIÉN: El día después de las elecciones de 1990

Según Tünnermann, Daniel Ortega es un “político astuto y sin escrúpulos”, la razón que explica su permanencia en el poder y una influencia que no tuvo ni Somoza García ni Somoza Debayle.

“No es una persona que tenga una formación de estadista, él actúa más bien sobre cada una de las situaciones. Generalmente su manera de actuar es llevar las cosas al extremo, a las puertas del abismo, para luego retroceder y conceder algo, pero ya ha ganado un gran trecho y así es como ha ido acumulando tanto poder”, añade el ex ministro.

SUEÑOS DEL CORAZÓN
25 de abril de 1990. El presidente Daniel Ortega impone la banda presidencial a Violeta Chamorro. LA PRENSA/ARCHIVO

En sus juegos y rejuegos del poder, con un decreto -el 03-2010- a medida que se iban venciendo los términos legales de los cargos de los altos funcionarios de Estado, les permitió prolongarlos de manera general si se adherían a su ordenanza, aunque legalmente no tenía facultades. Varios liberales (cercanos a Alemán) se pasaron a sus filas. El dicho que “la calle está dura”, en referencia a que preferían sumarse al proyecto de Ortega antes de perder sus empleos, se volvió popular.

El otro factor del fortalecimiento del sandinista fue el desarrollo de una relación directa con la comandancia del Ejército y la Policía, la que volvió con su mayoría parlamentaria constitucional y gracias a la que se erigió como el Jefe Supremo de ambas instituciones. Según  expresó la socióloga Elvira Cuadra, una estudiosa de la relaciones cívico-militares, hay un retroceso institucional. Por primera vez, la reelección tocó las puertas tanto de las fuerzas castrenses como de la Policía y ambas instituciones han sido señaladas de parcializarse a favor de los intereses de la pareja presidencial.

Ver: Ortega quiere un Estado policial

“SIN DOCTRINA, SIN PRINCIPIOS”

La excomandante Dora María Téllez, del Movimiento Renovador Sandinista, dice que Ortega tuvo una dedicación a la lucha contra la dictadura, “tuvo la suerte de sobrevivir por estar tanto tiempo en la cárcel, pero no tenía principios. No estaban firmemente asido a los principios del sandinismo. No cree en el pueblo, manipula, no cree en la soberanía, la entregó. La única doctrina es su ambición de poder. Para él ha descubierto que es rentable mantener un discurso altisonante contra los gringos”.

Téllez sostiene que Ortega es un hombre en profunda descomposición, tanto desde el punto de vista político como personal. “Estafa a los propios orteguistas, y ha liquidado al FSLN. La huella más grande que está dejando en el país es la pobreza y la corrupción. Nunca la corrupción había sido tan grande, tan extensa, y tan profunda como lo es ahora: ha tocado todo. Aquí no hay justicia, vos ni siquiera podés tener confianza que te detenga un policía en la calle, porque todo mundo está aterrorizado, la corrupción ha permeado completamente todo”, dijo.

IMPACTO SOCIAL

Según Téllez, el proceso de descomposición que Daniel Ortega ha introducido en las instituciones públicas es tremendo, igual que el ocasionado en lo social porque, según ella, ha ordenado a la gente robarse el voto de sus propios vecinos. La pobreza, explica, no ha tenido políticas públicas que la enfrenten.

Durante este año, LA PRENSA publicó una serie de reportajes que explican la cultura de la corrupción en Nicaragua, y que muestran a una sociedad cruzada por el tráfico de influencias, lo que los expertos aseguran ha aumentado bajo la administración del sandinista. “Lo peor que deja Ortega en Nicaragua es una corrupción profunda, amplia y extendida”, reiteró Téllez.

Nicaragua se ubica entre los países más corruptos de la región, pero para Ortega vive la segunda etapa de la revolución sandinista, llena de triunfos sociales en el discurso oficial. Según el presidente de Transparencia Internacional, José Ugaz, si la situación está mal en América Latina, en materia de corrupción, “en Nicaragua (está) bastante peor”.

 

 

Los Ortega
La familia Ortega Murillo visita a Fidel Castro en 2010. LA PRENSA/ARCHIVO

FAMILIA, PARTIDO Y NEGOCIOS

El poder se concentra directamente en su familia. Daniel Ortega y Rosario Murillo nombran los principales funcionarios de las instituciones, en esos mismos lugares hay siempre un secretario del partido de gobierno, quienes son los receptores de las órdenes del Ejecutivo.

La primera dama Rosario Murillo dirige la secretaría de comunicación y ciudadanía. Desde ese puesto ejerce el poder de un ministro de la Presidencia de facto. Quita y pone ministros. Prohíbe que ellos brinden entrevista a medios independientes. Lleva la agenda de trabajo diario en el Ejecutivo. Daniel Ortega se dedica a lo estratégico en el partido. Sus hijos pululan en el mundo de los negocios, algunas televisoras privadas, y otros como asesores de inversiones.

El músculo de los Ortega, sin embargo, ha sido el control del poder judicial desde hace años. El FSLN no solo tiene la mayoría de magistraturas de la Corte Suprema de Justicia, sino que controlaba este poder en 2006, a una razón de 80 jueces sandinistas contra 20 liberales (ligados a Alemán), según reconoció entonces el magistrado liberal Manuel Martínez. Unido al control en las fuerzas armadas y la Policía forman un solo puño en los intereses del Régimen.

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CONSENSO CON EMPRESARIOS

La cooperación venezolana, que sumó más de 3, 500 millones de dólares desde 2007, lo convirtió en un actor con peso en la élite económica. A partir de 2009, desarrolló una alianza con el sector privado, en especial con la cúpula del Consejo Superior de la Empresa Privada. Ha aprobado en el Parlamento en consenso con los privados decenas de leyes. Los empresarios participan de 43 directivas en instituciones del Estado, un pacto que no ha escapado de las críticas.

Se ha caracterizado por un manejo responsable de las finanzas en su gestión, lo que economistas como el ex candidato presidencial Edmundo Jarquín atribuyen a que aprendió de sus errores en los ochenta. Pero se le señala la enorme desigualdad en la población y el enriquecimiento de su grupo cercano. Cuatro de cada diez nicaraguenses sobreviven con menos de cuatro dólares al día según informes del Banco Mundial.

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COMENTARIOS

  1. Douglas Araica
    Hace 7 años

    Daniel igual a Somoza son dictadores y el Pueblo Nica es el que sufre. Tiene que a ver otra revolucion para sacar a Daniel del poder sino Nicaragua se va para abajo con la democracia.

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